Por debajo de los vaivenes de las urgencias financieras de coyuntura, avanza esta semana -con una cumbre clave el jueves de ministros de Economía- la negociación entre la administración de Mauricio Macri y los gobernadores para consensuar el ajuste post FMI que, necesariamente, deberá reflejar el Presupuesto 2019 para llevar el déficit al 1,3% del PBI.

La pulseada en torno al plan de gastos para el año que viene potenció en los últimos días los desembarcos en la Ciudad de Buenos Aires de los ministros de Economía provinciales, con epicentro en el peronismo, para terminar de sellar la contrapropuesta que elevarán a la Casa Rosada en materia de recorte de fondos nacionales.

Esta semana se reedita esa postal, que se mixtura con la agenda habitual de los estratégicos funcionarios, y que llevará por caso a concentrar a los ministros de Economía el jueves en tierra porteña, en el marco de un nuevo encuentro de la Comisión Federal de Impuestos (CFI).

En este caso se trata de un encuentro del Comité Ejecutivo de la CFI, conformado por sólo nueve provincias. Pero la costumbre marca que el resto de los distritos también participa, aunque sin voto, por lo que la ocasión será aprovechada para protagonizar una cumbre, en paralelo (no es agenda de la CFI el ajuste), para pulir la contrapropuesta a Nación. 

La contraoferta de las provincias se apoyaría, como uno de sus ejes centrales, en un tijeretazo en los subsidios federales al transporte que reciben las provincias (con la mayor tajada para Buenos Aires y CABA). Una variante que cuenta ya con el guiño de Balcarce 50. El monto de la poda, según trascendió, ascendería a unos $45 mil millones.

Quedarían, en cambio, blindados los fondos sociales. Una preocupación que los ministros de Economía locales elevaron en voz alta, en el marco de una cumbre que protagonizaron semanas atrás en la Casa de Entre Ríos.