| Entre Ríos EN LOS MEDIOS NACIONALES |
Sábado 30 de enero de 2021
Llovió algo, pero la soja y el maíz piden más “agua bendita” (la situación de Entre Ríos)
campo soja produccion

Con muchas zonas al límite, productores y asesores de seis provincias dan sus testimonios desde los lotes, entrando al período clave para los rendimientos.

Las recientes lluvias aliviaron a muchos productores. Sin embargo, el agua sigue siendo la preocupación principal… y eso que no faltan otras.

Retenciones, precios máximos, vaivenes en la cotización de los granos, dificultades financieras. Todo esto forma parte del devenir cotidiano de los productores argentinos. Sin embargo, saben bien que si no hay agua todo se hace más difícil. La sequía es lo que termina de definir el “poder de fuego” que tendrá un agricultor al final de la campaña. Sin “físico”, todo se hace más difícil. Con él, la cosa se aligera.

Esta campaña gruesa, de días calurosos y cielos diáfanos, ha complicado algunos cultivos en ciertas regiones productivas del país. Al cierre de esta edición en todas las zonas esperaban más bendición hídrica. Algunas están mal, otras peor y también están las regiones que hoy surfean la ola, pero en todas requieren más lluvias.

Clarín Rural armó un bosquejo con productores y asesores de distintas regiones para conocer de primera mano cómo están los cultivos y qué puede esperarse de aquí al cierre de la campaña.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hay un saldo negativo de disponibilidad hídrica de los cultivos. “Para las 10 millones de hectáreas que conforman la región núcleo, esta ola de calor significa una pérdida aproximada de agua en el suelo de 7 a 8 milímetros diarios, por lo que la región núcleo perdió por evapotranspiración un valor cercano a los 30 milímetros que equivalen al 60 % de los acumulados recibidos en las últimas lluvias”, cuantificaron.

“Habrá pérdida de peso en el llenado de granos de maíz y se necesitan las lluvias este fin de semana para frenar este proceso”, advirtieron técnicos de Marcos Juárez. En soja de primera, “hay lotes con plantas estresadas”, dijeron desde la BCR. “Se necesitan lluvias urgentes superiores a 50 mm para continuar con el ciclo en forma más o menos normal”, agregaron.

Entre Ríos

En Entre Ríos los lotes están crujientes, y no solamente por las pocas gotas de esta campaña. “Venimos de dos campañas de seca, arrancamos ya con un déficit de 250-300 mm en 2019, que se profundizó en 2020, cuando precipitaron 650 mm de los 1100 promedio que ofrece esta zona habitualmente”, contó Carlos Flores, que siembra sorgo, soja y maíz en la zona de Rincón de Nogoyá y Gualeguay, en el centro-sur entrerriano.

Entre jueves y viernes, de Victoria hacia el oeste habían precipitado 40-60 mm, aunque en la zona más crítica (Paraje la Tacuara, Rincón de Nogoyá y parte de Gualeguay) sólo tenían 15 mm pero estaba como para seguir “bendiciendo”… perdón, lloviendo.

“Se dio un fenómeno parecido a lo que lo viví en Santiago del Estero, con una temperatura mayor a la humedad durante varios días, esto es, 38-40 grados y 25% de humedad relativa, parece Santiago o Chaco, ¡pero es plena Mesopotamia!”, lamentó Flores.

El trigo fue el primero que sufrió y apenas entregó 25 qq/ha cuando una media en años normales es de 35 qq/ha. Luego los cultivos de verano llegaron a sembrarse bien porque se aprovecharon unos milímetros puntuales, pero después las altas temperaturas y la falta de agua fueron complicando todo. “El maíz de primera ya está jugado, con suerte llegará a los 4000 kg/ha, esto es la mitad de lo que puede dar en un año normal, pensando que recibió 300 mm de los 800 por lo menos que necesita entre napa y lluvias”, relató Flores quien cree que lo van a terminar cosechando antes de la fecha habitual (fin de febrero primera quincena de marzo) para evitar que se “cocine”.

Ahora bien, a quienes les queda aún algo de tiempo para remontar el partido es a la soja (de primera y de segunda) y al maíz tardío. “La soja de primera sembrada en octubre está marcando chauchas y con alguna flor, si llueven 60-70 mm podría dejar de abortar flores y recuperar”, dijo Flores. Lo mismo para el maíz tardío. “Pero tiene que llover ya”, remarcó el productor entrerriano.

