Con la llegada del 8 de julio, día no laborable, y el feriado del 9 de julio, muchos tendrán un fin de semana largo con cuatro días para descansar y se preguntan qué hacer y adónde ir.

Para los que están pensando en disfrutar estos días con una escapada cercana, hay varias opciones atractivas.

Aquí, una selección de lugares históricos, con paisajes naturales y tradiciones populares.

1.Tigre

Son muchas las opciones para disfrutar tanto el casco urbano de Tigre como la Primera Sección del Delta. El Bus Turístico une el Mercado de Frutos con el Paseo Victorica, el Parque de la Costa y el Circuito de Museos (Del Mate, de Arte y Naval). Imperdible también las imponentes instalaciones del Museo de Arte de Tigre, cuya terraza ofrece una increíble vista del río y, en la orilla opuesta, la zona isleña.

A esto se suman las propuestas de restaurantes, recreos y hoteles a los que se llega en lancha y que ofrecen pasar el díao el fin de semana.

A 31 kilómetros de Buenos Aires por Ramal Tigre de Panamericana.

2. Luján

La Basílica, mundialmente conocida por las multitudinarias peregrinaciones, se puede recorrer los fines de semana a través de visitas guiadas. Hay que anotarse previamente para realizar el ascenso por 163 escalones hasta las galerías, donde se unen las dos torres del campanario y surge una espectacular panorámica (a 32 m de altura) de la plaza Belgrano y la avenida Luján. Otras opciones: visitas a la Cripta y al Museo de la Basílica.

A 18 km de Luján, el pueblo Carlos Keen reúne un puñado de restaurantes de campo, donde se imponen el asado y las picadas. En el andén de la estación, los vecinos y los artesanos de la zona ofrecen sus productos.

Un muy relajado paseo por las calles de Jáuregui permite descubrir el legado de Julio Steverlinck, a quien se debe el origen del pueblo. El pionero belga estableció aquí en 1928 su fábrica textil Flandria, una fuente de trabajo clave que funcionó durante medio siglo. Hoy se puede visitar el Museo y Archivo Textil, que rescata ese pasado de esplendor.

3. Campana

Con propuestas sencillas y buenos servicios, Campana cuenta con un área protegida ideal para abstraerse de los ruidos y el ritmo acelerado de la ciudad: la Reserva Natural Otamendi, una zona de 3 mil hectáreas que, a partir de una ley promulgada en enero de 2018, conforma el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos con la Reserva Natural Río Luján. En Otamendi es posible apreciar las últimas franjas de selva ribereña, pastizal pampeano y un bosque desplegado sobre las barrancas del río Paraná. Desde un mirador panorámico, un sendero atraviesa el talar.

Otro camino de trekking recorre mil metros por el pastizal, mientras que la excursión “Laguna Grande”, que sólo se puede realizar con guías habilitados, demanda 5 km de caminata ida y vuelta por la pampa ondulada y una zona de bañados. En dirección al puente Zárate-Brazo Largo, Campana cuenta con fincas frutihortícolas, campings, lugares para pescar y recreos isleños.

A 81 kilómetros de Buenos Aires por ruta 9 (Panamericana ramal Campana).

4. Roque Pérez

El pique de tararira, carpa, bagre, dentudo y lisa atrae a los pescadores hacia la orilla del río Salado, el arroyo Las Flores y las lagunas El Esparto y La Tigra, entre otros espejos de agua que surgen alrededor de la ruta 205.

La fama del almacén de campo El Hornero por sus salames, quesos, bondiolas, lomitos, pancetas, morcillas y carnes ahumadas trasciende largamente los límites de la provincia de Buenos Aires. Es una parada ineludible para los que transitan la ruta 205, camino a la sencilla casa colonial -transformada en museo- donde habría nacido el ex presidente Juan Domingo Perón en 1893.

En los pequeños poblados del partido de Roque Pérez, parte del esplendor de los almacenes de campo se aprecia en la casa de Nelly Parenti, San Francisco, Don Julio, El Descanso, La Perla, La Querencia, La Esperanza, El Gramiyal y en el Cine Club Colón. Resisten el paso del tiempo entre las calles de tierra de La Paz, La Paz Chica y Carlos Beguerie.

5. Tandil

Famosa por su piedra movediza (que tiene una larga, intrincada y muy divertida historia), Tandil ha acaparado la atención de turistas desde finales del siglo XIX. Desde entonces, son muchas los atractivos que ha ido incorporando, al punto de erigirse hoy en uno de los destinos más emblemáticos a la hora de hablar de escapadas. En Tandil, en efecto, se esconde una inmensa oferta en torno al turismo de aventura, potenciada por sus sierras, bosques y relieves y su hermoso clima.

