E
l Banco Nación evaluará la refinanciación de las deudas de casi 10.000 pequeños y medianos productores a partir del monto original del préstamo y no de su saldo actual, dijo ayer la agrupación Mujeres Agropecuarias en Lucha después de reunirse con la ministra de Economía, Felisa Miceli.
El movimiento, que surgió en 1995 para evitar los remates de los campos a causa de deudas que se multiplicaron de manera exponencial, reclamó también que el Gobierno estableciera precios sostén para los productos agropecuarios, de manera de garantizar una rentabilidad mínima y así evitar que los ganaderos y agricultores de menor escala queden fuera de competencia. "Es una herramienta para terminar con la concentración y extranjerización de la tierra", señaló Ana Galmarini, vicepresidenta de la entidad.
"Antes nos perseguían los bancos para rematar nuestras propiedades; ahora nos persiguen los inversionistas que quieren alquilar o comprar la tierra", planteó Galmarini. Según expuso, el Gobierno ha instalado en la opinión pública "que todo es soja y que en el campo se obtienen grandes ganancias, pero sólo hacen plata los de gran escala y continúa el desplazamiento de los más chicos. No hay respuesta oficial para eso. No quieren debatir".
Las productoras fueron invitadas a participar del análisis de los casos de endeudamiento más críticos durante los próximos 15 días, lapso en el cual se suspenderían los remates judiciales.
Según plantearon a la ministra Miceli, los productores algodoneros del Chaco que cayeron en la economía de subsistencia y en la pobreza necesitan más que la refinanciación la condonación de los pasivos.
Por su parte, Miceli señaló que para aquellos que no pueden competir por falta de escala y de capacidad de inversión hay disponibles varios planes sociales a los que podrían tener acceso y así evitar la pobreza extrema. Sin embargo, para el movimiento de mujeres esa alternativa no representa una solución a la imposibilidad de hacer pie en el libre mercado. "Nadie quiere abandonar el campo y dedicarse a otra cosa o sobrevivir con un subsidio de ese tipo. Queremos seguir siendo agricultores", dijo la agrupación.
Según Galmarini, cuando le pidieron a Miceli que definiera una política específica para que las empresas familiares pudieran convivir con las grandes empresas y los grupos de inversión, la funcionaria no se mostró dispuesta a discutir. "Hay que abandonar el libre comercio, que es cruel para los más chicos. En los últimos años desaparecieron 105.000 productores", agregó Galmarini.
Durante el encuentro estuvieron presentes unas 18 mujeres de Buenos Aires, Santa Fe, San Juan, Chaco, Formosa y Entre Ríos, quienes señalaron que desconocen la última normativa del Banco Nación, que ofrece la refinanciación de los pasivos, pero que hasta ahora ésa no ha sido una herramienta que ayude a encontrar una solución definitiva al problema de la descapitalización.
"Hasta ahora los planes de reestructuración de las deudas fracasaron. Vamos a estudiar las situaciones particulares y a proponer ayudas específicas para que puedan volver a producir", explicó Galmarini.
El diálogo al que accedió Miceli forma parte de la estrategia del Gobierno de retomar el acercamiento con las entidades del agro; de hecho, ya estuvo con dirigentes de la Federación Agraria y de Coninagro y, el próximo martes, se encontrará con representantes de la Sociedad Rural Argentina.
