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on desazón, Adelia Gallego, mamá de Margarita Gallego, la esposa de Gill, y Víctor Romero, militante de Derechos Humanos, hicieron público el reclamo, a cinco años de la misteriosa desaparición de la familia en Crucecita Séptima. Mañana entregarán un petitorio en el Juzgado local y aseguraron que no dejarán de luchar hasta que se esclarezca el hecho; asimismo, se quejaron por la falta de apoyo de las autoridades. A cinco años de la desaparición de Rubén Gill, de 56 años; de su esposa Margarita Norma Díaz, de 26 años; de sus cuatro hijos: María Ofelia, de 12; Osvaldo José, de 9; Sofía Margarita, de 6, y Carlos Daniel de 4; Adelia Gallego, madre de Margarita, y Víctor Romero, militante de Derechos Humanos dialogaron con el diario La Acción, de Nogoyá. El 13 de enero de 2002 desapareció toda la familia del establecimiento rural La Candelaria, en Crucecita Séptima, donde trabajaban. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada de ellos, pero sus familiares siguen luchando para que se esclarezcan los hechos. Víctor Romero, quien acompaña a parientes de los Gill desde hace cinco años, expresó que “se trata de mantener la memoria, lo que ocurrió en el caso Gill-Gallego fue un hecho muy significativo pero vemos cómo pasa el tiempo y todo sigue en la misma situación desde hace cinco años. En este momento estoy acompañando a Adelia, cosa que muchos deberían hacer, fundamentalmente aquellos que tienen el rol de dirigentes”, dijo Romero. CINCO AÑOS. Por su parte, Adelia Gallego expresó: “Se cumplieron cinco años de la desaparición de mi hija, su esposo y sus hijos. En este tiempo estuve reunida con mucha gente, pero nadie encuentra una solución. Mi abogado es Maximiliano Navarro, pero en marzo del año pasado se acercó gente de Nogoyá y me hicieron creer que venían de Buenos Aires y querían que les entregara los expedientes porque, según me dijeron, querían trabajar en la causa. Pero yo no tenía intención de cambiar de abogados y como no se identificaron, no les di nada. No entiendo por qué me mintieron, me engañaron, siento que se están riendo de una causa muy importante”. Más adelante, Romero se refirió a la causa y dijo: “No hay avances, el caso sigue caratulado como “Averiguación de paradero de la familia”. Acá no hay sospechosos de nada y todos sabemos que una averiguación de paradero no es lo que hay que investigar, sino que hay que saber qué fue lo que pasó”. PUERTAS CERRADAS. Romero comentó que “al cumplirse cinco años, hemos luchado mucho, solicitamos audiencia con el Gobernador (Jorge Busti) para ver la forma en que se podía acompañar a esta familia en su lucha, pero lamentablemente no la logramos. No nos quiso recibir, intentó reunirnos con secretarios del área de Seguridad, pero nosotros queríamos encontrarnos con él”. “Ya pasaron cinco años y no sabemos qué hacer, desapareció una familia entera, seis personas de las que nadie sabe nada. No queremos que esto caiga en el olvido, alguien se tiene que hacer cargo porque hay instituciones que están para hacerse cargo de este tipo de situaciones y dar respuesta a las necesidades. Sería muy grave que la sociedad termine desamparada. Creo que se ha menospreciado este hecho, fundamentalmente desde el principio”, manifestó. HISTORIA. Adelia, mamá de Norma Margarita Gallego, hace memoria y recuerda: “Me enteré de la desaparición de mi hija en el mes de abril del 2002. Viajé a Viale pero nadie le dio importancia al caso. Estela Centurión, docente y directora, de la escuela me dijo que se iban a Eusebia y así comenzaron con las versiones de que se habían ido a Santa Fe. Empecé a sospechar porque al contarme algo, no querían que revelara su identidad, no sé si era por miedo o por qué, pero quedaron muchas cosas sin investigar. Lamentablemente, a mí no me dan importancia. A los cuatro años y ocho meses de desaparecidos, el patrón de la estancia donde trabajaba mi yerno, Rubén José Gill, vino a preguntarme si no había tenido novedades de mi familia y también se hizo el misterioso porque me pidió que no le diga a nadie que vino. Navarro (abogado de la familia) solicitó que se haga un rastrillaje en el lugar, pero el juez Gallino no lo autorizó, como tampoco me autorizó para que vea la casa donde vivían”. PETITORIO. Mañana por la mañana entregarán un nuevo petitorio en el Juzgado de Nogoyá. Además de la intención de pedir por el esclarecimiento, tendrá el objetivo de “mantener el reclamo y la atención alrededor de este hecho”, comentó Romero. “Vamos a comenzar una campaña de firmas que abarque a todo el país, vamos a convocar a diferentes organizaciones de Derechos Humanos, vecinales, organismos de Desaparición de Personas y otros sectores que tienen que ver con lo social, como también agrupaciones políticas que se pronuncien y que participen a favor de este reclamo que nos tiene que unir a todos”, añadió. DISCONFORMIDAD. Más adelante, Romero manifestó que la familia tiene “una disconformidad muy grande con algunas personas, sobre todo de los funcionarios políticos, porque se ve y se siente la falta de apoyo y de compromiso. Nadie se acercó al hogar de la familia para ver si necesitaban algo, tampoco lo hizo ninguna religión”. A su turno, Adelia Gallego solicitó a la comunidad que la acompañe, que hoy le pasó a ella, pero que mañana le puede tocar a cualquiera. Instó a la gente que conoció a su yerno y a su hija a que se sumen: “Yo voy a seguir hasta que la causa se esclarezca”, afirmó. (El Diario)