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La encíclica de Benedicto XVI está dedicada al amor de Dios y a la caridad.

Será el primer texto teológico fundamental del pontificado del Papa Ratzinger, que fue elegido jefe de la Iglesia católica el 19 de abril de 2005, tras la muerte de su predecesor, Juan Pablo II, 17 días antes.

El Papa consagró una parte de sus vacaciones de verano a redactar su texto en alemán, su lengua materna, y lo revisó cuando regresó al Vaticano, después de haber consultado a teólogos y responsables del consejo pontificio "cor Unum", el organismo caritativo de la Santa Sede.

Luego este documento tuvo que ser traducido al latín, la lengua teológica de la Iglesia católica. A partir de esa versión se elaboraron traducciones en las principales lenguas utilizadas en la Iglesia católica, para difundirlo en todo el mundo.

El Papa consideró que se trata de "un gesto de la providencia" el hecho de que su primera encíclica sea publicada el 25 de enero, que en el calendario católico conmemora la conversión de San Pablo y marca tradicionalmente el final de la "semana para la unidad de los cristianos" durante la cual los católicos oran por la reconciliación con los protestantes y los ortodoxos.

Al comienzo de su pontificado, Benedicto XVI se comprometió a hacer todo lo que estuviera a su alcance para trabajar en favor del ecumenismo.