Dos ejemplos: ·el Parque Aéreo de Aventura, con más de 30 juegos en altura, tirolesas de 3 niveles de dificultad y una torre de 18 metros de altura con palestra de escalada. Además, cuenta con un sector especial para los más chicos (el Mini Parque) y un buffet al aire libre, ideal para familias. YTreeland, similar al anterior, ofrecevarios circuitos de tirolesas, puentes colgantes, escalada y rappel así como uno especial de aventura donde se mezclan puentes tibetanos, caminos de redes, sogas, tela araña y un laberinto.

Por supuesto, Tandil sigue siendo además un destino ideal para los amantes del buen comer, con sus restaurantes de comida regional y sus ferias de quesos y salames, de visita obligada. 

Y si de cultura se trata, otro indispensable: el Museo Municipal de Bellas Artes.

6. San Pedro

El atractivo paisaje natural y urbano de San Pedro seduce a través de una excursión en barco, kayak o canoa, entre canales, riachos afluentes del Paraná e islas. La pesca (por estos días abundan carpas y mojarritas) tiene sus mejores escenarios en las lagunas La Brava y del Barco Hundido, Boca del Cavao, rinconadas, canales y el arroyo Los Lobos.

Gráficos, textos informativos, piezas originales y réplicas exhibidos en las cinco salas del Museo Paleontológico revelan la tarea de rescate e investigación de restos de fauna prehistóricahallados en la zona por el Grupo Conservacionista de Fósiles. En el recorrido, didáctico y entretenido, llaman la atención los esqueletos de un lestodón y de una armadillo gigante de hace 750 mil años.

El clásico paseo para disfrutar de una jornada al aire libre con vista al río en Vuelta de Obligado insume un viaje de 16 km desde San Pedro. 

7. Mercedes

A orillas del río Luján, la Pulpería de Cacho Di Catarina guarda el aspecto y la atmósfera de un típico boliche de campo. Entre sus famosos clientes se cuentan el gaucho Segundo Sombra (que llegaba con su yunta de bueyes en la década del 20) y Juan Moreira, cuyo pedido de captura (emitido en agosto de 1869) se conserva en esta casa construida en 1830.

El Parque Municipal Independencia sugiere un buen picnic junto al río Luján. Cuenta con mesas, parrillas, juegos para chicos, un velódromo, canchas de fútbol, básquet y rugby y un camping con baños y vestuarios.

Los inigualables sabores del salame quintero mercedino, el asado criollo, las galletas de campo y las pastas caseras se disfrutan en el polo gastronómico conformado en el pueblo rural Tomás Jofré, en el partido de Mercedes, a 15 kilómetros de la ciudad cabecera.Decenas de restaurantes y almacenes de campo abren sus puertas los fines de semana y feriados para degustar los sabores típicos bajo techo o al aire libre. En Tomás Jofré también se organizan paseos a caballo y en carruajes.

8. Chascomús

El contorno de la mayor de las siete lagunas encadenadas de Chascomús se puede transitar completo a través de un camino pavimentado de 33 km que bordea clubes náuticos y de pesca, bajadas de embarcaciones, campings, cabañas y estancias donde se puede pasar un día de campo, comer un buen asado y pernoctar. Cerca del muelle principal se organizan paseos en bote y en velero y funciona una escuela de kitesurf.

El circuito histórico se inicia en la plaza Independencia, donde Pedro Escribano fundó Chascomús en 1779. Sorprende el impecable estado de conservación de la Casa de Vicente Casco, cuyas dos plantas y esquinas sin ochavas revelan una arquitectura típicamente colonial. El recorrido a pie también incluye la Iglesia Catedral, el Club de Pelota, el teatro Brazzola, la Capilla de los Negros y el Museo Pampeano.

En medio de los verdes intensos de la arboleda y los arbustos del Parque Libres del Sur, a pasos de la laguna, se puede improvisar un picnic. Aquí se levantan una estatua que homenajea en su tierra natal al ex presidente Raúl Alfonsín y el Monumento a los Veteranos de Malvinas. En uno de los vértices del parque (av. Lastra entre Costanera y Juárez) funciona la Feria de Artesanos de la Ribera.

9. Termas de Entre Ríos

Nada menos que 13 ciudades son las que conforman la denominada “asociación de comunidades termales de Entre Ríos” y cada una de ellas merece ser conocida. Desde Federación, pionera en destacar las bondades de sus aguas termales, hasta el más “terapéutico” complejo de Villaguay, el recorrido es una muestra de cómo el placer y el relax (y también el cuidado de la salud) conforman un atractivo turístico por sí solo. Cada complejo posee su propio esquema de piscinas y pozos de diversas profundidades y temperaturas así como instalaciones acordes a ese disfrute. En alojamientos también hay opciones de todo tipo, desde cabañas (la opción más buscada), a hosterías, hoteles, casas, departamentos, aparts y campings. Sólo hace falta elegir el tipo de escapada deseada y reservar.

