Fue una noche especial para Emilia Mernes. El comienzo de un viaje pero, al mismo tiempo, el final de una previa intensa que tuvo como motor el apoyo de sus oyentes quienes, en diciembre de 2023, fueron los responsables de agotar, en menos de once horas, las 10 fechas que la artista oriunda de Nogoyá fue lanzando con el Movistar Arena como epicentro de la presentación oficial de su segundo disco, .mp3. La cantante se estará presentando el 7, 19, 20, 21 y 23 de abril y el 3, 29, 30 y 31 de mayo en el venue, la puesta en marcha de un tour que también la llevará por el interior del país, por el exterior, y que cobrará otra dimensión cuando desembarque, con dos fechas en octubre, en el estadio Vélez Sarsfield. Fue una noche especial para Emilia Mernes como lo fue el día en que veía, desde su celular, la demanda de entradas, lo que le ocasionó no solo un fervor acorde a la vorágine de esa jornada sino también una reconfirmación de que el camino transitado eventualmente iba a conducirla a un lugar más genuino. La cantante suele hacer hincapié en el valor del esfuerzo como aspecto clave para hallar un espacio de comodidad para poder explorar otros sonidos, otros géneros, para emanciparse de las reglas y tratar de no mostrarse encorsetada.
“Toda la vida vi a mis papás trabajar incansablemente y
esforzarse para lograr todo lo que se proponían, ellos son mi más grande
ejemplo. Soy una chica del interior a la cual subestimaron mucho, y ojalá que
mi historia sirva para todos los soñadores que están en sus cuartos con sus
guitarras queriendo triunfar y que se reconozca su sacrificio y talento. Los
amo, siempre luchen por lo que anhelan”, había manifestado cuando su .MP3 TOUR
comenzó con el pie derecho. Luego de su álbum debut, ¿Tú crees en mí?, en 2023
lanzó un trabajo discográfico en el que se movió de lo urbano para dejar una
impronta pop con referencias explícitas a cantantes y bandas cuyas canciones
fue absorbiendo para realizar su propia alquimia.
Así nació .MP3, un disco conceptual que, desde su gestación
hasta su promoción, dejo en evidencia la atención a cada detalle. Emilia sabe
que en la combinación de melodías pegadizas con una buena barra, la relevancia
del fraseo y la contundencia de una composición (su segundo álbum se beneficia
de temas breves pero efectivos) se produce la magia, pero .MP3 siempre tuvo
como aditamento el recuperar la coherencia visual, la concepción de una
narrativa con los visualizers como la mejor forma de poner todas las cartas
sobre la mesa. Antes de su lanzamiento, se la podía ver a Mernes en una
habitación que no es más que una réplica consciente de las de muchas de las
personas que la consumen, ya sea su audiencia teen como ese público nuevo que
fue a comprar una copia física de …Baby One More Time de Britney Spears cuando
se asomaban los 2000. En ese espacio se podían ver diferentes estímulos:
afiches, stickers, diarios íntimos, revistas, auriculares en el piso, una
postal que conglomeraba el tono de su álbum.
Luego, llegó otra imagen de la artista, la tapa del disco
con un vestido violeta insignia, en el que el MP3 se convertía en el símbolo
del cambio en el que había estado trabajando, un cambio que comienza con el
sonido de un cassette y un statement de tantos otros que tiene el álbum: “Este
año me lo guardo en la cartera, no exagero”, se la escucha decir a Mernes,
quien en ese mismo tema, “Facts.mp3", reconoce lo mucho que disfruta ver su
nombre “en el lineup” y cómo solamente escupe verdades. Entre esas verdades,
hay una ostentación impostada que, según la propia Emilia, apunta a activar la
adrenalina del oyente mediante la creación de un alter ego, alguien que hace un
recorrido sensual y con la presunción como bandera en esas 13 canciones que,
como el álbum mismo, va mutando a la par de su factótum.
