E
l prestigioso penalista argentino radicado en España, donde integra el Tribunal Supremo, disertó sobre “Reforma de la legislación penal” referida a los delitos contra la propiedad y el patrimonio y aseguró que “ya no tutelan exclusivamente los intereses de las clases pudientes de la sociedad”, sino su correcta legislación es de gran relevancia para una política criminal encaminada a proteger a toda la sociedad. Presentado por la diputada Rosario Romero, presidenta de la Comisión de Legislación Penal de la Cámara Baja, el jurista disertó ante legisladores, docentes y abogados penalistas en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.El doctor Enrique Bacigalupo Zapater es argentino y se desempeña como Magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de España, al tiempo que mantiene una intensa actividad investigadora y académica. A partir de las 15.30 de hoy, presentado por la diputada entrerriana Rosario Romero y la diputada correntina María Araceli Carmona (secretaria de Legislación Penal) disertó sobre las posibles reformas a la legislación penal. Si bien aclaró no poseer “ninguna receta sobre cómo deberán modificar los legisladores argentinos su ley penal”, el prestigioso jurista argentino, emigrado a Europa en 1974 debido a las trágicas circunstancias políticas de los años ´70 realizó una rica exposición sobre la estructura de los tipos penales existentes (como el hurto, robo, etc.) y, sobre todo, sobre aquellos ilícitos cometidos desde entidades empresarias que pueden afectar a usuarios y consumidores, y otras grandes franjas de ciudadanos. “Los delitos contra la propiedad y el patrimonio ya no tienen por misión exclusiva defender los intereses de una clase ante el posible ataque de los pobres”, sintetizó el catedrático.
Por otra parte, mencionó que “las causas del delito no pueden ser atacadas desde el Derecho Penal exclusivamente. Ellas son tarea de la política” admitió el penalista. Pero acotó que la criminalización de ciertas conductas disvaliosas sigue siendo indispensable para garantizar la convivencia, y que “muchas veces no hacen falta nuevas leyes sino un enfoque diferente y actualizado de las normas existentes”.