El modelo cordobés de las restricciones que se conocieron
esta semana fue un agregado más a la distancia que practica El Panal con
Balcarce 50. Cómo se tomó la decisión, el diálogo directo con el PRO y el
operativo vacunas.
La semana que concluyó sirvió para un nuevo gesto de
distanciamiento entre el gobernador Juan Schiaretti y el Gobierno nacional con
el tema restricciones como eje principal de esa diferencia. El modelo cordobés
que se confirmó el jueves por la noche después de la reunión de la Provincia
con todos los intendentes y jefes comunales tuvo impacto en Balcarce 50, desde
donde observan que las medidas que se toman en Córdoba tienen alcance nacional
y sintonía con actores de la oposición. Y que lejos están de un alineamiento
con las iniciativas que impulsa Nación.
Al punto que no son pocos los dirigentes del Frente de Todos
(FdT) que ya observan detrás de los anuncios provinciales una preocupación por
el impacto económico, pero también por el rebote nacional de lo anunciado en
Córdoba. “En Córdoba hay una dependencia muy grande de las encuestas y es una
gestión que se ata muchas veces a eso. Incluso, con los riesgos que esto
conlleva como en una situación sanitaria complicada a raíz de la pandemia del
coronavirus”, lanzó de manera escueta un referente del Gobierno nacional una
vez que se conocieron medidas más atenuadas que las impulsadas desde el
Ejecutivo que conduce el presidente Alberto Fernández.
En la Provincia, como anticipó PERFIL CORDOBA ediciones
atrás, iban a esperar que pasara Semana Santa para anunciar algún tipo de
restricción y así ocurrió. Aunque, como también se dijo en aquella nota, había
funcionarios provinciales que entendían que no era el momento de las medidas
estrictas y rigurosas. Entre ellos, por ejemplo, el propio Schiaretti.
“No es una carta que podés jugar muy seguido. La gente no
tiene más margen para ‘abrir y cerrar’ o ‘vamos viendo’, por eso hay que saber
en qué momento la situación sanitaria lo requiere. Y en este caso, con un 24%
de ocupación de camas críticas, y después de haberlo evaluado con todos los intendentes
y los actores de los distintos sectores, además de los equipos de salud, se
entendió que se podían aplicar estas medidas”, reconoció a este diario un alto
funcionario provincial.
Además, hay otro factor de peso: el consenso de todo el arco
político provincial para las medidas que aplicó Córdoba. “No es casual que en
la reunión con los intendentes hayan tenido una alta participación los
radicales Marcos Ferrer (Río Tercero) y Daniel Salibi (Mendiolaza), como Juan
Manuel (Llamosas, Río Cuarto). Habla de una medida avalada por todos”, dijo.
El eje Larreta-Schiaretti, en la mira. Con mucha
insistencia, tanto entre aquellos que se encuentran en las filas del peronismo
como los que abrevian en la oposición de Juntos por el Cambio -nacional y
provincial- advierten los gestos y el diálogo que existe entre el gobernador
cordobés y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Esta semana, con las restricciones como protagonistas, un
dirigente schiarettista reconoció a este diario que “las medidas que tomó ‘el
Gringo’, como en lo gastronómico y las reuniones, le hubiera gustado tomarlas a
Larreta”. “Hay una afinidad, aunque esto no quiera decir que se traduzca en
nada a futuro”, reconoció al mismo tiempo. Buscando desactivar la chance de
fórmula nacional 2023 que algunos advierten desde hace semanas.
El otro motivo de comunicación entre ambas gestiones está
relacionado con las vacunas. Más aún después de la declaración del Jefe de
Gabinete nacional, Santiago Cafiero, acerca de la autonomía de provincias y
municipios para gestionar dosis por su cuenta.
Al día siguiente de la declaración, en Provincia salieron a
reconocer lo que señaló este diario en noviembre en torno a las negociaciones
llevadas adelante por El Panal para hacerse de dosis. Y que, en diciembre
pasado, otro dirigente provincial lo puso en palabras a este diario, aunque en
off: “hay que lograr una especie de soberanía sanitaria”.
Schiaretti siguió de cerca las negociaciones que confirmaron
desde la Provincia en la semana y que se iniciaron en noviembre con Pfizer,
Elea y Astrazéneca. De hecho, con los directivos de algunos laboratorios podría
existir hasta un diálogo directo encarado por el propio gobernador.
En el peronismo provincial también advierten el riesgo
geopolítico de una llegada de vacunas de Pfizer a la administración larretista
después de lo que pasó entre la firma y Nación. “Sería un mensaje fuerte para Alberto ese”, observan y razonan acerca
de las gestiones encabezadas desde la Región Centro por los tres gobernadores
peronistas no kirchneristas: Schiaretti, Omar Perotti (Santa Fe) y Gustavo
Bordet (Entre Ríos). “Ese mensaje, es distinto”, dicen y creen, con
cautela, que Córdoba puede tener noticias.
El cordobesismo: de la defensiva a la ofensiva. En el plano
del año electoral que tiene a la rosca en pausa por la cuestión sanitaria, un
dirigente del peronismo local analizó la mutación del cordobesismo que
practicaba el exgobernador José Manuel de la Sota, al que ahora ejerce, en la
previa de una nueva campaña por defender a Córdoba, Schiaretti.
“Aquel era un cordobesismo a la defensiva del embate K; este
es al revés, es desafiante. Schiaretti quiere volver a demostrar la incidencia
de Córdoba en el plano electoral nacional y que ya no es todo conurbano. Por
eso, el esquema de partido provincial y el diálogo fluido y amplio. Con todos
los sectores”, reconoció.
Como, por ejemplo, el que mantuvo en la última semana con Gustavo Santos, el hombre que será el candidato de Mauricio Macri en las Legislativas de este año y que, antes de cada recorrida provincial, avisa previamente la hoja de ruta.