Un informe titulado “ Semáforo epidemiológico municipal. Una herramienta para pensar la vuelta a clases en el contexto del COVID-19 ” da cuenta de la aplicación de un índice, desarrollado por el Consejo Federal de Educación, que determina la viabilidad para que los diferentes municipios del país vuelvan a clases, siguiendo tres parámetros: niveles de transmisión, aumento de casos en las últimas semanas y porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva.
Según el trabajo, solo tres municipios (sobre una base de 18) tienen las condiciones para retomar la presencialidad en las aulas. Estos distritos con "semáforo verde" son los de General Pico (La Pampa), Mar del Plata (Buenos Aires) y Villa General Belgrano (Córdoba).
El informe toma los datos de 18 municipios de todo el país:
Comodoro Rivadavia (Chubut); Concepción del Uruguay (Entre Ríos); General Pico
y Santa Rosa (La Pampa); Bahía Blanca, La Matanza, Mar del Plata, Olavarría,
Pinamar y Vicente López (Provincia de Buenos Aires); Rafaela, Rosario y Venado
Tuerto (Santa Fe); Río Gallegos (Santa Cruz); Ushuaia (Tierra del Fuego); Villa
General Belgrano (Córdoba); Rosario de la Frontera (Salta) y Chilecito (La
Rioja).
Mientras que solo tres localidades tuvieron "puntaje ideal", los municipios de Comodoro Rivadavia, Concepción del Uruguay, Rafaela, Río Gallegos y Venado Tuerto tienen "semáforo rojo”, por lo que el riesgo epidemiológico sigue siendo muy alto como para retomar cualquier tipo de actividad presencial.
El resto de los municipios observados tienen "semáforo
amarillo”, es decir que presentan un nivel mediano de riesgo. Estos son Bahía
Blanca, Chilecito, La Matanza, Olavarría, Pinamar, Rosario, Rosario de la
Frontera, Santa Rosa, Ushuaia y Vicente López. De acuerdo al índice oficial, en
todos ellos se debería avanzar en una apertura parcial.
Según los autores del informe -Guadalupe Rojo (Centro de Estudios para el Desarrollo Humano de la Universidad de San Andrés), Víctor Volman y Federico Braga- el uso del índice debe ser complementado con otras condiciones requeridas para la reapertura de escuelas, como factores estructurales y organizativos.
“El mayor desafío que vemos es la disparidad de acción entre instituciones educativas, incluso dentro de un mismo municipio. Cuando las familias ven que algunos chicos retoman contacto con sus docentes y compañeros, y otros (por ejemplo, vecinos del mismo barrio) no lo hacen, es natural que hagan una lectura de injusticia y arbitrariedad”, afirmó Rojo.
Por otro lado, también agregó: “Debemos pedir objetividad para los criterios por los cuales una escuela decide no retomar actividades de revinculación, aun cuando el semáforo de su municipio está en amarillo. Y si se trata por ejemplo de problemas de infraestructura edilicia, el Estado debe aportar soluciones para facilitar la apropiación del espacio público: parques, veredas e incluso calles”.
El nuevo sistema de "Semáforo Escolar" permite determinar el retorno a las clases presenciales en diferentes municipios dependiendo de diferentes variables.
Esta modalidad "semáforo" fue desarrollada por el
Consejo Federal de Educación y permite evaluar el riesgo epidemiológico que
implicaría el desarrollo de actividades presenciales en las escuelas,
dependiendo de la zona, los niveles de transmisión, aumento de casos en las
últimas semanas y porcentaje de ocupación de terapia intensiva en cada
municipio.
Para cada uno de los tres indicadores clave –nivel de
transmisión, aumento de casos y porcentaje de ocupación de terapia intensiva–,
la resolución del CFE establece tres niveles: bajo, medio o alto. Estos son
representados por los “colores del semáforo”, con los niveles en rojo
significando el riesgo alto, los amarillos el riesgo mediano y los verdes el
riesgo bajo.
Además, se establece que las localidades que estén en verde podrán retomar las clases de forma semipresencial, con un retorno progresivo y escalonado, las que estén en amarillo podrán realizar actividades no educativas y las que están en rojo aún no pueden retomar la presencialidad de ninguna manera.