E
l resultado final dejó 37 votos a favor y 6 en contra, con la mayoria de la oposición fuera del recinto al momento de votar, tras una prolongada sesión que comenzó el miércoles por la tarde.Desde el retorno de la democracia en 1983, los presidentes han logrado que el Congreso les dé esos poderes por un año, siempre bajo el argumento de la necesidad de una mayor agilidad para el movimiento de fondos en momentos de emergencia económica.
Pero la oposición cree que una autorización permanente es un abuso a la división de poderes del Estado.
La senadora Cristina Fernández, llevó la voz oficial en defensa del proyecto con su habitual enérgico discurso.
El presidente Néstor Kirchner también aprovechó el miércoles un acto público para aumentar la presión sobre los legisladores para que aprueben la iniciativa, que es específicamente una reforma a la ley de administración financiera.
"Que se vote la ley de administración financiera y que me permitan y que me den las posiblidades de gobernar, porque el pueblo argentino necesita que el presidente pueda administrar este país", dijo el mandatario en un acto de inauguración de una obra pública en la provincia de Buenos Aires.
"No me quieren dejar gobernar, no quieren que gobierne, no quieren que la Argentina cambie", afirmó apuntando a los líderes de la oposición de izquierda y de derecha que se aglutinaron para resistir el proyecto.
La secretaria general del Comité Nacional de la opositora Unión Cívica Radical, la ex diputada Margarita Stolbizer, dijo que lo que busca el gobierno es burlar la Constitución.
"La pretensión del poder ejecutivo de obtener una ampliación de facultades extraordinarias para disponer de los recursos públicos y darle un carácter permanente a esa atribución, es un atropello a la Constitución y al estado de derecho", dijo la dirigente.
"La delegación de facultades está prohibida por la Constitución, salvo para casos de emergencia y mediante una ley que fija bases, condiciones y plazos", agregó.
Otros líderes opositores, como la centroizquierdista Elisa Carrió y el presidente del centroderechista PRO, Mauricio Macri, criticaron en los últimos días a través de los medios de prensa el proyecto impulsado por el presidente.