Darío Schneider, jefe comunal de Crespo, asumió la
responsabilidad por el evento, aunque justificó que en la localidad se
registraron “pocos casos”.
Luego de que una enfermera de Crespo, Entre Ríos, denunciara
en sus redes sociales que se había realizado una fiesta sin ningún tipo de
protocolos para 500 personas en su localidad, el intendente que permitió el
evento, Darío Schneider, asumió la responsabilidad y afirmó que se trató de una
"situación no deseada".
"Fue una situación no deseada y que nosotros
lamentamos. Nos preocupó la imagen y lo que veíamos”, remarcó el jefe comunal
en diálogo con Telefe Noticias, luego de que se viralizara una imagen en la que
se ve una multitud de adultos mayores en la pista de baile de un salón cerrado,
sin respetar el distanciamiento social y la utilización del barbijo.
Y continuó: “Es el primer evento de estas características
que se hace en la ciudad después de prácticamente un año. Hubo cosas que no
estuvieron bien y las reconocemos, hay responsabilidad compartida con el
municipio porque podríamos haber evitado la situación si nos anticipábamos un
poquito al tema, asumo la responsabilidad”.
Sin embargo, se defendió diciendo que en Crespo "viene
con muy pocos casos" y que "durante todo 2020 tuvo muchas
restricciones". Además, remarcó que habilitaron el evento "porque las
instituciones que los realizan se financian gracias a estos y necesitaban
llevar adelante estas actividades".
La fiesta, que se llevó a cabo el último fin de semana,
quedó en el centro de la polémica luego de que Lorena Ferrari, una enfermera
del lugar, expusiera la situación en su cuenta personal de Facebook. Denunció
que "desde la fiesta solicitaron la ambulancia por una persona con
dificultad respiratoria" y, al llegar, se topó "con esta multitud de
personas, hacinadas bajo un techo sin ningún tipo de protección y/o
cuidado".
"Sentí que se burlan de los que tuvimos que poner el
cuerpo en el período más crítico, donde vimos personas morir, ojos desencajados
por un poquito de oxígeno, angustia por la incertidumbre de que no sabían qué
pasaría con sus familiares“, añadió.
Asimismo, la profesional de la salud que trabaja en el
hospital San Francisco de Asís, remarcó que "no hay que tener miedo, pero
sí cuidados, hay que tener empatía por el prójimo", porque "nadie
piensa en nadie y a nadie le importa nada, solo su propia satisfacción”.
“Qué me vienen a hablar después de fiestas clandestinas de
los jóvenes que aún son más sensatos porque hacen sus fiestas al aire libre, de
las clases virtuales, de las burbujas escolares, de los niños con barbijos
todas las horas de clases, de cuando tenés que entrar a un local/negocio y hay
un límite de 3-4 personas según las dimensiones del lugar y con barbijo… ¿Para
qué se desesperan llamando/exigiendo por la vacuna? ¿Para qué?”, se lamentó.
El evento se realizó en un marco donde el Gobierno presidido por Alberto Fernández analiza reforzar los protocolos contra el coronavirus e imponer nuevas restricciones para prevenir una segunda ola de contagios, intensificada por la circulación comunitaria de la nueva cepa Manaos del virus.