Durante el encuentro del Consejo Federal de Inversiones
(CFI), realizado en la ciudad de Paraná, el gobernador bonaerense Axel Kicillof
y su par de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se cruzaron por las políticas de
apertura comercial impulsadas por el Gobierno Nacional. Durante su discurso,
Kicillof cuestionó las medidas libertarias, acusándolas de no proteger la
industria, el trabajo y la producción nacional, lo que a su criterio va a
contramano de lo que hace el mundo. Por su parte, Frigerio remarcó que el país
sigue siendo "uno de los más cerrados".
El objetivo de la cumbre fue avanzar en consensos y delinear
estrategias para un modelo de desarrollo productivo con base territorial.
Participaron los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Maximiliano Pullaro
(Santa Fe), Sergio Ziliotto (La Pampa), Raúl Jalil (Catamarca) e Ignacio Torres
(Chubut), junto a funcionarios nacionales y provinciales, legisladores,
autoridades judiciales y referentes del ámbito empresarial, rural, turístico,
productivo, académico y sindical.
El primero en tomar la palabra, tras la bienvenida del
titular del CFI Ignacio Lamothe, fue Kicillof, quien abrió con una aclaración:
“Me comprometí a no ser demasiado polémico”. Sin embargo, rápidamente marcó
posición al afirmar que la Argentina necesita debatir la orientación de su
desarrollo y su matriz productiva “en este contexto mundial incierto,
inesperado y novedoso”.
Acto seguido, criticó las medidas de apertura del comercio
exterior que impulsa la gestión nacional, por considerar que no protegen la
industria, el trabajo ni la producción local. “Esto se resuelve de manera
federal. Cualquier otra búsqueda será un fracaso y no una solución”, advirtió,
a la par que sostuvo que el país requiere de una discusión sobre la orientación
del desarrollo y su matriz productiva en el contexto mundial al que tildó de
“incierto, inesperado y novedoso”.
En ese contexto, hizo un repaso histórico y señaló que hace
dos décadas el consenso global favorecía la globalización y apertura de
mercados. No obstante, señaló que esa lógica cambió a partir del gobierno de
Donald Trump en Estados Unidos, el cual instauró políticas proteccionistas. Al
respecto, indicó que la principal política exterior de Washington pasó a ser
"proteger la industria con aranceles". "Estamos ante un cambio
de paradigma”, subrayó. En tanto, remarcó que eso se transformó en un “factor
común en todos los países del mundo, menos la Argentina”.
En esa línea, cuestionó que “mientras los Estados Unidos
buscan defender la industria y el trabajo nacional” e incluso “rompe los
principios de la Organización Mundial del Comercio a fin de reindustrializar
tras la desindustrialización por la relocalización mundial en oriente,
principalmente en China”, la Argentina “está buscando acuerdos de libre comercio”
cuando “el clima que se respira es defendamos lo nuestro”.
También alertó sobre el impacto de las políticas actuales,
detallando que, en los últimos tiempos, se han cerrado 13 mil industrias y se
perdieron 440 mil puestos de trabajo. "Destruir no puede ser la idea de
nadie. Hay una luz roja: el daño por la política de no cuidado de la
producción, el trabajo y las empresas”, remarcó. Además, criticó que el país se
abra “al dumping en medio de una guerra comercial”.
“Los consensos no son universales. Hay dilemas que
deberíamos revisar de nuevo”, propuso. En ese sentido, planteó que la Argentina
no debe elegir entre ser “un país primario o industrializado”, sino que “tiene
que ser las dos cosas. Y también minero”. Y frente al clásico dilema entre Estado
o mercado, argumentó: “El Gobierno nacional dice todo mercado. Acá estamos
discutiendo planificación. Los Estados tenemos la obligación de planificar”.
La respuesta de Rogelio Frigerio y el llamado al diálogo
A su turno, Frigerio no dejó pasar las críticas y respondió
con firmeza. En ese sentido, remarcó que, pese a los discursos, Argentina sigue
siendo uno de los países más cerrados del mundo, en relación al bajo nivel de
comercio exterior. Para sostener esa afirmación, explicó que ese índice se mide
sumando exportaciones e importaciones e interpretando su peso en el PBI.
Con un tono más conciliador, el gobernador entrerriano pidió
evitar una mirada confrontativa al analizar las medidas del Ejecutivo Nacional.
“Tenemos que ser muy humildes, sobre todo aquellos que, como yo, hemos tenido
altas responsabilidades en distintas oportunidades. El nivel de complejidad de
los problemas de la Argentina debe evitar creernos que tenemos la precisa, que
podemos señalar con el dedo lo que está bien y mal. Lo hemos comprobado cuando
nos ha tocado el deber de gobernar, es muy difícil”, planteó.
Asimismo, parafraseó a Kicillof: “Como dijo Axel, verdades
contundentes en el pasado de repente se transforman en otros paradigmas. Hoy el
mundo se está cerrando. Pero a pesar de eso, Argentina sigue siendo uno de los
más cerrados en términos de comercio exterior”.
Durante su discurso, también abogó por un modelo de
desarrollo productivo con base territorial y una visión federal, a la par que
puso en valor la relevancia histórica y política de la provincia como sede del
encuentro. "Aquí nacieron las ideas de libertad como base de la
organización nacional, aunque muchas veces la historia se haya contado desde
otro lugar. Por eso este encuentro tiene para nosotros un valor especial, no
sólo simbólico, también político y práctico", afirmó.
De esa manera, llamó a recuperar el legado histórico de la
provincia como motor de transformación, al sostener que "tenemos que soñar
que podemos volver a ser protagonistas". "El modelo de desarrollo
tiene que basarse en un Estado que sepa cuál es su rol: ser un aliado incondicional
del sector privado para generar empleo de calidad y riqueza, que es lo que
realmente mejora la vida de nuestra gente", profundizó.
A lo largo de su intervención, Frigerio insistió en la
necesidad de avanzar hacia una política económica con una mirada auténticamente
federal y propuso construir consensos entre los distintos niveles del Estado.
"Es el momento de sentarnos todos los gobernadores, el Gobierno nacional e
incluso los intendentes para acordar medidas que alivien la presión fiscal sobre
el sector productivo. Y si la Nación no convoca, tenemos que hacerlo nosotros.
Dejemos de pelearnos y pongámonos de acuerdo en una política tributaria que
incentive la producción", reclamó.
Además, remarcó el papel de las provincias en la
articulación con el sector privado y el sistema científico-tecnológico.
"Necesitamos un federalismo real, que se traduzca en hechos: en obras,
créditos para pymes, conectividad, educación técnica y acompañamiento a quienes
emprenden y producen. Nos corresponde nacionalizar un modelo de desarrollo
desde cada provincia", expresó.
Frigerio cerró su exposición con un llamado al diálogo y a
la construcción colectiva, alejándose de las confrontaciones. "Tenemos que
aliviar tensiones y superar dicotomías. Dejar atrás la falsa oposición entre
crecimiento y sostenibilidad, campo e industria, sector público y privado. Esta
jornada es un paso más en la construcción de una hoja de ruta federal. No
vinimos a teorizar: vinimos a escucharnos, a sumar experiencias y a
comprometernos con una Argentina que no puede darse el lujo de seguir perdiendo
oportunidades", concluyó.