A
simismo, Greenpeace aclaró en un comunicado enviado a INFORME DIGITAL, que si bien considera legítimo el reclamo de los asambleístas contra la instalación de la pastera, no comparte la forma de protesta decidida y no participa ni participará de las acciones anunciadas por la Asamblea de Gualeguaychú. “La impericia de los gobiernos en el manejo de esta situación ha llevado a los asambleístas a tomar una decisión que no compartimos, porque se trata de una metodología que perjudica en forma indiscriminada a personas ajenas a la situación y que en lugar de acercarlos el objetivo buscado, aleja la posibilidad del diálogo bilateral, única vía de solución posible”, sostuvo Paula Brufman, coordinadora de la Campaña contra la Contaminación de Greenpeace. La organización ambientalista recordó también que desde el inicio del conflicto ha procurado una discusión a fondo sobre el problema de la producción de pasta celulósica tanto en la Argentina como en el Uruguay y la adopción de criterios comunes para el futuro e inevitable desarrollo de la industria en la región. Según se estima, la demanda mundial de pasta celulósica en 2020 será de 556 millones de toneladas al año, lo que exigirá instalar dos plantas de alrededor de un millón de toneladas anuales para poder cubrir las necesidades de los productores de papel. Greenpeace sigue demandando la adopción de criterios ambientalmente sustentables para la industria de la pasta celulósica y el papel que permitan evitar conflictos sociales, políticos y catástrofes ambientales y que puedan ser adoptados y desarrollados por ambos países, con el propósito de modernizar las obsoletas y ambientalmente deficitarias plantas existentes, tanto en la Argentina como en el Uruguay, y establezcan pautas que deberán cumplir las nuevas inversiones.