No todos están apurados en el Gobierno. Lejos de aquella llegada estridente de la nueva conducción de Aerolíneas Argentinas, que inmediatamente dispuso el despido de 29 gerentes y directores, en otra parte del Ministerio de Transporte nadie apura los pasos. Especialmente en el mundo de los ferrocarriles.

La gran mayoría de los puestos claves de la cartera que conduce el massista Mario Meoni aún está sin designar. De todos, el caso más alarmante es el de los trenes. Trenes Argentinos, la empres que maneja todos los trenes del Estado, aún no tiene designado un presidente. Y claro está, todavía está al mando Marcelo Orfila, el titular de la firma que fue designado por Mauricio Macri en 2015.

A casi 10 días de la nueva gestión del presidente Alberto Fernández nadie sabe quién va a manejar la potente empresa del Estado, una de las empleadoras más grandes del país. El problema es que la operación de esta compleja red tiene dificultades diarias, negociaciones con los empleados y sindicatos, y miles de contratos que actualmente no tienen una línea decisoria clara.

Trenes Argentinos es una sociedad del Estado que, a su vez, controla otras, como la que se encarga de la infraestructura (ADIF) y la que opera a diario los ferrocarriles (Sofse). Orfila está a cargo de esta última también y Guillermo Fiad, que fue designado también por el macrismo, mantiene su cargo. En el Belgrano Cargas, el tren que más le preocupa a Hugo Moyano, tampoco se conoce quién lo conducirá bajo la gestión Meoni.

Las renuncias fueron puestas a disposición a partir del día 9 de diciembre, pero no se ha acercado nadie a hacerse cargo. A diferencia con el funcionario de la planta del Estado, que deja su cargo e inmediatamente cesa en sus tareas, las sociedades requieren otro tipo de manejo a la hora de cambiar sus autoridades. Existen las asambleas de accionistas y los directorios, poderes, delegación de firmas y responsabilidades que empiezan y terminan con los cargos en las sociedades.

Por ahora, el mundo trenes es una incógnita. La comidilla sobre quién se hará cargo de un área vital no sólo es mirada con expectativa por los casi 25.000 empleados que forman la empresa y por los ejecutivos y gerentes que tienen las valijas hechas desde hace muchas semanas. Los gremios también se anotan. En el mundo de los trenes, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad no son ajenos a el lobby que rodea las oficinas de Meoni. En esos pasillos se cruza con el massismo y los otros aliados electorales del Frente de Todos. Se cocinan varios ceros en subsidios y en presupuesto como para que esos "ravioles", como le llaman en la jerga a los cargos en el organigrama, sean mirados con suma atención.

Pero también las administraciones porteña y bonaerense miran de reojo. El transporte público y la infraestructura ferroviaria son determinantes para la vida del Área Metropolitana. Y algunos más. Varios constructores están al salto de conocer los nombres para saber cómo seguirán algunos proyectos ferroviarios, por caso, el Soterramiento del tren Sarmiento.

En el Belgrano Cargas, la cosa no es distinta. Sólo hay una diferencia: ahí están posados los ojos de lince del moyanismo. El Belgrano Cargas compite con los camiones. Todo dicho.

La situación no es menor. En forma directa, Trenes Argentinos gestiona las líneas urbanas de pasajeros Sarmiento, Mitre, San Martín, Roca, Belgrano Sur y Tren de la Costa. También dependen de la compañía estatal los servicios regionales de Entre Ríos, Salta, Chaco, Neuquén y Córdoba; y los servicios de larga distancia Buenos Aires - Mar del Plata, Buenos Aires - Córdoba, Buenos Aires - Rosario, Buenos Aires - Bahía Blanca, Buenos Aires - Junín, Buenos Aires - Bragado y Buenos Aires - Tucumán. Asimismo, mantiene un acuerdo operativo con la empresa Casimiro Zbikoski para la prestación del servicio Posadas - Encarnación.

Todo ese paquete hoy, 19 de diciembre de 2019, no tiene jefe.