Tras la erosión inicial por los coletazos del coronavirus en el primer tramo de 2020, la aplicación del Monotributo Unificado recuperó los niveles prepandemia en Córdoba, tanto en cuanto al número de contribuyentes inscriptos como al cumplimiento en los pagos.

La radiografía cordobesa cobra importancia por ser la primera provincia que, a mediados de 2018, aplicó la reforma que unificó el cobro de Ingresos Brutos con el monotributo nacional que recauda la AFIP (e incluye además el cobro de tasas municipales).

Aquel primer cambio implementado por el Gobierno de Juan Schiaretti permitió un aumento del 34% hacia la mitad de ese año en la cantidad de pequeños contribuyentes inscriptos en el Régimen Simplificado de Ingresos Brutos de Córdoba. Y mientras que antes de la unificación con la AFIP, el fisco cordobés lograba cobrarle -al vencimiento, o en el mes subsiguiente- a poco más de la mitad de esos contribuyentes, con la reforma la cobrabilidad “aumentó considerablemente, llegando a superar el 75% a fines del 2019”.

Tras el debut en Córdoba, y bajo la bandera de la armonización y la simplificación tributaria, la iniciativa del Monotributo Unificado sumó luego más provincias y hoy son 7 las que lo aplican. Se trata de Córdoba, Entre Ríos (Gustavo Bordet), Jujuy (Gerardo Morales), Mendoza (Rodolfo Suarez), Río Negro (Arabela Carreras) y San Juan (Sergio Uñac), mientras que la última fue Salta (Gustavo Sáez), con la entrada en vigencia este mes.

En tanto, otras planean incorporar el sistema. La novedad brotó de un peso pesado como Buenos Aires: lo confirmó Axel Kicillof el pasado lunes en la apertura de sesiones ordinarias, con alcance a unos 810 mil monotributistas locales que pagan Ingresos Brutos. “Se va a pagar una cuota fija mensual de Ingresos Brutos según la categoría de monotributo sin presentar declaraciones juradas y sin la aplicación de retenciones”, dijo. Pero además está en evaluación -con distintos grados de avance- en otros distritos, como Catamarca, Chaco, La Rioja, Tierra del Fuego, Chubut y Santa Cruz.

La avanzada se da en medio del impulso de un proyecto integral de simplificación y coordinación tributaria federal, en cuya letra chica trabajan el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias, y el presidente de la Comisión Arbitral, Agustín Domingo y su equipo.

Prueba de fuego

“La pandemia fue un test adicional, cómo iba a comportarse esta experiencia en un escenario tan adverso y tan estresante como fue el confinamiento, y la recuperación ha sido muy rápida así que no hubo una pérdida tan fuerte de contribuyentes”, aseguró ayer a Ámbito el ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano.

En esa línea, redobló la apuesta. “Es una experiencia que es acotada, en el sentido de que los monotributistas aportan relativamente muy poco en términos de recaudación -aunque sí son muy relevantes desde el punto de vista administrativo, al ser más de la mitad de los contribuyentes de Ingresos Brutos-, pero lo más relevante de todo es que es una experiencia escalable a contribuyentes más grandes y a otros impuestos”, aseguró.

Giordano puso el foco en la posibilidad de que “el resto de los contribuyentes de Ingresos Brutos se integre con los del IVA, y también se podría pensar lo mismo en los impuestos patrimoniales, de autos e inmuebles, con Bienes Personales”. “Creo que por ahí pasa la solución para este gran problema de la Argentina, que es un sistema tributario tan engorroso y tan complejo, con tanta evasión y que genera tantas inequidades y distorsiones”, sostuvo.

Según un relevamiento del Ministerio de Finanzas sobre el Monotributo Unificado Córdoba, si bien en los primeros meses de 2020 la crisis económica generada por el confinamiento obligatorio derivó en “una importante caída” del número de contribuyentes inscriptos en el Régimen Simplificado de Ingresos Brutos porque “muchos pequeños contribuyentes se dieron de baja”, “a medida que se normaliza la situación la cantidad de contribuyentes registrados aumentó un 10%, tendiendo a aproximarse a los niveles prepandemia”. Una tendencia similar se observa en los niveles de cumplimiento de pago de los contribuyentes inscriptos. “Con la crisis este indicador empeoró, pero siempre se mantuvo por encima del nivel anterior a la unificación, y a medida que se normaliza la situación rápidamente tiende a recuperar los niveles previos a la pandemia”, señalan, tras una caída de 6 puntos en el primer tramo de 2020 y un repunte de 7 que arrancó en mayo.