Mientras observan con atención los debates que se dan en
todo el mundo en torno a la carne y la ganadería, las asociaciones de las razas
bovinas no abandonan su búsqueda del mejoramiento genético. Un capítulo
interesante en esta saga es la experiencia que viene realizando hace ya tres
años la raza Limangus con las pruebas pastoriles en las que compara el
desempeño de diversas líneas genéticas bajo un mismo contexto ambiental.
Esta semana, en la Chacra Experimental de Belloc, en el
partido bonaerense de Carlos Casares, se realizó la primera jura fenotípica de esta prueba en la que participan 11
cabañas provenientes de Buenos Aires, La Pampa, San Luis y Entre Ríos. “La
raza tiene una gran capacidad de adaptación, también hay toros Limangus en
Corrientes, Santa Fé, Córdoba y Salta”, asegura en diálogo con Clarín Rural
Gustavo Cócaro, gerente de la Asociación Argentina de Limangus, y explica los
términos de la prueba.
“Cada una de las cabañas envía tres toritos y a todos los
animales se les da el mismo tratamiento: están en el mismo ambiente, comen lo
mismo -la alimentación es casi exclusivamente pastoril excepto una pequeña
suplementación de terminación-, se busca ver la importancia del componente
genético”, explica.
La prueba que está en marcha en este momento es la tercera
que realiza Limangus y arrancó en octubre pasado con el ingreso de los toritos
de un año de edad. Ayer, en la primera jura, se separó a los animales en cuatro
grupos a partir de sus características fenotípicas. Según explica Cócaro, la raza
busca rescatar animales con un frame moderado, un desarrollo muscular adecuado,
rusticidad, alta fertilidad, facilidad de parto y eficiencia en la conversión
de alimento en carne.
Los resultados de la primera jura fenotípica, que estuvo a
cargo de Horacio Cook, no se publican y solo son revelados a las cabañas
participantes, porque no terminan de ser representativos para el resultado final.
El fenotipo representa el 40 por ciento de la puntuación total, y de ese 40 por
ciento el 30 por ciento se definió ayer y el 70 por ciento restante se definirá
en la segunda jura, ya que la expresión de las condiciones se da en diferentes
momentos. Ahora los toros tienen apenas 5 meses en esta experiencia.
La segunda jura fenotípica se realizará previo a la
finalización de la prueba, en septiembre, y además, a todos los toros se les
hará ecografía de carcasa, que aporta un 25 por ciento de los puntos finales,
se les medirá la circunferencia escrotal y la calidad seminal (otro 25 por
ciento), y se les hará un cálculo de ganancia de peso diaria (el 10 por ciento
restante de la puntuación total).
“Al final de la segunda jura, con todos estos datos se define
quién es el campeón de la experiencia y cuál es la mejor cabaña. Es una
competencia en la que los toros, al unificar la condición ambiental, expresan
lo que realmente son”, remarca Cócaro, y señala que un aspecto que atrae mucho
a los criadores es la oportunidad de comparar cómo están respecto a otras
cabañas y a la media de la raza, y validar así los avances en la línea genética
que sigue cada cabaña.
Hay cabañas que desde hace 20 años apuntan a mejorar el
área de ojo de bife, otras que priorizan la calidad espermática…Hay cabañas que
persiguen parámetros que no están medidos en la prueba, como por ejemplo la
facilidad de parto, pero esas cabañas pueden ver en otros parámetros como
crecimiento y terminación si sus ejemplares fueron inferiores a los de las
otras cabañas. Cada uno elige a qué apunta su cabaña, pero el trabajo grupal
sirve para compartir y comparar información y hacer ajustes”, remarca.
Según comenta Cócaro, Limangus tuvo un importante crecimiento en los últimos 4 o 5 años y ese crecimiento se ve reflejado tanto en la dispersión geográfica de la raza como en los precios obtenidos por sus animales. En el Mercado de Liniers los gordos suelen alcanzar precios máximos, y en un importante remate de terneros un lote de la raza alcanzó hace pocas semanas los 273 pesos por kilo. “Hay muchísima más demanda que oferta de vientres Limangus”, completa el gerente, y para finalizar pone énfasis en que no se trata de una cruza simple entre las razas Angus y Limousin: “Es una raza estabilizada genéticamente que tiene ? de sangre Angus y ? de Limousin”, aclara.