Axel Kicillof cruzó las fronteras de la provincia de Buenos Aires una vez más, en este caso con una cita en Paraná, donde se llevó adelante la “Jornada de Trabajo de Desarrollo Productivo”, organizada por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), que congregó a un grupo de gobernadores de diversa extracción política. Desde allí, el mandatario bonaerense aprovechó la escena federal para volver a pegarle al presidente Javier Milei por el rumbo económico de la administración nacional.
“Los que estamos en la trinchera y cerca de la gente somos nosotros. Todos los gobernadores hablaron de la importancia de la infraestructura, del abandono que hay por parte de Nación, de los problemas que tenemos para quienes apostamos a sostener una matriz productiva en un mundo tan convulsionado y con un Gobierno que va a contramano de la historia”, planteó el mandatario al finalizar el plenario. “Todos hablamos de más federalismo, más equidad distributiva. Lo que vemos es que nos dan cada vez más responsabilidades, como decía (Rogelio) Frigerio, a la vez que nos sacan los recursos”, planteó.
En efecto, el anfitrión fue el exministro de Mauricio Macri,
quien además de Kicillof recibió a sus pares Maximiliano Pullaro, de Santa Fe;
Raúl Jalil, de Catamarca; Sergio Ziliotto, de La Pampa e Ignacio Torres, de
Chubut.
Según pudo conocer Buenos Aires/12, la llegada del
bonaerense al encuentro “cambió el ambiente”, dado que su participación se
confirmó recién este lunes. “Se tomó como mutua conveniencia, porque si
Frigerio organiza una cumbre de muchos gobernadores, le cae mal al presidente,
entonces al llegar Kicillof queda la centralidad para recibir los ‘golpes’ de
Nación”, evaluó una voz que fue parte del encuentro.
Al mandatario bonaerense lo acompañaron los ministros de
Gobierno, Carlos Bianco y de Producción, Augusto Costa, además de la guía local
del exdiputado nacional Marcelo Cassareto.
Según se informó, la idea del encuentro fue “abordar una
hoja de ruta a nivel federal”, por lo que no solo expusieron los mandatarios
provinciales, sino también ministros y empresarios.
“La defensa de la producción y el trabajo local forman parte
hoy de las agendas de todos los países del mundo, salvo de uno: en la Argentina
ya han cerrado 13 mil empresas y se han perdido 440 mil empleos porque no
existe una sola política del Gobierno nacional de acompañamiento y cuidado de
nuestra industria”, afirmó Kicillof, quien avisó que había tomado el compromiso
de “no ser demasiado polémico”.
Desde el centro de convenciones señaló a sus pares que
“pararnos en el presente es pensar cómo fortalecer nuestro sistema productivo y
buscar los acuerdos que nos permitan el desarrollo de una Argentina federal a
largo plazo”, por lo que subrayó que “para eso tenemos la obligación de cuidar
el empleo y de mejorarlo, comprendiendo que nunca destruir la industria
nacional puede ser una solución”.
“Esto hay que resolverlo discutiendo, pensando, analizando,
aportando de manera democrática, de manera participativa, de manera federal.
Cualquier otra búsqueda de solución va a ser un fracaso”, aseveró. “Hoy estamos
en un mundo que viene cambiando hace tiempo, pero que últimamente, sobre todo
con la aparición de (Donald) Trump y su política arancelaria, está mostrando
novedades, un hueco, algo para muchos inesperado”, sostuvo.
En esa línea, el mandatario provincial resaltó que el
presidente de Estados Unidos “acaba de señalar que su principal política
exterior es proteger la industria local a través de aranceles, o sea que
estamos ante un cambio de paradigma, estamos ante un cambio histórico, pero que
tiene un factor común en todos los países del globo, menos uno”.
Más tarde, para el mediodía, los gobernadores se encontraron
en un almuerzo, donde pudieron exponer lo que no hicieron ante los micrófonos:
“Todos insultando a Milei porque no pone recursos a las provincias”, reveló uno
de los participantes. “Los reproches entre ellos quedaron de lado, fue en modo
amigos”, agregó.
Uno de los que apostó a la crítica fue el exdiputado y
referente del PJ entrerriano, Cassareto, quien marcó a este medio que “es muy
importante el rol del CFI como lugar de encuentro de los gobernadores de
diferentes extracciones” dado que “el Gobierno nacional escucha muy poco a las
provincias, limita los recursos en obra pública, en los fondos”. Fue entonces
que criticó a aquellos mandatarios que pese a eso, brindan apoyo en el Congreso
a los pedidos de los libertarios. “Vemos que eso ocurre y quienes adoptan ese
espíritu complican que haya una visión federal”, marcó.
Kicillof, de provincia en provincia
Axel Kicillof llevó adelante este año una estrategia de
establecimiento de lazos con otros gobernadores, donde la defensa del
federalismo frente a la retirada del Estado nacional que encabeza Javier Milei
fue el punto de encuentro entre todos, pese a las diferencias políticas.
Entre esos viajes más allá de las fronteras bonaerenses se
encuentran los dos encuentros con el santafesino Maximiliano Pullaro, dirigente
de la Unión Cívica Radical (UCR) a quien en marzo le facilitó 80 patrulleros en
comodato hasta que la provincia vecina finalmente recibiera de las terminales
automotrices los que había comprado.
Previamente, el bonaerense se había encontrado en Chubut con
el gobernador Ignacio Torres, uno de los tres mandatarios del PRO, con quien
firmó convenios de cooperación en materia de salud.
Kicillof también tuvo su paso por Santa Rosa, La Pampa.
Allí, además de firmar diversos convenios, junto a Sergio Ziliotto recorrió el
Parque Industrial y visitaron APEX, una proveedora de bienes intermedios a la
industria petrolera, que emplea a 100 trabajadores y cuyas operaciones,
aseguraron, entraron en riesgo a partir de la aprobación del Régimen de
Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).
Más tarde, en agosto, estuvo en La Rioja para acompañar a su
par Ricardo Quintela durante la jura de la nueva Constitución provincial. Allí,
ambos mandatarios suscribieron también un convenio marco de cooperación para
promover el trabajo conjunto en materia de salud, seguridad, trabajo y
políticas de género y diversidad sexual, entre otras.
El último viaje fue a fines del año pasado a Viedma, en la
ciudad de Viedma, donde se encontró con el gobernador de Río Negro, Alberto
Weretilneck, que ocurrió luego de la disputa por la instalación de la planta de
gas natural licuado (GNL) que los tuvo como protagonistas.