La Pampa

+Desde Caleufú, en el norte pampeano, a 90km del límite con San Luis (al oeste) y a 100 de Córdoba (al norte) y 120 de González Moreno (Buenos Aires), la productora Lidia Carletto contó que “el girasol sufrió muchísimo la falta de agua y a eso se le sumó una granizada del tamaño de huevos de gallina que donde cayó hizo desastres”. De todos modos, los que se salvaron del granizo no van a tener muy buen rinde por la falta de agua. Desde junio hasta fines de diciembre que casi no llovió en la zona. Vale recordar que hoy en esa zona se siembra mucho menos girasol que antaño, producto de la cantidad de palomas que se llevan hasta el 60% de una cosecha. Muchos, dejaron de hacerlo.

En cuanto a las sojas de primera “sufrieron mucho y algunos tuvieron que resembrar, mientras que las de segunda porque enero fue el único mes que llovió acá desde el invierno, con 170 mm en General Pico y 100 acá, más al oeste, que sirvieron para abastecer cultivos, también sirvió al maíz, y perfiles”.

La falta de agua hizo que muchos sembraran el maíz recién en enero, con esas lluvias. “Pero a esta altura, y con este calor, acá, los maíces están pidiendo agua de nuevo, a diferencia de lo que puede suceder en General Pico o Alvear, más al este, donde los maíces llegan a tomar el agua de la napa, acá, está muy baja”, contó Carletto, quien apuntó que se espera, al menos entre 10-15% menos de rendimiento.

El girasol se cosecharía en marzo, la soja en mayo y el maíz, por haberlo sembrado más tarde, tendrá que esperar hasta agosto.

Hasta el momento de cierre de la nota no habían recibido ni una gota aún.

Sudeste bonaerense

Con base en Tandil, pero recorriendo campos en un abanico importante del sudeste bonaerense, Gastón Therisod, resumió el panorama en “el barrio”: “La foto de hoy es que está muy linda toda la costa (Necochea, Otamendi, Miramar), muy seco San Cayetano, Lobería y parte de Balcarce, se está secando Ayacucho, Rauch y Coronel Vidal, y entre Tandil y Azul los cultivos están muy lindos”.

“De punta a punta, casi todo está bien, pero no hay reservas, si sigue el tiempo así una semana más los cultivos se van a empezar a marcar”, apuntó Therisod.

En general, a diferencia del resto del país, la zona viene de una campaña fina de buena a excelente según de qué zona se trate. “Si entre febrero y marzo llueven 120 mm va a ser una muy buena campaña de girasol, una buena o regular campaña de maíz temprano, una muy buena de maíz tardío, también muy buena de soja de primera y de segunda”, apuntó.

“De Tandil y Azul hacia la costa, los maíces me animo a anticipar que van a andar por los 7000 kg/ha, en tanto que los tardíos, siempre que reciban esos 120 mm, van a andar por los 8000 kg/ha y las sojas de primera 2800-3300 kg/ha”, estimó Therisod.

En tanto que, para la zona de Rauch, Ayacucho, Las Armas, General Madariaga y Coronel Vidal, el asesor marcó que “la gruesa movió bien” aunque “los girasoles quedaron un poco desparejos porque les faltó algo de agua en noviembre-diciembre, pero están casi todos terminando floración y empezando llenado, las sojas de primera están recién floreciendo y las de segunda tardaron casi un mes en nacer”. “Creo que va a ser un año muy variable para el maíz temprano dependiendo de la profundidad de suelo y las lluvias localizadas, pero les hace falta entre 60 y 80 mm, los maíces tardíos vienen al límite y te diría que en los próximos 60 días necesitan 120 mm para andar bien”, dijo Therisod.

Para la zona de Tandil a La Dulce, San Cayetano, Lobería y Tres Arroyos, Therisod destacó que “como la fina allí no fue tan buena, y los trigos no se llevaron tanta agua, las sojas de segunda tuvieron buenos nacimientos”.

Santa Fe

El panorama de la gruesa arrancó con una primavera de perfiles casi a capacidad de campo en San Gregorio, bien en el sur de Santa Fe. Pero en los casos donde se sembró trigo el cultivo de invierno se llevó gran parte de la reserva hídrica. Eso hoy marca una diferencia fuerte entre la soja de primera y la soja de segunda. “La soja de segunda se ve deshidratada en una condición muy crítica y la de primera, que viene consumiendo agua del perfil no se la ve mal todavía”, contó el productor Andrés Aseguinolaza, quien confesó que “la última semana el sol estuvo bravísimo, con días agobiantes”.

“Del 1 al 10 estoy 8 de preocupado”, dijo Aseguinolaza el miércoles, durante su primer contacto con Clarín Rural. El viernes a la mañana, algo había cambiado el panorama, puesto el jueves llovieron unos 65 mm y se esperaban otros 50 para el fin de semana. Así y todo, explicó por qué estaba preocupado, sobre todo con la soja de segunda: “Después de muchos años haciendo soja-trigo/soja-maíz, este año, para no dejar tanto tiempo lotes a merced de las malezas, principalmente yuyo colorado, sacamos prácticamente la soja de primera de la rotación”.

