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Lunes 28 de enero de 2019
Ansiedad en el PJ: quieren que Cristina se defina para ordenar la campaña y las otras candidaturas
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Mediados de marzo: sea o no, se necesitan 90 días para ordenar el mapa nacional. Antes que termine febrero, porque requiere tiempo para armar la campaña y el espacio Mayo, casi sobre la hora, porque es su estilo.

Detrás de la incógnita sobre si Cristina Kirchner será candidata presidencial, flota otro enigma: ¿cuándo, en qué escalón de los 150 días que faltan para el cierre de listas, la ex mandataria dará el si o el no?

Cristina volvió al sur, luego de pasar algo más de una semana en Buenos Aires. Tiene el radar en las provincias: se desmarcó de la interna peronista en La Rioja y tomó distancia de José Alperovich en el duelo con Juan Manzur en Tucumán.

Así como festejó la megaunidad peronista que Sergio Uñac y José Luis Gioja sellaron en San Juan, en estas horas celebró la parrafada de Manzur a favor de una unidad peronista que la incluya. Al margen de lo suponga ese interés, sigue sin dar pistas claras.

"Cada uno que sale de hablar con ella, dice lo que interpretó: el que quiere que sea, que la vio decidida a ser; el que prefiere que no, que la notó con ganas de ser abuela", grafica, entre la ironía y la malicia, un operador.

En el primer anillo cristinista dan un indicio: según cómo se arme la grilla provincial. En los próximos 50 días hay cierre de listas en diez provincias, entre ellas distritos clave como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

Para marzo, además de estas tres provincias, estará definido el armado peronista en San Juan; Tierra del Fuego, Chubut, Neuquén, Río Negro, La Rioja, San Luis y, quizá, Tucumán. Se podrá medir alcance y profundidad de la unidad.

Pero en el ancho continente del PJ, en la mesa que coordina Gioja, quieren que la duda se despeje antes. El sanjuanino se enfocó en acomodar el dispositivo electoral para una primaria. Circula, sui generis, el nombre "Frente Patriótico".

"Si ella va a ser, tiene que dejarlo claro en febrero para ordenar la campaña y el armado político: ahora cualquier dice lo que quiere y hace lo que quiere", apunta un dirigente que la visitó a fin de año. "Con caos no se ganan elecciones", sintetiza.

Es un mirada política pero, también, logística: debe haber jefatura y eje de campaña, consultor, equipos y big data. En el PJ se suele subestimar ese engranaje pero, luego de dos sablazos de Cambiemos en 2015 y 2017, ponen más atención.

Otro referente de peso interpreta que en marzo, o principios de abril, Cristina debe mostrar su carta: para ser o para no ser. "Estructurar todo el país, listas de diputado y senadora, territorio, campaña y fiscales se necesitan 90 días. Y no es lo mismo con ella o sin ella", explica a Clarín.

"Su indefinición es un freno a decisiones importantes de campaña", suma otro dirigente. Un bonaerense arriesga que si no va a competir en persona, Cristina anunciará con cierta anticipación que no estará en la batalla para ayudar a que se ordene el PJ.

Habla del "efecto Hadad", en referencia al candidato muletto, sobre la hora, que apoyó Lula Da Silva en Brasil y que no consiguió imantar el voto lulista.

Hay diferencia sobre el plazo pero se nutren de una misma percepción: el sistema y "la militancia" necesitan certezas y no es una incertidumbre menor que no esté claro si Cristina estará o no en la boleta.

En un comando de campaña de un candidato K dicen que en las recorridas, los simpatizantes y dirigentes locales piden saber a qué candidato tendrán que salir a sostener en campaña. "Están paralizados", explica un armador.

Hasta acá, por el panperonismo oficial se mueven Felipe Solá y Agustín Rossi, volvió al ruedo con tropiezos Daniel Scioli y zigzaguea, entre su plan de reelección y una hipotética aventura nacional, Alberto Rodríguez Saá.

Con acto de lanzamiento y candidato a vice, se sumó Guillermo Moreno. Axel Kicillof rankea como dirigente "nacional" pero en el cajón de arena K su nombre aparece en el capítulo bonaerense como potencial candidato a gobernador.

"Ella está preocupada para que alguno repunte", dice un peronista a Clarín y entiende que si no se anota, Cristina debería "elegir un candidato". "Pero si para marzo no dijo que no será candidata, daremos por hecho que lo será", adivina.

Punto ahí: en diciembre, antes de partir al sur, la ex presidente acumuló varias charlas con dirigentes sociales, intendentes, legisladores y candidatos y martilló con el pronóstico de un deterioro pronunciado del gobierno de Mauricio Macri.

Esa lectura requiere un subtitulado en dialecto K: peor Macri, mejor Cristina.

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