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Miércoles, 6 de mayo de 2020

El presente y el futuro del agro, en la balanza (restricciones en Entre Ríos)

El presente y el futuro del agro, en la balanza (restricciones en Entre Ríos)

La pandemia de coronavirus sacude con una energía inusitadaa las distintas áreas de la producción en las economías de todo el planeta.Mientras algunos países están sufriendo graves emergencias sanitarias, otros–como la República Popular China– ya están elaborando estrategias para salir dela inactividad económica producto de la cuarentena. Sebastián Senesi, profesorde la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), se refirió a los efectos de lacrisis a nivel del agro en estos últimos tiempos y puntualizó cinco aspectosque, a su criterio, conviene seguir de cerca para entender el futuro del sectoren la Argentina.

“La crisis actual golpea con fuerza prácticamente en todoslos sectores. La drástica caída del consumo impacta primero en el de losservicios, luego en la industria y finalmente en la agricultura, ya que en loúltimo que se deja de gastar es la comida. Los impactos son tremendos y por esome parece que es básico analizar los hechos que vienen ocurriendo y susposibles implicancias como para aportar a la toma de decisiones”, sostuvoSebastián Senesi, Director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la FAUBA.

El docente remarcó que desde la Segunda Guerra Mundial nosucedía un cambio tan drástico de nuestro entorno, y en este marco surgió unanueva norma: para reducir la velocidad de transmisión del virus y así salvarvidas fue necesario ‘parar el mundo’. “Detener la actividad económica asemejante escala es algo realmente complejo. El planeta está organizado ensistemas de valor integrados, con una altísima cantidad de productosperecederos cuya logística es tan sensible como específica. Hubo que hacerlo,pero tiene consecuencias”.

Sombras, nada más

En el documento Perturbación y Adaptación. El Impacto delCoronavirus en el Agro –en coautoría con Hernán Palau (FAUBA) y Marcos FavaNeves (Univ. De San Pablo, Brasil)–, Senesi señaló que la Organización Mundialdel Comercio prevé que el comercio mundial caerá entre 5 y 30% en 2020. Laeconomía de los EE.UU. caería un 1,5%; la de Europa, un 2,2% y la de China sólocrecería un 3% ante el 6% previsto. Las estimaciones apuntan, además, a que elPIB mundial, luego de esperar un crecimiento cercano al 3%, va a caer entre 5 y6%, es decir, 9 puntos de diferencia. Y cuanto más participe el área deservicios en los PIB, mayores serán las caídas.

“En la Argentina, donde tenemos un importante sector deservicios –profundizó Senesi–, el impacto del coronavirus va a agravar larecesión. Varias fuentes coinciden en que la reducción del 1,5% del PBIprevista para 2020 se transformaría en una caída del 2%. Para un PBI de casi450.000 millones de dólares, esta caída significa una pérdida de generación debienes y servicios por más de 2.000 millones de dólares en términos de valoragregado, y de unos 5.000 millones de dólares a precios corrientes de mercado.El impacto en los distintos sectores va a variar”.

Los horticultores de Jujuy y otras provincias estánpreocupados, ya que la cuarentena, el bajo consumo, el cierre de las ferias yla imposibilidad de exportar elevan el riesgo de perder su capital.

En cuanto a los granos gruesos, el docente resaltó que enestos días el ingreso de camiones a las fábricas y a las terminales portuariascerealeras del Gran Rosario se derrumbó casi un 60%. Según informaron la Cámarade la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales, al mes deabril había alrededor de 80 municipios entre Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos,Buenos Aires, Catamarca, Formosa y La Pampa que siguen aplicando restriccionesal transporte de granos, subproductos e insumos agrícolas.

“En el caso de la horticultura, si bien el consumo essostenido en verdulerías y supermercados, en las provincias, las ventas localesestán sufriendo el efecto del COVID. Por ejemplo, los horticultores de Jujuy yotras provincias están preocupados, ya que la cuarentena, el bajo consumo, elcierre de las ferias y la imposibilidad de exportar elevan el riesgo de perdersu capital. Muchas producciones están quedando en los lotes sin vender”, afirmóSebastián, y añadió que los floricultores viven un drama similar, al no podervender flores ni en los mercados ni en los cementerios, y deben tirar a diariomiles de paquetes a la basura.

Senesi amplió la información haciendo referencia a losimpactos del COVID en la fruticultura. “A causa de la coyuntura sanitaria, lademanda de cítricos –ricos en vitamina C– creció en todo el planeta, y eso estáempujando el precio de la fruta para arriba. Por ejemplo, el precio de lasnaranjas en las últimas semanas aumentó notablemente. Además, en nuestro paíshay que sumarle que la falta de naranjas por la contra estación se cubre confruta importada, que es bastante más cara”.