Un 60% del rendimiento del maíz está hecho, de modo que para Aseguinolaza, en el peor de los casos van a andar en 50-60 qq/ha, pero estas lluvias permiten mensar en acercarse a los 80 qq/ha que se pueden lograr en la zona. Estas lluvias ayudan mucho a la soja. “Creo que vamos a redondear una buena campaña si se concreta este milimetraje en soja de primera y maíz, y para la de segunda va a faltar otro poco pero esto ayudaría mucho”.

Córdoba

“La lluvia de este jueves fue buena y pareja en el centro de Córdoba, entre 20 y 50 mm, con algunos lugares de 80 más cerca de la sierra, Es muy bueno porque los cultivos con esto se van a encaminar de nuevo, y si llueve algo más el fin de semana sería ideal para ya afianzar una proyección de una cosecha promedio normal”, “En general faltaba agua en toda la zona, venimos de un diciembre casi normal, pero un noviembre muy flojo con 60% de las lluvias normales, y ya veníamos mal de todo el invierno y la primavera, que nos dejaron con muy poca agua en los suelos al comienzo de la gruesa, que se atrasó un mes por este motivo”, contó el productor Iván Lubatti, que se mueve por la zona de Villa María, bien en el centro de la provincia de Córdoba.

La falta de agua hizo que casi no se sembrara maíz temprano, Lubatti calcula apenas un 5% en la zona. El resto son maíces del 15 de diciembre y enero. “Ese maíz tardío está bien, depende de las lluvias de este fin de semana, que permita emparejar los perfiles, porque, salvo en algunas zonas puntuales que recibieron lluvias en este tiempo, están faltando entre 70 y 100 mm”, contó Lubatti antes de los eventos del jueves a la noche.

La soja también está atrasada, recién formando chauchas, “vienen bien, pero no hay reservas, y ya estaba pidiendo agua”. “Históricamente, el mes que define la producción de soja es febrero, si tenemos un febrero normal, con dos o tres eventos de 30-40 mm, vamos a andar bien, si es de poca lluvia te destruye la producción, más teniendo en cuenta que tuvimos una primavera floja”, sentenció Lubatti.

¿Y el norte?

“Al que le toca (o le tocó), le toca”. Así definió la productora y asesora CREA en la zona de Charata, Chaco, y Santiago del Estero, María José Galdeano. A poca las distancia, hubo campos que recibieron 100 mm y otros que en el mismo periodo tuvieron 700 mm. “Pareciera como el clima o las nubes -dice en forma, casi de chiste- tuvieran memoria, porque ha llovido salteado, pero siempre en los mismos lugares”, dijo Galdeano.

La zona en cuestión es el suroeste chaqueño y el noreste santiagueño. Localidades como Avia Terai, Charata (en Chaco), Campo de Cielo y Sachayoj (en Santiago).

“El algodón que acá se siembra en noviembre está necesitando agua en esos lugares donde sólo llovieron 100 mm, también la necesita la soja que se siembra en diciembre, que está en inicio de floración y arranca con el período crítico en breve, finalmente el maíz, está en vegetativo, todavía no consume tanto pero hay algunos lotes donde se está acartuchando”, resumió Galdeano. El girasol, en tanto, ya se cosechó con rindes variables.

Vale recordar que es una zona que durante dos años seguidos tuvo excesos hídricos con inundaciones importantes.

los lotes chaqueños y santiagueños de maíz que todavía están en el período vegetativo no demandan tanta agua, contó la asesora María José Galdeano, pero consideró que las lluvias de este fin de semana serán decisivas para los cultivos de esa región.

En el norte, como en otros lugares, pero aquí más aún, la cobertura de la siembra directa es fundamental para conservar cada milímetro que precipite. “Nosotros medimos calidad de lotes por cantidad de cobertura, necesitamos por lo menos 8 toneladas por hectárea de rastrojo, y se nota, hace unos días veíamos lotes sin esa cobertura en donde la tierra suelta vuela y lastima las plantas generando mermas posteriores de rendimiento.

“Para el ciclo entero de verano se estima una necesidad de 600 mm, pero hay campos que apenas tienen 100 mm acumulados, les falta, pero si llueve este fin de semana estamos bastante a tiempo”, cerró Galdeano.

Si fuese un sitio de apuestas (donde paga más el evento que menor probabilidad tiene de suceder), la lluvia “pagaría” poco este fin de semana. Todos los pronósticos marcan precipitaciones para estas horas en casi todas las regiones productivas del país (algunas, de hecho, ya las tuvieron) durante la primer semana del mes de febrero. ¿Llegarán?

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