Como dijo el historiador y lingüista francés Michel de Certeau, la sociedad se narra a sí misma a través de la historia. Y también a través de la literatura, se podría agregar. Por medio del ascendente género de la novela histórica, los lectores "viajan" al pasado remoto o cercano para conocer con mejor detalle vidas de personajes célebres, ahondar en procesos sociales o revisar las versiones oficiales de distintos hechos. A diferencia de la disciplina creada por Heródoto, la literatura (cuyos inicios se atribuyen a otro griego: Homero) se toma libertades con la historia. Como su nombre lo indica, la novela histórica es una obra de ficción que no solo está ambientada en un periodo histórico, sino que en ella, además, los acontecimientos probados cumplen un papel destacado en el desarrollo narrativo. En ocasiones, los protagonistas o personajes secundarios de esos episodios resultan también protagonistas de las aventuras de ficción, como sucedió con Juan Manuel de Rosas, uno de los hombres que más ha nutrido la imaginación literaria nacional, de José Mármol a Andrés Rivera, pasando por Federico Andahazi y Florencia Canale.
Por definición, las novelas históricas son realistas, y exigen a los autores un gran trabajo de documentación, en parte para no caer en anacronismos (una reina europea del siglo XVII no puede tener perfil de Facebook ni un caudillo federal una fortuna en un paraíso fiscal). Juan José Saer, que abominaba de esta categoría narrativa, consideraba imposible reconstituir un momento del pasado porque, señaló, "el punto de partida de toda novela es el presente de la escritura". A su manera, él mismo probó suerte con la historia (como tema, no como objeto de representación) en la novela El entenado, que transcurre en el siglo XVI.
"Hablar hoy de novela histórica, como hablar de todo lo que involucre géneros, nos obliga a hacernos preguntas -dice la escritora y periodista Gabriela Saidon-. ¿Seguimos hablando de literatura de géneros (con la consabida adjetivación de 'menor' que suele venir adosada) versus literatura a secas? ¿Novela histórica es la que se refiere a tiempos remotos o también la que cuenta hechos de, por ejemplo, el siglo XX? En mi imaginario, el género novela histórica argentina se ubicaba siempre en el siglo XIX, cuando los géneros literarios se institucionalizaron. En mi caso, jamás hubiese pensado que mis libros anclados en la década de 1970 eran históricos, y me costó categorizar así a mi novela Cautivas, situada durante la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. En cambio, mi última novela, La reina. El gran sueño de Manuel Belgrano es histórica y romántica y a mucha honra".
Muchos escritores argentinos versionaron la historia, a veces acercándola a la orilla de la ficción y, otras, a la de la "verdad" del relato de los hechos. Antonio Di Benedetto, Andrés Rivera, Leopoldo Brizuela, Cristina Bajo, Tomás Eloy Martínez, María Rosa Lojo, Sylvia Iparraguirre, Ricardo Piglia y Elsa Drucaroff son solo algunos de ellos.
Es la primera novela que escribió Walter Scott luego de dejar la poesía. Si bien retoma la rebelión jacobita de 1745, su propósito no era escribir una novela histórica sino exponer costumbres y ambientes de Escocia con información de primera mano, basado en su propia experiencia. Edward Waverley es un joven de tendencias románticas tironeado por dos lealtades, a su padre, defensor de los Hannover, y a su tío, que apoya a los Estuardo. En la novela, el protagonista se enamora de dos jóvenes, va a prisión y participa de una batalla crucial, donde brilla como héroe. Hector Berlioz compuso la obertura Waverley.
Forma parte de un ciclo de novelas de la autora, en el que se incluyen La pasión de los nómades y La princesa federal. Está protagonizada por una inmigrante, Rosalind Kildare Neira, que emigra con su esposo debido a la falta de horizontes en Irlanda y Galicia, tierras de los ancestros. Cautiva de los ranqueles, conoce a un personaje histórico de relieve, el coronel Manuel Baigorria, unitario que buscó refugio en las tolderías. "Fue tiempo de matanzas para los ranqueles de Manuel Baigorria: de ataques y de emboscadas, de fusilamiento de prisioneros en los cuarteles de los huincas", cuenta la narradora.