Federación inauguró en 1994 la actividad termal en la provincia. Emplazado a orillas del Lago Salto Grande, ofrece un variado menú de actividades, desde piscinas recreativas con gran cantidad de toboganes a sectores más pasivos y de relajación. El parque cuenta además con un exclusivo Spa y un Museo temático sobre el termalismo en nuestro país.

Colón pertenece también al grupo de las más antiguas, posee 13 piscinas de agua termal dulce (3 de ellas cubiertas) con temperaturas que van de los 27°C a los 34° C. Cuenta con un parque acuático.

Villa Elisa está ubicado a sólo 4 km del casco urbano, consta de 41 hectáreas en las que se mezclan espacios verdes, 10 piscinas (pasivas, recreativas y con olas) y un lago artificial. Posee dos hoteles, más de 20 bungalows y un amplio sector de camping.

Otro paseo allí para realizar en familia es el clásico paseo en el tren histórico "La zorrita" que en vacaciones de invierno saldrá todos los días a partir de las 15 y cada media hora. En el recorrido de 25 minutos se van explicando los lugares por lo que va atravesando. Parte desde este sábado 6 de julio. Los pasajes están $50 para los chicos y $150 para los adultos.

San José fue el primero en desarrollar el concepto de parque acuático termal, con toboganes y juegos para los más chicos. También cuenta con spa y un amplio menú de alojamientos.

Concepción del Uruguay está ubicado sobre la Ruta Nacional 14 (km 129) y ofrece una cuidado balance entre naturaleza y confort. Cuenta con un gran parque acuático, varias piletas cubiertas, bungalows, cabañas y apart.

Concordia posee siete piscinas (dos para menores, dos para mayores y dos mixtas), un lago termal artificial y más de 15 hectáreas de bosques naturales. Cuenta además con una gran infraestructura recreativa, con canchas de fútbol playero, tejo y beach vóley.

Chajarí. También ubicado sobre la Ruta Nacional 14 cuenta con 11 piscinas (una de ellas adaptada para personas con movilidad reducida) y una Reserva Natural con senderos para trekking y un Centro de Interpretación de la Naturaleza.

La Paz se encuentra sobre las barrancas del río Paraná. Cuenta con once piletas de agua de gran salinidad (el doble que el del agua de mar). Su nombre tiene íntima relación con el entorno natural y despojado en el que se hallan inmerso el complejo.

En Victoria, el complejo termal Victoria del Agua se presenta como un auténtico “homenaje al agua”. Sus piscinas, paradores y spa fueron pensados en función de maximizar las bondades del paisaje. Un plus recreativo: Waterball, la posibilidad de recorrer su piscina principal a bordo de una burbuja gigante de aire

Basavilbaso. Cuatro grandes espejos de agua conforman el núcleo central de este moderno parque inaugurado en 2012. Cuenta con spa, restaurante y bungalows y un servicio de bicicletas ideal para recorre sus casi 60 hectáreas de superficie.

Villaguay tiene un marcado perfil terapéutico, con salas para tratamientos kinesiológicos, drenaje linfático, masajes relajantes o ayurvédicos y un spa dedicado a la estética y la belleza. Su circuito de aguas incluye sauna, baño de vapor, ducha escocesa, tanque de hubbard (hidroterapia) y bañeras.

10. Rosario

El punto de partida para descubrir los encantos de Rosario se puede establecer en el Monumento Nacional a la Bandera, vinculado con la Catedral a través del pasaje Juramento y una serie de esculturas de Lola Mora. En la base se puede visitar el Museo de las Banderas. Junto al Patio Cívico, la torre principal se eleva a pasos del río y un ascensor permite acceder al mirador (a 70 m), con espectaculares vistas hacia todos los puntos cardinales. De un muelle ubicado frente al monumento zarpa el barco Rosario 1, que realiza un recorrido de una hora por la zona del delta entrerriano.

En el horizonte del extremo norte de la costanera rosarina se recorta la silueta del puente a Victoria (Entre Ríos). Allí se despliega la playa de arena La Florida, un lugar de descanso ideal para combinar con un almuerzo o una cena en las típicas cantinas que ofrecen pescados de río. El renombre de la parrilla Escauriza tiene sus razones: porciones generosas servidas sin espinas y manjares como pacú y boga al limón, rabas, bastoncitos de surubí y albóndigas de pescado.

El Jardín de los Niños, en el Parque Independencia, apunta a estimular la imaginación y la creatividad. Entre sus juegos, misterios y talleres de poesía sorprende la sala de inventos de Da Vinci, magistralmente recreados. El Museo de los Niños forma parte del Tríptico de la Infancia, que también abarca la Granja de la Infancia y la Isla de los Inventos.