En una nueva medición durante este domingo al mediodía a la altura de Santa Fe, el río Paraná bajó a 45, 5 menos que en la medición del sábado a la medianoche.

Esta nueva medición marca el récord en la capital santafesina de los últimos 50 años, ya que para conseguir un registro menos hay que ir hacia el año 1971, cuando el hidrómetro marcó 42 centímetros.

Cabe destacar que el río Paraná había alcanzado el viernes los 0,58 metros y ayer, sábado, midió 0,50 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe.

La nueva bajante de este 2021 inició lentamente a fines de febrero cuando medía 3,41 mts. Con el correr de las semanas descendió por debajo de los dos metros. Luego, a mediados de abril, rompió el piso de dos metros y se mantuvo oscilando entre 1 y 2 metros.

El año pasado el río Paraná en la ciudad alcanzó su nivel más bajo en medio siglo cuando llegó a 0,48 metros entre el 21 y el 23 de mayo. Ahora está muy cerca de superar ese nivel y lo más probable es que el río sigua descendiendo a raíz de la histórica bajante que se registra en la cuenca del Paraná.

Por su parte en Paraná, el río presenta una altura de sólo 16 centímetros, 2,14 metros inferior al límite de aguas bajas (2,30 metros), 16 centímetros menos que hace siete días y 99 menos que a principios de junio.

En 1944, la situación fue peor que la actual: frente a la capital entrerriana, el río marcó 1,40 metros por debajo del cero (altura sobre nivel del mar); en Diamante -1,29; y en La Paz -1,08.

Por ello, el Instituto Nacional del Agua (INA) prevé que podría llegar a cinco centímetros de altura a fines de mes en Paraná.

"Es alta la probabilidad de un agravamiento de la bajante en el río Paraná y con esa tendencia alcanzaría niveles similares a los registrados en el año más bajo de la historia registrada (1944)", apuntó el organismo nacional.

En ese sentido, el INA aseguró que "no se espera una mejora sensible en los próximos meses", y que julio "será especialmente crítico".

A raíz de la bajante, varias embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, salieron a la luz numerosos bancos de arena, anclas antiguas, peces grandes quedaron estancados en bancos de arena y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable en diferentes localidades de Entre Ríos.

También, en algunos sectores del río se visibiliza sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe; y se registraron importantes desmoronamientos de islas cercanas al puente que une Rosario y Victoria.