Este fin de semana despidieron a Gonzalo Calleja (29). “Nada
nos lo va a devolver”, lamentan en su familia.
"A Gonzalo no nos lo van a devolver" es la frase
que repiten en el entorno de Gonzalo Calleja (29), el joven contador asesinado
en Paraná, mientras se multiplican las incógnitas alrededor de su muerte.
Ahora, los investigadores apuntan al análisis de las horas previas al crimen
para dar con sus homicidas.
La clave -por estas horas- serán los testigos, las
comunicaciones del día del hecho y las imágenes de más de 70 cámaras de
seguridad -públicas y privadas- para establecer su recorrido.
El joven contador fue despedido este sábado alrededor del
mediodía en Paraná. En un velorio que duró apenas dos horas, amigos y
familiares le dieron el último adiós y lo acompañaron hasta el cementerio de
Paraná, a unas cuadras de distancia de donde su cuerpo había sido encontrado el
jueves por la tarde.
Horas después, un grupo de vecinos había convocado una
manifestación para pedir más seguridad en Paraná pero no contaron con la
participación de los Calleja, todavía conmocionados por el crimen.
"Una cosa es que te digamos lo que era Gonza y lo que
es su familia, y otra es conocerlo", intentó describir uno de sus primos
en diálogo con Clarín.
La familia del contador asesinado no sale de su asombro tras
conocerse el resultado de la autopsia en la que se confirmó el crimen.
"Dentro de todo el horror, fue bueno saber que Gonzi no sufrió, eso es una
especie de paliativo", ensayaron como consuelo en su entorno.
En paralelo, la investigación del fiscal Santiago Alfieri y
Mariano Budasoff continúa a la espera del resultado de pericias y testimoniales
que permitan avanzar con la investigación y determinar qué pasó con Gonzalo
Calleja y, sobre todo, quiénes fueron los responsables del crimen.
Primero, trascendió que no encontraron "signos de
violencia" en el cuerpo, aunque finalmente comprobaron que falleció por
"asfixia".
"Se pudo establecer la ausencia de lesiones traumáticas
en el cuerpo de la víctima, determinándose la asfixia como medio de muerte.
Queda pendiente establecer el mecanismo por el que se produjo, para lo cual
serán esenciales las conclusiones de estudios de laboratorio y química forense,
así como los histopatológicos", detallaron los investigadores.
El subdirector de Investigaciones de la Policía de Entre
Ríos, Ángel Ricle, confirmó a Clarín que los detectives de la DDI se encuentran
analizando "más de 70 dispositivos públicos y privados" para
determinar qué pasó entre que Gonzalo Calleja detuvo su auto y el recorrido que
pudieron hacer sus asesinos hasta descartar el cuerpo.
Si bien aún no han podido descartar ninguna hipótesis, la
más fuerte continúa siendo la de un robo, vinculado a una transacción informal
de compraventa de moneda extranjera. Es que, según la investigación policial,
Calleja tenía aproximadamente 15 mil dólares y la transacción por la que habría
ido al barrio 1° de Julio (donde encontraron su vehículo) era por 6.000. El
resto (otros 9.000) fue encontrado dentro del auto, guardado en la guantera.
Por eso, sospechan que el lugar del hallazgo de su cuerpo no
es donde se cometió el crimen, sino que se trata de una escena secundaria. Para
confirmarlo, serán determinantes los resultados de pericias de suelo y del
cuerpo, además de los resultados de las cámaras de vigilancia que pudieran
haber tomado el recorrido de quienes descartaron su cadáver.
Entre las pertenencias que faltaron hay una mochila, un
reloj y el celular de Calleja, que será otra de las puntas clave para los investigadores.
Por estos días, esperan el resultado del informe de la empresa de telefonía
celular para establecer el rastreo de las comunicaciones y de las antenas que
pudieran haber captado su ubicación durante las últimas horas.
"Seguimos tomando declaraciones, tanto en el lugar del
hallazgo del cuerpo como en el barrio donde se encontró el cuerpo. En estos
días esperamos poder tener novedades", confió Ricle.
El caso
Gonzalo Calleja había desaparecido el miércoles 14 de julio,
después de salir de su trabajo en una empresa para realizar una transacción por
6 mil dólares en uno de los barrios más "conflictivos" de la ciudad
de Paraná, donde se repiten las noticias de ajustes de cuentas, allanamientos
en el marco de causas de drogas y heridos en medio de peleas entre bandas.
Sus amigos notaron su ausencia después de que no se
presentara a un encuentro para mirar el partido que River jugó por la Copa
Libertadores, contra Argentinos Juniors. Tampoco acudió al encuentro con otro
amigo, con el que había coordinado ir al gimnasio alrededor de las 18.
Unos minutos antes de faltar a esa cita, se había comunicado
con su pareja por teléfono, pero los investigadores sospechan que ya estaba en
el barrio 1° de Julio un poco antes de esa comunicación.
Lo que ocurrió entre esa hora del miércoles y la tarde del
jueves, cuando su cuerpo fue encontrado en la otra punta de la ciudad, es la
incógnita que intentarán develar para dar con sus asesinos.
Durante las primeras horas de la investigación había
trascendido el nombre de Brandon Comas, un joven de 20 años con antecedentes
por violencia de género y lesiones. Sin embargo, este sábado se presentó
espontáneamente en la fiscalía con evidencia sobre su coartada: estuvo en
Concepción del Uruguay en esos días.
Si bien continuarán investigándolo, no fue imputado ni
detenido, si no que después de declarar regresó a su casa.
Calleja era contador, jugó al básquet en el Club Echagüe y era parte de una familia muy respetada en la ciudad.