| Entre Ríos EN LOS MEDIOS NACIONALES |
Domingo 20 de enero de 2019
El próximo presidente deberá gobernar sin mayorías en Diputados y el Senado (bancas de Entre Ríos en juego)
senado

El panorama electoral 2019 es pura incertidumbre y despierta todo tipo de especulaciones. Mauricio Macri y su equipo recibieron las últimas encuestas y se entusiasman con la posibilidad de ganar la reelección en primera vuelta. Cristina Kirchner mantiene el misterio respecto a una eventual candidatura pero da todas las señales de que buscará competir para volver a conducir los hilos del país. El peronismo alternativo, en tanto, sigue intentando instalar a sus postulantes y así romper con la polarización que marcan las encuestas.

Hay algo, sin embargo, que puede analizarse con mayor certidumbre: el próximo presidente tendrá que lidiar con un Congreso sin mayorías. El mejor escenario para Macri sería el de ganar en primera vuelta, pero consiguiendo también excelentes resultados en las provincias, sobre todo las que renuevan senadores, la Cámara donde más lejos está de conseguir una mayoría propia. Así y todo, quedaría a unas bancas de garantizarse el quórum para habilitar los proyectos en debate.

La vuelta del kirchnerismo al poder abre un escenario incierto. El Frente para la Victoria, por sí solo, quedaría lejos de la mayoría propia. Sin embargo, la suma de las diferentes vertientes peronistas permitirían cambiar esa situación. Muchos de los legisladores (y los gobernadores a los que responden) que hoy están en otros bloques siguen manteniendo una buena relación con los líderes del kirchnerismo.

PERFIL realizó un informe donde se analizan tres posibles casos, guiado por las opciones más probables que deslizan hoy las encuestas: Macri reelecto en el ballottage, Macri reelecto en primera vuelta y Cristina ganadora en el ballottage. El ejercicio hipotético -cuando todavía faltan nueve meses para las elecciones generales- permite ir sacando algunas conclusiones. Todo, claro está, dependiendo de múltiples factores: en que condiciones económicas se llega a la votación, si Cristina finalmente es candidata, si el peronismo ensaya algún tipo de unidad o sigue dividido, o si aparece algún candidato tapado. Entre Cambiemos y el Frente para la Victoria renuevan la mayor cantidad de diputados, porque los que se van son los que entraron en la elección de 2015, en la que Daniel Scioli le ganó a Macri en primera vuelta (37% a 34%).

En el Senado, en tanto, son ocho provincias las que eligen y quienes más arriesgan son los peronistas del bloque de Miguel Pichetto (siete bancas). Cambiemos pone en juego apenas cuatro.

Escenario 1. Se da un panorama muy similar al de 2015, en este caso con Macri saliendo primero pero sin llegar al 40% de los votos, obligado así a ir una segunda vuelta contra Cristina Kirchner. Finalmente, gana el ballottage, pero la conformación del Congreso va a quedar diagramada en la primera vuelta. Allí, Cambiemos quedaría con una situación muy similar a la actual en Diptuados (poco más de 110 diputados propios), con el problema de que el kirchnerismo se vería fortalecido con la candidatura de la ex presidenta en desmedro del peronismo alternativo. Eso sería una complicación para el macrismo y sus espadas negociadoras, ya que es con ese sector del PJ con el que se tejen la mayoría de los acuerdos parlamentarios. En el Senado, podría sumar unos cuatro miembros más al bloque, sobre todo de provincias donde hoy no tiene ningún representante. Pero igual seguiría al borde de los 30 senadores, cuando se necesitan 37 para tener quórum. Al igual que en Diputados, el bloque de CFK sería el más beneficiado, aunque allí resta saber cómo será el armado de las listas en la negociación con los gobernadores. ¿Impondrá a su gente Cristina o será negociado? Y otro interrogante para el Senado que viene: ¿renovará otro período Miguel Pichetto o el Gobierno se quedará sin su interlocutor de confianza?

Escenario 2. El optimismo marcospeñista rinde sus frutos y Macri gana en primera vuelta (saca más del 40% de los votos y más de diez de diferencia sobre Cristina). Se replicaría un escenario similar a las elecciones de 2017, en las que Cambiemos a nivel nacional superó el 42%. Macri seguirá gobernando en minoría, pero mucho más cerca de alcanzar los números mágicos, por lo que las negociaciones serían más “económicas”. En Diputados, podría llegar a sumar una quincena más de bancas al bloque y quedar a unos 5 votos de los 129 necesarios para el quórum. Tendría que repetir la excelente elección porteña de 2017, y también en Buenos Aires y Santa Fe. Si de derramar optimismo se trata, en el Senado el oficialismo podría alcanzar hasta 34 senadores propios, apenas tres menos que los necesarios para el quórum. Es en el caso de que gane los dos senadores en provincias como Entre Ríos, Chaco, Neuquén y Salta. Se descuenta el triunfo en Capital y que se quedará con el segundo puesto en Río Negro, Santiago y Tierra del Fuego.

Escenario 3. Pero en el kirchnerismo también abundan los optimistas que creen que ante el escenario de crisis económica Cristina se fortalecerá y le terminará ganando a Macri en un ballottage. Implicaría que la candidata de Unidad Ciudadana se fortalecería y haría listas con refentes de su espacio en todo el país. Podría sumar así hasta unos 17 diputados más al bloque que en la actualidad conduce Agustín Rossi. Serían menos de 100, por lo que dependería de los otros 40 peronistas para alcanzar la mayoría. Entre esos peronistas hay algunos que responden a los gobernadores y otros que son del massismo, por lo que no se puede esperar una respuesta uniforme. Situación similar se daría en el Senado. Su bloque actual (de nueve) se podría extender a 20 miembros, y sumaría a algunos de los actuales senadores del bloque de Pichetto. Pero igual necesitaría extender los acuerdos. De todas formas, es sabido que en el peronismo cuando alguien conduce, el resto acompaña.

Gabinete completo e intrigas electorales

La semana que comienza será para el presidente Mauricio Macri el regreso de lleno a los temas de gestión. Mañana reunirá a todo el gabinete, con el regreso de vacaciones de un par de ellos, y será el primer encuentro formal de todos los ministros en 2019. Sin embargo, mañana también estaba pautada una reunión, al mediodía, del G5, el grupo político que integran el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, pero a último momento se suspendió. Había dudas sobre la presencia del titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien escogió el silencio total tras la crisis que derivó en los cambio de gabinete. También, se suponía, una hora después almorzarían en Balcarce, la sede del búnker PRO, los mencionados sumados a Diego Santilli, el vicejefe porteño, Fernando de Andreis, el secretario General, Sebastián García de Luca, viceministro político del Interior y Federico Salvai, el jefe de gabinete bonaerense.

Todo tendrá que esperar: la decisión sobre el calendario electoral del oficialismo viene retrasando otras definiciones. Vidal no volvió a hablar del tema con los funcionarios de la Casa Rosada. Se guarda una reunión con Peña y, sobre todo, una con Macri para definir qué conviene hacer. Aún restan, además, los últimos números de Jaime Durán Barba para presentar ante la mesa chica del Gobierno nacional. También habrá números de la consultora Isonomía, la más confiable para el oficialismo cuando se trata de tomar decisiones trascendentes como cuánto miden los intendentes del conurbano bonaerense con respecto a la imagen de Cristina Kirchner. 

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