“A causa de la coyuntura sanitaria, la demanda de cítricos–ricos en vitamina C– creció en todo el planeta, y eso está empujando el preciode la fruta para arriba

A la vez, destacó que también merece atención el sectorlácteo, que hoy requiere soluciones creativas para evitar la pérdida delproducto, cuya cadena de suministro es muy perecedera. “En teoría, el consumono debería caer, pero los problemas de logística y las transacciones son unapreocupación. Y a esto sumémosle que la posibilidad de exportar es baja”.

La vereda del sol

Senesi comentó a Sobre La Tierra que “China es uno de losdestinos principales de las exportaciones argentinas. La pandemia debilitóseriamente su sistema de producción de carnes, pero al haber controlado ya elcoronavirus es posible que en la segunda mitad del 2020 nos compre carnevacuna. Esto es muy positivo para nosotros, ya que podría elevar los preciosduramente castigados en los últimos meses. China está volviendo al mercado convolúmenes crecientes y precios atractivos, aunque menores a los picos de 2019”.

En este sentido, agregó que en nuestro mercado doméstico decarnes se mantuvo la demanda en volumen a pesar de haber aumentado el preciodesde principios de año. El punto clave es que cambiaron los cortes; hoy secompra más carne para milanesa, olla y horno, y menos asado y achuras.

Por otra parte, Senesi se refirió a la actualidad de lapresente campaña agrícola de granos gruesos en la Argentina. “Al maíz y la sojales faltó humedad al principio y al final del ciclo, lo que afectó laproductividad, mientras que los precios actuales no estimulan las ventas porquegeneran resultados económicos desfavorables. El balance preliminar de lacosecha gruesa indica que la producción de los cuatro cultivos más importantesva a rondar los 127 millones de toneladas –un buen volumen–, y teniendo encuenta estos precios, el valor de la producción estaría cercano a los 22 milmillones de dólares. De todas maneras, hay que estar atentos a la evolución delos precios, que pueden seguir cayendo”.

“En nuestro país se está hablando de aumentos de facturaciónde hasta el 150% durante los últimos días del mes de marzo en el sectorminorista de supermercados, farmacias y kioscos, entre otros rubros. En estosdías, sabemos que varias pequeñas y medianas empresas de alimentos y comidaspara llevar, empresas de provisión de hortalizas y verduras, y almacenes debarrio aumentaron su facturación en la modalidad de venta online y deliveryhasta un 300%”, detalló.

El resto del año, en el radar

Con la mirada puesta en el futuro cercano, Senesi puntualizólos cinco hechos fundamentales que desde el Área de Agronegocios estánvislumbrando hoy, a principios de mayo, para seguir de cerca durante el restode 2020.

1) Los impactos del coronavirus en la economía mundial, yparticularmente en la muy golpeada economía argentina (restructuración de ladeuda, emisión monetaria, déficit fiscal, inflación, aumento de impuestos,tasas de interés, etc.);

2) Los graves impactos del COVID en la economía argentina yde otros países del globo –sobre todo en los que demandan alimentos–, y elprogreso de los problemas, las operaciones logísticas, la gobernanza política yla gestión de la crisis instalada;

3) La producción agrícola de los países del hemisferio nortey las posibles dificultades para la Argentina a la hora de abastecercommodities agrícolas y alimentos;

4) Las noticias de los impactos de la peste porcina africanaen la producción de China y de Asia (precios y cantidades de carne importada);

5) Los cambios en los hábitos de consumo, la demanda deproductos alimenticios con origen, calidad y seguridad alimentariacertificados, el uso de e-commerce y delivery, la mayor proximidad alconsumidor, y la retracción de ciertos consumos de productos y servicios. Aesto se le suma la necesidad de establecer transacciones más coordinadas entredistintos actores que abastecen y dan servicio en las cadenas globalesagroalimentarias.

Para finalizar, Sebastián destacó que “el rol de los alimentosen la recuperación es clave, porque es necesario mantener el cuerpo biennutrido, elevar los índices sanitarios y tener una productividad mayor.Probablemente, el sector de los agronegocios esté entre los que ‘corran másrápido’ en la recuperación, pero aún es prematuro saber bajo qué reglas.Creemos que tras esta crisis va a mejorar la imagen del agro y la comida en lamesa; habrá cambios en nuestros hábitos de consumo, con –por ejemplo– un boomde los sistemas de delivery. Y, por sobre todo, pensamos que tendrá lugar unanueva ola de solidaridad en la sociedad”.

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