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Martes 10 de septiembre de 2019
Veracruz, el equipo que no gana hace un año, se metió en los libros de historia y pagó para no descender (un entrerriano entre sus ídolos)
Veracruz

Tres ceros suceden a la coma: 0,000103 es el porcentaje de probabilidades de que un equipo dispute 34 partidos y no consiga siquiera una victoria. La matemática, fría, deja en evidencia que es una situación por demás atípica. Y sin embargo el fútbol se permite desafiar a la lógica. En este caso, para dar forma a una de las peores rachas en la historia del fútbol profesional.

Fundada hace cinco siglos por Hernán Cortés, Veracruz es la ciudad-puerto más importante de México y la sede de la festividad de carnaval más atrayente de ese país. También es la casa de los Tiburones Rojos, uno de los participantes, bajo el nombre de Deportivo Veracruz, en la primera edición profesional de la liga, en 1943. Un club que tiene en su galería de ídolos al entrerriano Jorge Comas -delantero de Boca y Vélez en la década de 1980-, que cambió de propietario varias veces (en México los clubes son sociedades mercantiles), que fue desafiliado y que incluso desapareció durante una década (1979-1989).

Faltaba casi un mes para que comenzara el último otoño mexicano cuando los Tiburones Rojos se fueron victoriosos por última vez de un estadio. Fue del suyo, el Luis "Pirata" de la Fuente, el 25 de agosto de 2018. Ese día, los 7.693 espectadores que ocuparon parcialmente las tribunas festejaron el solitario gol de Diego Chávez a los 7 minutos del primer tiempo y que valió el triunfo 1 a 0 ante Xolos de Tijuana. Desde entonces, la Tierra dio una vuelta completa alrededor del Sol, las cuatro estaciones transcurrieron y Veracruz no volvió a ganar.

. Ocho empates y 26 derrotas, entre ellas algunas estruendosas como un 9 a 2 contra Pachuca y un 7 a 0 ante Necaxa. Esta racha ya hizo añicos la marca del Derby County inglés, que en la temporada 2007/08 de la Premier League había encadenado 32 juegos sin ganar, e igualó la de Argentino de Quilmes, que completó las 34 fechas del torneo de 1939 sin alegrías (cuatro igualdades y 30 traspiés). El modesto consuelo para Veracruz en estos 12 meses son las tres victorias por la Copa MX: dos frente a Mineros de Zacatecas y una contra Lobos BUAP. 34 encuentros y ninguna flor Diez partidos en lo que restaba de aquel Apertura 2018, los 17 duelos del Clausura 2019 y los siete que ya pasaron en el torneo actual le dan forma a la funesta serie: 

La catarata de resultados adversos se fagocitó a tres entrenadores (además de dos interinos): el chileno Juvenal Olmos, el uruguayo Robert Siboldi y el mexicano Enrique Meza. El último se fue después de una paliza 5 a 0 frente a Gallos Blancos de Querétaro hace 10 días. “Esto no es culpa de los jugadores. Si hay que culpar a alguien, ese soy yo. Me siento impotente”, admitió antes de partir. "Somos una vergüenza total, no merecemos llevar este escudo", sentenció el mismo día Gabriel Peñalba, uno de los cinco argentinos que integran el plantel (los otros son Cristian Menéndez, Daniel Villalva, Gaspar Iñiguez y Federico Illanes).

Frente a semejante malaria, cualquier futbolero con conocimientos elementales se preguntaría cómo este equipo, por lejos el peor de la pasada temporada en la Liga MX, continúa jugando en la Primera División. La respuesta se cuenta en billetes: 120 millones de pesos mexicanos (equivalentes a seis millones de dólares). Fue lo que abonó la dirigencia del club para conservar la plaza en la máxima categoría, amparada en el artículo 23 del reglamento de la competencia, que contempla esa chance para conservar el lugar tras un descenso deportivo.

Causa o consecuencia, la debacle futbolística de los Tiburones Rojos va acompañada por una cadena de incumplimientos económicos que ya le costaron un descuento de seis puntos en abril, por no pagar 224.500 dólares a Montevideo Wanderers por los derechos de formación del mediocampista Matías Santos, y una orden de la FIFA para que le abone casi un millón y medio de dólares a Matías Cahais, ex defensor de Boca y Racing, por sueldos no percibidos durante su estadía en el club en 2016 y por una indemnización por la rescisión de su contrato.

No solo quienes ya no están resultaron damnificados. El plantel actual también padece atrasos en el cobro de sus haberes, aunque hasta el momento los futbolistas prefirieron no hacer pública la situación, por lo que ni la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AMFPro) ni la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) pudieron iniciar acciones.

El gobierno del Estado de Veracruz es el propietario del nombre, de la marca comercial, de las instalaciones y del logotipo de Tiburones Rojos, pero el dueño del certificado de afiliación (el documento que otorga la FMF para que un equipo pueda participar de la Liga MX) es Fidel Kuri Grajales, un empresario vinculado al transporte y la construcción, diputado federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dueño también de Albinegros de Orizaba, un club de la tercera división mexicana.

“Estoy arreglando cómo pagarles y ponerlos al corriente. Me gustaría pagarles, pero no tengo con qué”, argumentó Kuri Grajales la semana pasada. A la espera de que el empresario honre sus compromisos, el equipo, ya con nuevo entrenador (Enrique López Zarza), intentará el viernes próximo frente a Cruz Azul romper una racha que ya se ganó un lugar en los libros de historia del fútbol profesional.

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