El presidente Alberto Fernández recibirá a la Mesa de Enlace el lunes por la tarde, en la Casa Rosada. El encuentro se realizará en un contexto en el cual el malestar del campo por la suba de las retenciones a los granos no se diluyó con la promesa escrita en la Ley de Emergencia Económica sobre compensaciones a pequeños productores, cooperativas y en función de las distancias de los puertos.
Desde distintas provincias siguen pidiendo realizar un paro
de actividades, aunque esperan, por ahora, el avance de la negociación abierta
entre los dirigentes nacionales de la Mesa de Enlace con el ministro de
Agricultura, Luis Basterra.
Hasta las 15 hs. del lunes se postergaron los anuncios de medidas de protesta, pero dependerá de lo que se pueda acordar en esa reunión, en función de cómo se vaya definiendo la instrumentación de los “mecanismos de segmentación”.
El encuentro se empezó a gestar a partir de que en el
Gobierno advirtieron la firmeza que mantenían los productores de base, en
amplias regiones del país, presionando a los dirigentes nacionales para que
transmitan el “fuerte malestar por la mayor presión fiscal, y la “situación
límite” de muchos productores en el interior.
Cuesta imaginar cómo podrían acercar posiciones, aun en una
reunión al máximo nivel político y por más cordial que sea, teniendo en cuenta
que el margen sobre dinero en discusión es escaso y que el Gobierno ha hecho
cuentas finitas, peso a peso, y fue con todo al Congreso a buscar “el mayor
aporte posible del sector que más puede aportar los dólares que necesita la
economía”.
Los dirigentes rurales lo saben y por eso buscan
“definiciones en torno a lo que hay”; primero vía las compensaciones, con
devoluciones inmediatas a los eventuales beneficiarios. Todos quieren saber si
les tocará o no. En ese sentido, un punto que podría conseguir el aval de todo
el campo sería si se contempla la distancia a los puertos y se establecen
bonificaciones por kilómetro.
Ya en el plano de los “estímulos tendientes a mejorar la
rentabilidad y competitividad”, aspiran a que se instrumenten, a la brevedad
posible, créditos a tasa baja, moratorias y refinanciaciones de deudas. “Al
menos queremos que se contemple la situación de los productores que están más
complicados”, le dijo a Clarín uno de los líderes de la Mesa de Enlace.
“El impacto del incremento de retenciones aprobado tendrá importantes consecuencias sobre miles de productores de todo el país y, además, para el desarrollo de la producción, la inversión y la creación de empleo en el interior”, consideró Daniel Pelegrina, presidente de la SRA.
Las regionales más decididas a iniciar una protesta son las enroladas en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). La conducción en manos del entrerriano Jorge Chemes recibió solicitudes formales para realizar un cese de comercialización –prefieren no realizar cortes de rutas- desde los productores de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Tucumán y Entre Ríos.
Entre las cuatro entidades, Coninagro es la más cercana al
Gobierno por estas horas Su presidente, Carlos Iannizzotto, consideró a las
compensaciones como "un alivio". Pero se mantuvo crítico de las
retenciones.
Hasta la Federación Agraria Argentina (FAA), que como
primera reacción se entusiasmó con las retenciones segmentadas, un reclamo
histórico de esta entidad, advirtió que con lo aprobado en el Congreso “dicho
objetivo aún no está garantizado”. Creen que “quedó en un terreno difuso”,
porque “el texto de la Ley no establece escalas, ni tiempos, ni producciones”.
Temen que pueda quedar simplemente como “una declaración de principios, sin
correlato en la práctica”.
Por eso, el titular de FAA, Carlos Achetoni, instó a los federados a “mantener el estado de alerta y movilización, dispuesto el jueves en la Asamblea de Alcorta, hasta tanto tener la certeza de que nuestros puntos serán contemplados, y que los pequeños y medianos productores podrán acceder a la segmentación impositiva que les permita seguir produciendo”.