Cinco meses después del crimen, Nahir Galarza , de 19 años,
enfrentará desde hoy a la Justicia de Entre Ríos, acusada de haber asesinado de
dos tiros, y de forma premeditada, a su exnovio Fernando Pastorizzo en
Gualeguaychú.
Durante las nueve audiencias previstas se espera que
declaren unos 50 testigos propuestos por las querellas y otros 30 por la defensa
de la joven, que estudiaba abogacía y el 11 de septiembre próximo cumplirá 20
años y está detenida en la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú desde
las horas posteriores al crimen, ocurrido el 29 de diciembre pasado.
Galarza podría ser condenada a prisión perpetua, ya que se
la acusa de homicidio agravado por la relación de pareja, la alevosía y el uso
de arma de fuego.
La causa fue elevada a juicio el 11 de abril último por el
juez de Garantías Mario Figueroa, que hizo lugar al pedido del fiscal Sergio
Rondoni Caffa. El tribunal estará conformado por los jueces Mauricio Derudi,
Arturo Dumón y Alicia Vivian y, provisionalmente, se prevé que habrá audiencias
hoy, mañana, el jueves y el 7, 11, 12, 14, 18, 19 y 21 de este mes.
Esta mañana abrirá con la lectura de los alegatos de
apertura del fiscal; del abogado querellante por parte de la madre del joven
asesinado, Rubén Virué; de los letrados Sebastián Arrechea y Juan Carlos
Peragallo por parte del padre de Pastorizzo, y del defensor José Ostolaza.
El juez de Garantías Guillermo Biré resolvió a fines de
abril pasado prohibir la difusión en medios locales, provinciales y nacionales
del material probatorio o de cualquier otro que esté vinculado a la
investigación. Por ello, la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) de
Gualeguaychú determinó que habrá "reglas particulares" para la
difusión del juicio y se estableció un límite de público de 40 personas.
Fuentes judiciales indicaron a la agencia de noticias Télam
que la estrategia de la defensa apunta a que no se tenga en cuenta la primera
declaración de la imputada, realizada el día del crimen y en la que admitió su
culpabilidad, y que se pedirá que declare nuevamente.
En un primer momento, Galarza negó haber estado con
Pastorizzo en la madrugada del crimen. Horas más tarde, confesó que había sido
ella la responsable de la muerte, tras una discusión con Fernando. Tres semanas
después pidió ampliar su indagatoria y, sin decir que la versión anterior era
falsa, cambió su relato. Allí aparecieron una serie de contradicciones.
En su primera declaración como imputada, dijo haber cometido
el crimen con el arma de su padre -policía de la provincia-, "la cual
estaba arriba de la heladera, donde la pone siempre", y que la había
sacado "sin que él lo supiera".
"Los dos disparos los hice con esa arma y luego di la
vuelta a la manzana y me fui caminando a mi casa", dijo en su confesión,
antes de entrar en un ataque de nervios.
Luego dio otra versión. Comenzó así: "Cuando subimos a
mi casa, pasamos por la cocina y él agarró el arma de mi papá, que estaba en la
heladera. 'Mirá qué fierro el de tu viejo', me dijo, y entonces me enojé con él
y le dije que era un pelotudo, que era un enfermo y más cosas, y me fui a mi
habitación. Él me siguió, había dejado el arma porque a mi habitación no entró
con el arma".
Tras explicar que mantuvieron relaciones sexuales, dijo que
Pastorizzo se puso otra vez violento y le reprochó que salía con otros jóvenes.
"A mí me dio impotencia porque después de que se sacaba las ganas me decía
cosas", dijo en su indagatoria Nahir. Luego explicó que decidió enfrentar
a Fernando y contarle que salía con un chico llamado Rafael.
Declaró que eso enfureció a Pastorizzo, que tomó el arma de
nuevo, apuntó y la amenazó diciéndole "que era de él". Que salieron
en la moto del chico, que Fernando la insultaba y ella quería sacarle el arma
de su padre hasta que, en determinado momento, se la quitó, él frenó y, en ese
instante, el arma se disparó accidentalmente. Luego de eso, y sin explicar
razonablemente cómo ocurrió, hubo un segundo disparo.