Gobernadores insisten en que escuelas tienen baja incidencia
de contagios por protocolos y que el escenario epidemiológico es menos extremo
y está controlado. Monitoreo diario, y reclamos gremiales.
Bajo el argumento de que no transitan aún un escenario
epidemiológico tan extremo como el del AMBA y de que las escuelas con
protocolos entrañan una incidencia baja en materia de contagios, el grueso de
los gobernadores esquivó ayer el llamado de Alberto Fernández a sumarse, entre
otras medidas restrictivas, a una suspensión temporaria de las clases
presenciales, un formato -combinado con la enseñanza virtual- que por el
momento mantendrán, pero al que le aplicarán un monitoreo diario para detectar
la necesidad de cierres al menos focalizados.
En la noche del miércoles sacudió el tablero el Presidente
al anunciar sorpresivamente una congelamiento de la presencialidad en los tres
niveles educativos del AMBA (Ciudad de Buenos Aires y unos 40 municipios del
Gran Buenos Aires), a aplicar entre el próximo lunes y el 30 de abril, y con un
salto a un 100% de enseñanza remota.
Desde tierra bonaerense, Axel Kicillof confirmó minutos
después su adhesión a la medida. En el otro extremo del arco se ubicó el
porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien ayer cuestionó la decisión, anunció
que presentará un amparo ante la Corte Suprema y reclamó un cara a cara con el
Presidente, quien lo recibirá hoy en Olivos.
Pero en su discurso de anuncio de restricciones para el
AMBA, el Presidente interpeló además a la totalidad de los gobernadores.
“El resto de las jurisdicciones puede adherir a las
decisiones que estoy tomando hoy; espero que los gobernadores e intendentes
entiendan que deben acompañarme en este momento difícil, pero es
responsabilidad de cada gobernador y de cada intendente hacerlo porque vivimos
en un país federal”, arengó.
Sin embargo, al menos hasta el momento sólo avanzó en ese
sentido el catamarqueño Raúl Jalil, quien activó desde la 0 de ayer el retorno
a una “etapa roja”, que incluye un congelamiento total de las clases
presenciales por dos semanas. Jalil ya había dado un paso adelante, con la
suspensión días atrás del dictado en un puñado de departamentos, ante el
incremento en los contagios. Habrá que esperar al fin de semana, en tanto, para
ver las medidas que anunciará el riojano Ricardo Quintela, quien ya apeló
también a suspensiones focalizadas de presencialidad.
En rigor, hay dos antecedentes, aunque previos al discurso
del Presidente y de corte parcial. Otros dos mandatarios ya tenían fijado desde
el inicio del ciclo lectivo 2021 un formato de clases 100% virtual en ciudades
grandes con circulación viral comunitaria fuerte: el formoseño Gildo Insfrán y
la santacruceña Alicia Kirchner.
En cambio, el grueso de los gobernadores -de distintos
signos políticos- eligió apostar ayer a la continuidad del dictado de clases
presenciales, en línea con la premisa trabajada con Nación en el Consejo
Federal de Educación: la de maximizar la “presencialidad cuidada” con
protocolos, y recurrir -de ser necesario- a una disminución gradual de la
frecuencia de asistencia a las aulas, pero sin una suspensión de clases como
primera medida. Un consenso hilvanado a fuerza del diálogo entre la cartera
educativa de Nicolás Trotta y las provincias, que se vio sacudido por el
sorpresivo anuncio presidencial.
“Las medidas no son para Jujuy (porque) estamos en
condiciones sanitarias diferentes al AMBA y no llegó la segunda ola; la idea
sigue siendo no cerrar las escuelas ni la actividad laboral”, remarcó el
radical jujeño Gerardo Morales.
Desde otra provincia de Juntos por el Cambio, el radical
mendocino Rodolfo Suarez fue en esa senda, aunque con un tono más grave y con
apelación a la ciudadanía. “El sistema de salud está estresado y tiene un
límite: está en manos de todos los mendocinos que podamos continuar con los
chicos en las escuelas y con la economía funcionando”, dijo.
“Debemos preservar
este ámbito seguro y cuidado para asegurar el derecho a la educación, por lo
que estamos en constante monitoreo y comunicación con los equipos docentes”,
coincidió desde Entre Ríos el peronista Gustavo Bordet.
En Córdoba, en sintonía, el peronista Juan Schiaretti no
aplicará nuevas restricciones y el dictado de clases mantendrá su formato dual
presencialidad/virtualidad.
La postal cordobesa incluyó reproches gremiales, en una
instantánea que se replica en otras provincias. “Es urgente realizar
suspensiones focalizadas de la presencialidad educativa para cuidar la salud y
nuestras vidas”, disparó la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba
(Uepc), en línea con la conducción nacional de Ctera. Y apuntó a Schiaretti por
incurrir en “dilaciones y priorizando el cálculo político basado en los números
del cambiante humor social”.
“La idea es tener la mayor cantidad de días posible de
clases presenciales; si la situación amerita a que en un establecimiento o
localidad haya medidas diferentes, lo haremos”, aseguró por su parte el
peronista santafesino Omar Perotti.
También confirmaron que por el momento sostienen las clases presenciales, entre otros, los peronistas Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán), además del radical correntino Gustavo Valdés y del misionero Oscar Herrera Ahuad (Frente Renovador de la Concordia), la rionegrina Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro), el chubutense Mariano Arcioni y el salteño Gustavo Sáenz.