Primero fue el aumento adicional del 5 por ciento que el
Gobierno acordó con la CGT en un intento (fallido) de evitar la convocatoria al
paro de mañana. Después, el batacazo de Hugo Moyano y su acuerdo para subir el
salario de los camioneros un 25 por ciento. Lejos, lejísimos quedó la pauta del
15% que la Casa Rosada intentó imponer como techo en la "temporada
alta" de paritarias, cuando la mayoría de los gremios cerró aumentos en
torno a ese porcentaje, aunque con atajos para superarlo, como bonos y otros
adicionales.
Lo mismo pasó con los estatales de buena parte de las
provincias. En las más equilibradas sellaron subas de 15 y hasta 20 por ciento
con cláusula de "revisión", un eufemismo al que, igual que los
privados, recurrieron para reponer el "gatillo" que el Gobierno quiso
sepultar, antes de que se disparara la inflación .
Hoy, corrida cambiaria y suba de precios mediante, los gobernadores
enfrentan el desafío de actualizar los sueldos de sus estatales mientras
esperan precisiones del ajuste que el Gobierno les transferirá para cumplir las
metas acordadas con el FMI .
Para la mayoría, alcanzar el 25 por ciento que dibujaron la
realidad y la paritaria de los camioneros, y que el Gobierno tuvo que
resignarse a aceptar como nuevo parámetro en el sector privado, es virtualmente
imposible.
Sin embargo, el mapa muestra situaciones dispares. En el
lote de provincias más complicadas sobresalen las patagónicas. Chubut atraviesa
una crisis profunda. Los salarios del sector público están congelados y se
pagan escalonados; los maestros están de paro desde hace casi 90 días; subió el
desempleo (trepó al 12,5% en Rawson y Trelew), y arrastra un déficit mensual de
$450 millones.
La última oferta del gobernador Mariano Arcioni -$1500 no
bonificables para todo el personal del Estado y la marcha atrás con la
reducción de horas extras-fue rechazada de plano por los gremios.
"Estamos haciendo un esfuerzo enorme para recomponer el
salario y regularizar los pagos, pero la situación de la provincia es crítica.
Es una provincia en shock", describieron a LA NACION cerca del gobernador.
En Santa Cruz los salarios del sector público están
congelados y en Tierra del Fuego la paritaria estatal se destrabó recién a
principios de mes. El gobierno de Rosana Bertone y los empleados públicos
acordaron una suma de $6000 como "recomposición" y se comprometieron
a evaluar posibles aumentos recién en agosto.
En Jujuy, en tanto, el gobierno de Gerardo Morales cerró la
paritaria estatal por decreto con una suba de apenas el 5 por ciento y no está
en sus planes reabrir la negociación en el corto plazo.
Chaco pactó una suba salarial del 10 por ciento sin cláusula
de revisión y tampoco prevé volver a discutir con los estatales. "Firmamos
el acuerdo en marzo en función de la pauta de crecimiento del Banco Central en
ese momento, que era de entre 8 y 12 puntos. Nosotros no podemos manejarnos con
la pauta cambiante de [el ministro de Finanzas, Nicolás] Dujovne . Tenemos que
ceñirnos a la disponibilidad fiscal de la caja de la provincia. El Gobierno
financia su déficit con el FMI; nosotros no tenemos esa posibilidad", se
despachó un funcionario provincial. Chaco prevé un déficit de $4000 millones
para este año.
Entre las provincias que incluyeron cláusulas de revisión,
el primer gatillo se "disparó" en Santa Fe, donde se acordó que el
mecanismo se activaría, de ser necesario, trimestralmente y en relación con
cada tramo del aumento y no con la suba total. Así, como la inflación acumulada
a mayo fue de 12,8% y la recomposición del 9 por ciento, los estatales cobrarán
en julio un 3,8% más.
Distinta es la situación en los distritos que incluyeron
instancias de renegociación, pero solo en caso de que la suba de precios supere
el aumento total. Es el caso de Tucumán y Entre Ríos, que pactaron mejoras
salariales de 17 y 19 por ciento, respectivamente.
Desde ambas administraciones dijeron a LA NACION que la reapertura
de la paritaria "está prevista", por lo que no afectaría
sustancialmente sus finanzas, y que "el compromiso asumido se va a
cumplir".
Aunque con mayor margen de maniobra porque concedieron
aumentos que rondan el 20 por ciento, no prevén ofrecer nuevos ajustes
provincias como Catamarca, Formosa, Santiago del Estero y Corrientes. La
excepción es San Luis, donde la paritaria cerró en 40%.
Los gremios siguen la situación muy de cerca, sobre todo en las provincias más relegadas, pero admiten que el contexto no permite tirar demasiado de la cuerda. "Se negocia lo que se puede", reconocen.