“Cuando termine la pandemia va a haber un banderazo de la gente de bien”, había pronosticado el presidente Alberto Fernández en un diálogo con dirigentes del peronismo el 3 de septiembre. El jefe de Estado pedía “paciencia” a los suyos, que querían contrarrestar en la calle las movilizaciones opositoras.
La pandemia no terminó, pero la militancia oficialista plasmó este martes la demostración de fuerza más importante desde la asunción de Fernández. No se trató, en rigor, de una única movilización. Fueron tres marchas las que reunieron a miles de manifestantes que celebraron el Día de la militancia -ahora, de las militancias- que conmemora el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina el 17 de noviembre de 1972, pero que sirvió fundamentalmente para acompañar la media sanción del proyecto de Máximo Kirchner para gravar las grandes fortunas que se discute en Diputados.
En el medio, pasó el Día de la Lealtad del 17 de octubre con el fracaso de la movilización virtual -co organizada por el Gobierno- que remedió la espontaneidad de militancia de a “a pie”, sin estructura partidaria, logística ni colectivos.
Esta vez, la Casa Rosada no se inmiscuyó en la organización del acto ni vetó la movilización. En el medio, la Ciudad y el Gran Buenos Aires pasaron del ASPO al DISPO. Y el coronavirus ya no ocupa la centralidad que tenía en la agenda del oficialismo y la oposición. La marcha, eso sí, colapsó durante horas el tránsito porteño.
La pluralidad de los actores que convocaron a las movilizaciones de este martes refleja una vez más el armado heterodoxo del Frente de Todos. La Cámpora se autoconvocó desde un principio en las inmediaciones del Congreso para apoyar el proyecto de su jefe político. Caravanas de automóviles se movilizaron desde diferentes barrios de la Capital y el Conurbano.
También estuvo en la marcha Juan Grabois, que viene de protagonizar el incidente de la toma de tierras del campo de Luis Miguel Etchevehere.
Las organizaciones se citaron desde las 13 en el ministerio de Desarrollo Social en 9 de Julio y Belgrano y marcharon hacia el Congreso.
Esa columna la encabezó Pablo Moyano quien pidió "no volver a los cuatro años de Macri, nunca más. Porque le hizo mucho daño al pueblo argentino". Además, dijo que el gremialismo argentino apoya al gobierno: "Por eso estamos acá", se envalentonó
Fernández recordó a Kirchner en sus redes sociales y saludó a las militancias feministas. Otros funcionarios del Ejecutivo, como Santiago Cafiero, se plegaron a las consignas.