De esta forma, el show que comenzó el sábado puntual, a las
21, también pasó por varios estadios representados en la pantalla con imágenes
del videojuego que la artista también creó en el marco del lanzamiento de su
disco y que le aportaron un condimento lúdico que fue celebrado por sus fans,
quienes lucieron, de manera homogénea, prendas rosas y esos brillos que Mernes
impuso desde la estética de .MP3. Si bien al comienzo del show se la notaba un
tanto nerviosa, con el transcurrir de la noche se fue adaptando a esa
experiencia sobrecogedora sobre la que ella misma se refirió en un instante del
concierto. La catarata de hits de apertura, desde “Facts.mp3". “Jagger.mp3",
“JET_Set.mp3" (el tema en el que se luce Nathy Peluso) hasta
“Ojitos_verdes.mp3” y “IConic.mp3" crearon el clima ideal para que Mernes,
acompañada por un gran equipo de bailarines, fuera navegando las distintas
instancias de un recital plagado de sorpresas y perlitas.
Uno de los momentos más aplaudidos de la noche fue cuando la cantante habló de la importancia de estar viviendo “un amor sano” y cómo la canción “Como si no importara” cambió radicalmente su vida. Tras emitir esas palabras, salió a escena su pareja, Duki, con quien interpretó la canción con una sinergia ineludible, sellada por más de un beso. El rapero volvió a subirse al escenario en otra instancia del show, cuando a Mernes se la notó eufórica, con la presencia de colegas como Tiago PZK, Callejero fino, Nicki Nicole y FMK, quienes se lucieron en temas que marcaron sus respectivas carreras, como “Los del espacio”, “Una foto”, “Rápido lento”, “En la intimidad” y “Salgo a bailar”.
Momentos de quiebre y un necesario descargo
Cuando en enero de este año se viralizó una entrevista que
brindó Mernes a Europress en la que se le consultó sobre cómo ve la gestión
política del presidente Javier Milei, la artista fue atacada por no responder
la consulta. La incomodidad de Emilia en ese momento de su gira promocional no
pasó inadvertida y, luego de un período silencio sobre el tópico, el sábado
utilizó su show para recordar cómo fue atacada en las redes por lo sucedido.
Entre lágrimas, y subida a una imponente plataforma que le permitió acercarse a
diferentes sectores del venue, reveló que eligió su concierto para referirse al
tema porque siente que, acompañada por sus oyentes, está en un lugar de
seguridad que creyó haber perdido meses atrás. Tras interpretar “Cielo en la
mente”, se dirigió a su audiencia: “Me sentí muy abrumada por el odio que
recibí en redes sociales, desaparecí por eso, porque se convirtió en un lugar
hostil. Si no hubiese hecho terapia o trabajado en el amor propio, no hubiese
podido estar acá”, confesó y añadió: “Si no hablé de ciertos temas fue por
miedo a que lo que dijera sea reducido a un titular, pero acá, con ustedes, me
siento tranquila”.
Asimismo, la artista también aludió a las constantes
comparaciones entre mujeres de la música y repudió la forma en la que se las
enfrenta. “Basta de compararnos”, pidió. “Basta de ver quién hace más números,
quién copia la ropa de otra, en lugar de compararnos, acompáñennos, porque a mí
me encanta ver a mis compañeras pidiendo por nuestros derechos”, aseguró. Luego
de lo que pareció una necesaria catarsis, Emilia se quebró nuevamente al
interpretar “Guerrero.mp3”, en un momento del show más austero, sin las
visuales imponentes que fueron una constante durante la noche.
Por otro lado, durante la interpretación del combo de “Uno
los dos” (la reversión del tema de Miranda! que grabó para el disco del dueto,
Hotel Miranda) y “A_1000_Km.mp3", el tema que compuso para sus fans, se la notó
más vulnerable, fuera de libreto, como cuando se dirigió a su padre por
impulsarla a perseguir sus sueños, y cuando recordó a su abuelo por “esa primera
guitarra” que le regaló y que despertó su pasión por la música, pasión que se
mantuvo constante desde su adolescencia en Noyogá a este presente en el que no
parece haber techo. Esto quedó demostrado sobre el final del show, cuando
Emilia fluctuó entre la diversión con sus colegas que la acompañaron en una
noche bisagra y la entrega en solitario a su público con “La_original.mp3" (el
hit que grabó con Tini), “GTA.mp3" y “No_se_ve.mp3", una trifecta imbatible
donde su efervescencia fue contagiosa y le puso el broche de oro a un
espectáculo en el que Mernes se conmovió ante el abrazo colectivo y del que se
retiró feliz, plantada, con una seguridad que no es más que el resultado del
“esfuerzo de tanto tiempo”.