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Miércoles 28 de julio de 2021
El voto joven debiera ser una preocupación de todos (opinión de consultor político entrerriano)

Con el cierre de listas para las legislativas 2021, está por comenzar la danza de encuestas, y por más que algunos se hacen los que reniegan de ellas o del marketing político de la boca para afuera, comienza la etapa donde en los laboratorios electorales se valen de estas herramientas en la búsqueda por conquistar el voto, quien diga lo contrario miente.

Es una realidad que utilizando datos estadísticos, ya sean encuestas telefónicas, digitales y demás métodos, muchos pulsearon lugares en la listas, como también lo es que éstas investigaciones sociales sirven como uno de los principales insumos para definir las estrategias de la batalla discursiva, es decir la campaña que ya comenzó.

Una preocupación que nace de los últimos sondeos es el alto nivel de indecisos, y mayoritariamente esto sucede en el sector joven, un dato no menor es que los sub-40 representan alrededor de casi el 50% del padrón electoral a nivel nacional.

En este marco vale la pena resaltar un caso que sucedió muy pocos días atrás, que llamó la atención, y que da cuenta un poco de cómo algunos espacios a su manera, buscan atraer a esta porción del electorado.

La no al azar mención del cantante L-gante por parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en un acto en Lomas de Zamora en la entrega de computadoras del plan conectar igualdad, claramente buscó instalar una política de gobierno en el sector joven y vaya si logró sus repercusiones mediáticas.

Un dato no menor es que este segmento del electorado fue muy importante en la victoria del Frente de Todos en 2019, pero la pandemia y la consecuente cuarentena, hicieron que sea el sector donde impactaron de manera negativa más fuerte las restricciones y que fidelizarlo sea todo un tema hoy.

A este factor pandémico, se le suma que muchos depositaron sus esperanzas en que el gobierno de Alberto y Cristina venía a traer oportunidades, a generar trabajo, a mejorar la economía, y sea cual fuere el motivo, si la pandemia, la herencia, errores propios o no, o todos estos sumados, la realidad es que ello no se percibe, por lo menos aún.

Luego de más de un año y medio, los méritos que puede mostrar o destacar el oficialismo, son: en el aspecto económico, el hecho de que los indicadores estén volviendo más o menos a los niveles prepandémicos; el impulso de la campaña de vacunación de estos últimos meses; haber desplegado asistencia económica para evitar una crisis social mucho más profunda aún; y el impulso de la obra pública.

Pero con ello no alcanza, en frente tienen un abanico de críticas (fundadas o no) motivadas por la oposición respecto a la gestión de la pandemia y situaciones derivadas, que hacen mella y se suman a la economía en alerta que se vive día a día. Las expectativas de futuro según marcan las encuestas en el sector joven encienden las alarmas, los sentimientos de preocupación, miedo y desconfianza son los que lideran.

Encima para peor de la juventud, a este difícil momento que atraviesa el país, hay que sumarle el bombardeo mediático que realizan algunos medios vendiendo historias de que afuera del país todo es mejor, la estigmatización que sufrieron respecto a los aumentos de casos de Covid-19, el aumento de la pobreza y la sensación de que no hay un plan a futuro donde los jóvenes sean protagonistas, algo que a decir verdad es realmente difícil y complejo de llevar adelante por el nivel de incertidumbre en que vivimos, pero que se ve que es necesario y necesita atención, porque según marcan los números son muchos más los que creen en que hay un futuro mejor afuera, que adentro del país.

Todo esto igual, no sólo es es un tema que atañe al oficialismo, en la oposición también hay muchas preocupaciones al respecto, en Juntos por el Cambio, los seguidores mayoritarios no son jóvenes casualmente, sino todo lo contrario provienen de los sectores adultos y adultos mayores (algo que ha sido evidenciado en las reiteradas marchas convocadas por el espacio), y a esas complicaciones que tienen para captar el voto joven, se le suma que dentro de la derecha cada vez suenan más fuerte los que se proclaman liberales, o libertarios, con un discurso que si bien no acapara a grandes mayorías, si va sumando cada vez más adeptos a través de las redes sociales, youtubers, grupos mediáticos, donde comulgan principalmente jóvenes que frente al desencantamiento que genera la política en gran parte de la sociedad, hace que se sientan atraídos por ese estilo de “anarco derecha capitalista”, de la “antipolítica”, que en cierto sentido también vende el Dipy y quien al parecer JxC busca arrimar a su tropa para abarcar de cierta manera ese electorado. Larreta por su parte, también hace lo suyo a través de Tik Tok, donde busca empatizar con el público joven y viene ganando amplio terreno frente al resto de los dirigentes políticos en la mencionada red social.

Según sondeos privados a nivel nacional, la mayoría de los jóvenes no se siente representado por ningún partido o frente, y dentro de los existentes el que más adeptos suma es el Frente de Todos, lo sigue JxC y luego el resto.

Una de las principales preocupaciones que marcan a los jóvenes en general son las oportunidades de desarrollo personal y profesional (becas, empleo de calidad), entre otras varias siguen el acceso a la vivienda, la ESI, políticas sociales, culturales y de defensa de derechos.

Cercanos ya al comienzo de la campaña, todavía en la sociedad no se aprecia mayoritariamente una conexión con lo electoral, las principales preocupaciones pasan por otro lado, principalmente por las variables económicas, inflación, desempleo; la salud de la mano de la pandemia por más que sorprenda está en un tercer/cuarto plano, y comparado a otros años la educación ha aparecido como un tema que importa más; también siempre aparecen la seguridad y corrupción entre las preocupaciones, pero no ya tan arriba como en otros momentos.

Respecto a las vacunas se podría afirmar que no suman votos, pero abren el camino de la esperanza del fin de la pandemia, por lo que ello puede significar algo positivo. Volver a la “normalidad” a través de las vacunas, puede generar un cambio de ánimo que será interesante de analizar cómo impacta en los jóvenes, en diversos sectores de la sociedad también, y este en las elecciones.

Es fundamental que la juventud se vacune, como lo es también completar los esquemas de segundas dosis lo antes posible, más aún en adultos mayores o personas con comorbilidades.

Así como en un principio de alguna manera los jóvenes fueron los más afectados en sus dinámicas sociales por las abruptas restricciones que acarreó la pandemia, puede que sean los que más rápidamente salga a buscar disfrutar del levantamiento de las mismas en una sociedad que se proyecta para septiembre/noviembre con un alto porcentaje de vacunados, un calorcito entrante típico de la época que invite a salir afuera, eso sí, todo ello dependiendo si no existiese un rebrote previo que complique el panorama y permita que las vacunas hayan cumplido su cometido, como hasta ahora lo vienen haciendo.

Por Matías Micheloud. Director de Pulso Consultores. Especialista en comunicación política.

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