E
l vicealmirante retirado Luis Mendía reivindicó ayer el terrorismo de Estado y dijo que la represión durante la dictadura fue legal al haber sido ordenada por el poder político durante el gobierno constitucional de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón. "Desde mi función de comandante de Operaciones Navales, impartí órdenes a mis subordinados, basadas todas ellas en el estricto y fiel cumplimiento y observancia de los reglamentos militares vigentes y de las disposiciones legales dictadas por el gobierno constitucional de la señora María Estela Martínez de Perón y del doctor Italo Argentino Luder", le dijo Mendía al juez federal Sergio Torres. Así, citó una ley y cinco decretos que, según él, avalaron el secuestro, la tortura y la desaparición de miles de personas: ellos son la ley 20.840 y los decretos 261, 2452, 2770, 2771 y 2771, todos ellos de 1975. De acuerdo con Mendía, ellos sirvieron como "legalización del accionar que se venía desarrollando desde hacía mucho tiempo en el gobierno" de la viuda de Perón. Mendía pidió citar a declarar como testigos a la ex presidenta, al ex vicepresidente Italo Luder y a los ex ministros Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero. Además, solicitó incorporar a la causa ESMA los expedientes judiciales abiertos en Mendoza y Tucumán por la desaparición de Héctor Fagetti Gallego (causa en la que se pidió la detención de la viuda de Perón) y Maurice Jeaguer antes del golpe de Estado de 1976. El represor, de 82 años y asistido por el mismo abogado que el ex capitán Alfredo Astiz, está acusado, procesado y con prisión preventiva por un centenar y medio de casos de secuestros y torturas en perjuicio de personas que en su gran mayoría permanecen desaparecidas. Tal como hizo Astiz, Mendía también apuntó a la supuesta influencia francesa en la represión y hasta pidió escuchar como testigo al ex presidente Valerie Giscard d'Estaing. Este fin de semana, la primera dama, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, viajará a París para firmar justamente un convenio contra la desaparición forzada de personas. Y entre las víctimas de Astiz se encuentran dos monjas francesas. Mendía admitió haber firmado el "plan de capacidades" que "con abnegación, valor, valentía, subordinación y heroísmo" llevaron adelante los tenebrosos grupos de tareas de la ESMA. El plan es el Placintara (Plan de Capacitación contra la Insurgencia Terrorista de la Armada Argentina) que nada decía de torturas ni de "vuelos de la muerte" (Ver: El plan de...). Tal como lo hicieron otros represores, Mendía dijo que debe ser juzgado por militares y que sus subordinados fueron tomados "como chivos expiatorios". Según Mendía, hay una "campaña de desprestigio contra las Fuerzas Armadas" llevada a cabo a modo de "réplica" por "una organización global" que respondería a los "imberbes jóvenes idealistas" —en alusión a la guerrilla— y "que no perdona a quienes la derrotaron en la guerra salvajemente iniciada por ella". (Clarín)