"No se oye ni una voz, ni un susurro. Solo el sonido de los pasos, cientos de ellos, en la tierra mojada por el relente nocturno; y a veces, el leve entrechocar metálico de fusiles, bayonetas, cascos de acero y cantimploras", se lee en las primeras páginas de esta novela que narra los diez días de la sangrienta batalla del Ebro, durante la Guerra Civil Española. Aunque no son reales las unidades militares ni los personajes que aparecen (se desataca un grupo de mujeres en combate), el rigor documental del autor y su pulso para retratar la aventura bélica como una tragedia convierten la novela en testimonio de una época.
La autora entrerriana fue una de las renovadoras del género de la novela histórica en el país y este título, que narra el conflictivo vínculo entre Juanita Sosa, "la endecanita", y Juan Manuel de Rosas, se convirtió en un best seller instantáneo. La novela refiere en simultáneo los abusos de poder públicos y privados de Rosas, que quiso llevarse a Southampton a la joven (que estaba enamorada de un unitario). Tres años después de la publicación de esta novela, en 1996, De Miguel ganaría el Premio Planeta con El general, el pintor y la dama, donde los protagonistas son Justo José de Urquiza y Juan Manuel Blanes.
En 2020, dos novelas abordaron la historia de Marie Anne Périchon de Vandeuil, esposa del oficial irlandés Thomas O'Gorman. Una es La libertina, donde se la presenta como a una mujer audaz e inteligente, solo respetuosa de las convenciones de la época cuando era útil para sus propósitos. Amante del general inglés William Beresford y luego de Santiago de Liniers, a uno y a otro lado de los bandos en pugna durante las Invasiones al virreinato del Río de la Plata, esta "francesa por nacimiento pero británica por amor" guía la trama de la novela de Canale.
Esta saga sobre la confluencia de sajones, vikingos y normandos se inició con Northumbria, El último reino, de 2006, al que siguieron otros siete títulos. La historia comienza en el año 866, con Uhtred, un niño de nueve años que está llamado a ser señor de Bebbanburg. Pero el sur de Escocia es invadido por una flota danesa y guerreros vikingos que asesinan a su padre; el reino cae y Uhtred es tomado prisionero por uno de los líderes daneses, que lo educa como si fuera su propio hijo. Más adelante, el joven deberá decidir por qué pueblo luchar, si por la tierra de sus padres o por la de los belicosos conquistadores.
Es la segunda novela protagonizada por la "Perichona", lanzada en 2020. Esta mujer nacida en una isla africana, de nacionalidad francesa y con un marido irlandés arribó al virreinato del Río de la Plata a fines del siglo XVIII. Fue amante de hombres poderosos antes de la Revolución de Mayo; cuando el poder cambió de manos, los patriotas se cobraron venganza de sus conspiraciones, condenándola al destierro. En esta novela tiene como aliada a otra extranjera, la británica Mary Clarke. Al inicio de la historia, aparece la nieta de Marie Anne Périchon de Vandeuil, Camila O'Gorman.
Para coronar un año en que, pese a la pandemia, se publicaron varias novelas históricas, en diciembre llega las librerías argentinas el Premio Planeta 2020. Este thriller histórico transcurre en el año 1137. El duque de la poderosa región francesa de Aquitania ha sido envenenado en Compostela. Su cadáver tiene además la marca del "águila de sangre", una tortura normanda. A esta muerte seguirá la del rey de Francia, suegro de la protagonista de la historia, Leonor de Aquitania. Con la ayuda de espías, ella y su esposo deberán tomar las riendas del caso si quieren conservar el trono y sus propias vidas.