En Sudamérica, el Carnaval suele estar asociado con los multitudinarios y rutilantes desfiles de Río de Janeiro, asimismo con la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, con las murgas -bien distintas entre sí- uruguayas y argentinas y las celebraciones ancestrales tanto del Norte del país, como de Bolivia. En otras épocas, no muy lejanas, también con jugar en la calle a mojarse con baldazos o bombitas de agua. Ahora bien, de su origen y su significado poco se conoce.
En 2019, el Carnaval se celebra el 4 y 5 de marzo. La razón
de la fecha, que cae lunes y martes, reside en que se celebra antes de la
Cuaresma cristiana -que se inicia el Miércoles de cenizas- y cuarenta días
antes del Domingo de Resurrección (Domingo de Pascua). Y ese dato puede servir
como disparador para entender su origen.
En consecuencia, su festejo está relacionado con países con tradiciones católicas, aunque la Iglesia no la admite como celebración religiosa. Su origen no es del todo claro, pero varias versiones indican que proviene de las fiestas paganas, como las realizadas en honor a Baco, el dios romano del vino, las saturnales y las lupercales romanas. O bien, las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto.
Según algunos historiadores, los orígenes se remontarían a
la Sumeria y el Egipto antiguos, hace más de 5000 años. Aquellas celebraciones
eran muy similares a las que tuvieron lugar en el Imperio romano. Luego se
expandió la costumbre por Europa y, desde allí, llegó a América a través de los
navegantes españoles y portugueses de finales del siglo XV.
En cuanto al significado de su nombre, el término proviene
del "carnem-levare", cuyo significado es "abandonar la
carne". De ahí se explica la costumbre entre los católicos de no comer
carne durante todos los viernes de la Cuaresma.
Más adelante, se adoptó de forma popular la palabra latina carne-vale, que significa 'adiós a la carne'. Ya hacia fines del siglo XX, hubo investigadores que conjeturaron sobre el origen pagano del nombre: Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino.
Asimismo, podría estar vinculado con las fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna o con la deidad hindú Kamadeva, que es el dios del amor. Su nombre kama significa "deseo sexual" y, según algunos monjes hindúes, "lujuria" y deva: "Dios".