| Entre Ríos EN LOS MEDIOS NACIONALES |
Miércoles 10 de abril de 2019
Por la economía y la polarización, solo cinco provincias votan junto a la presidencial (Entre Ríos desdobló)
CristinaMacri

Cuando antes de la medianoche del sábado 22 de junio, Mauricio Macri y Cristina Kirchner -hipotéticamente- garabateen su firma al pie de las planillas electorales para ser candidatos presidenciales, dos tercios del país ya tendrán jefes -o jefas- políticos.

Al cumplirse ese deadline, al menos quince provincias habrán elegido a sus gobernadores. Traducción: cuando los aspirantes a presidente se inscriban, sabrán cómo estará repartido un 70% de la Argentina que tendrán que gobernar.

El fenómeno es inédito. Este martes, Gildo Insfrán apuró la votación de Formosa para el 16 de junio y redujo a cinco el modestísimo pelotón de provincias que, hasta acá, elegiran a sus ejecutivos provinciales junto a la votación nacional.

Perduran, en esa cruzada, la provincia de Buenos Aires, CABA, Salta, Catamarca y Santa Cruz. Podría, quizá, sumarse La Rioja, que no tiene aún un  calendario fijo. Podría, también, caerse alguna. ¿Salta, Capital, Santa Cruz?

Chaco, que arde por la interna peronista, no puede encimarse con la nacional, pero luego de eliminar las PASO puede votar antes o después de octubre.

Otras dos, Santiago del Estero y Corrientes, eligieron a sus gobernadores en 2017, mientras que Mendoza tiene su PASO en junio pero la general se hará en septiembre. En un borde temporal, Tierra del Fuego vota el 16 de junio, pero fijó el balotaje para el 23, horas después del cierre de listas nacionales.

El resto de las provincias se desmarcó de la elección nacional y, además, apuró el calendario lo necesario como para tener cocinado el tema electoral antes de que esté clara la oferta presidencial. El desbande hermanó a peronistas K y no K, a radicales y provinciales. Hay un menú de razones que sirven para explicar ese panorama.

1. La polarización. El fantasma de un duelo brutal entre Macri y Cristina, foto electoral problable, indujo a los jefes de territorio a escaparle a esa batalla que les resulta ajena. El 2017 mostró cómo eso los daña: Cristina fue candidata en la provincia de Buenos Aires, pero su presencia derramó polarización a todo el país. Perdieron las terceras fuerzas: el MPN, el 'cordobesismo' de Juan Schiaretti, el ensayo rionegrino de Alberto Weretilneck, Martín Lousteau, el socialismo santafesino o Sergio Massa. Al desdoblar, los jefes territoriales huyen de efectos exógenos. Los que mandan en las provincias -y ponen la fecha de votación- miden otros factores: los cambiemitas, que conocen los datos magros que exhibe Macri en sus pagos, temen que la figura presidencial sea un ancla; los peronistas, además del karma de Cristina y su techo, especulan que con la polarización podría convertirse en competitiva alguna figura local que no les responda o, peor aún, que el peronismo dividido a nivel nacional fracture el armado y el voto provincial. Como antídoto, los gobernadores peronistas ataron a todo el PJ, una ingeniería que facilitó el hecho de que no está en juego -todavía- lo nacional.

LOS NÚMEROS15 provincias desdoblaron la elección para gobernadorLa Pampa, Neuquén, San Juan, Río Negro, Chubut, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis, Misiones, Jujuy, Tucumán, Formosa, Mendoza y Tierra del Fuego. Salvo Mendoza y Tierra del Fuego, las otras trece tendrán electos a sus goberandores antes del 22 de junio, fecha de cierre de listas presidenciales y nacionales.
2 provincias votaron en 2017Santiago del Estero y Corrientes?.5 provincias votan junto a los cargos nacionalesBuenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Salta, Santa Cruz y Catamarca.2 provincias áun no fijaron fechaLa Rioja y Chaco.

2. Poder local. Se ensambla con una regla general, sencilla e implacable: con fecha desdoblada, el peso del poder territorial se nota más. Lo aplicaron Omar Gutiérrez en Neuquén, Sergio Uñac en San Juan o Alberto Weretilneck en Río Negro. Provincializar es un beneficio. En las cinco votaciones que van del año, en 4 ganó el oficialismo local, salvo en Chubut donde una primaria del peronismo superó, por poco, al gobernador Mariano Arcioni. Puede, es cierto, bajar el "aparato" nacional, pero aún así los fierros provinciales son fundamentales.

3. La economia. En noviembre de 2018, un gobernador contó que -entre otros motivos- pensaba anticipar la elección porque estaba seguro de que en junio podría pagar los sueldos estatales pero que, con un pronóstico de crisis económica, no podía decir lo mismo respecto a octubre. Traducción: con fondos propios tenía resueltos ocho meses de presupuesto pero después debería, quizá, pedir asistencia nacional. 

4. Listas nacionales. Como factor político secundario -pero igual relevante-, con sus mandatos votados y garantizados, los goberanadores podrán reclamar el manejo de las lapiceras de las listas de diputados y senadores nacionales que se votarán en paralelo a la presidencial. Letra chica: los gobernadores se preparan para que en caso de que haya dos ofertas peronistas (Alternativa Federal y Frente Patriótico, por caso), ellos armen las dos boletas de legisladores. 

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