Sábado 03 de febrero de 2007
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Paraná
Increíble: Se pusieron de acuerdo Municipio y Provincia
Ahora, el Municipio y la UEP coinciden en que “no hay fallas estructurales”. Otros dicen que si sube el río, la Costanera estará en riesgo. En campaña, El Ing. Gastiazoro metió la cuchara.
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E

l coordinador de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), Martín Fabre, se reunió con el secretario de Obras Ciudadanas y Planeamiento de la Municipalidad de Paraná, Guillermo Van Opstal, junto con los técnicos de la Sub Unidad Provincial de Defensa contra Inundaciones (Supce), y el jefe de obra de la empresa Dyopsa-Supercemento, que estuvo a cargo de la construcción de la nueva Costanera, Eduardo Armando. Luego del encuentro, Fabre reveló que “se coincidió en que los problemas que surgieron en el lugar no se debieron a vicios de construcción ni a fallas estructurales”, sino a “una excesiva carga de agua ocasionada por las lluvias extraordinarias” de diciembre, se lee en el sitio oficial de la provincia Noticias.gov. La novedad se contrapone con el último informe de la Municipalidad de Paraná sobre la Costanera (del 3 de enero de 2007), que afirma que los hundimientos se deben a “fallas estructurales de proyecto”: cita la Comuna que los sumideros son “insuficientes” y anota que “la ampliación (de los desagües) se pudo haber contemplado en el proyecto”. LLUVIAS. Fabre precisó que “la socavación producida en el zona de la Costanera nueva se originó por la fuga de material por debajo de la viga de cierre de la estructura del muelle: lo que produjo esa filtración fue una excesiva carga hidráulica ocasionada por las lluvias extraordinarias que produjeron acumulación de agua sobre la vereda; al filtrarse a través de los canteros, generó una corriente lo suficientemente importante para arrastrar el material de relleno (arena refulada) generando una depresión en el sector”. Según Fabre, la acumulación de agua se produjo por “alguna obstrucción temporaria de los desagües” o por “haber sido superada la capacidad de evacuación de los sumideros existentes en el lugar”. En cuanto a las medidas a implementar, el titular de la UEP hizo saber que “acordamos con las autoridades municipales realizar un estudio actualizado de la cuenca a los efectos de darle una solución al problema suscitado. Se trata de determinar si los desagües que hay en la actualidad son suficientes o hay que ampliarlos”, puntualizó. Alarma El arquitecto Rubén Cabrera, que proyectó la parte arquitectónica de la nueva Costanera, conjetura que se ha desestabilizado el suelo, el geotextil se ha roto y se está fugando la arena. Esta sería la causa de los hundimientos y no la infiltración de agua de lluvia. El arquitecto Rubén Cabrera fue quien proyectó la parte arquitectónica y urbanística de la nueva Costanera y además formó parte del grupo de inspectores de la obra. Cabrera —que viene advirtiendo problemas desde agosto de 2005 (ver recuadro) — entiende que los hundimientos de la Costanera no se deben a “falta de mantenimiento” —como señaló la Provincia en su momento—, sino a problemas “ocultos” que han “desestabilizado” el sistema constructivo. Sucede que la obra está preparada para soportar hasta una inundación extraordinaria, por lo que es muy difícil que el agua que se filtró por los canteros o por el piso articulado haya provocado los hundimientos. “Si la obra se desestabiliza por los desagües tapados, estando inundada a los valores históricos correría serios riesgos su integridad”, sostuvo y consideró que la Provincia debe convocar “urgente” a la empresa constructora para que analice las causas de las roturas. “Como arquitecto y por haber estado en el seguimiento de la obra, tengo una presunción acerca de lo que puede estar pasando”, comenzó diciendo en diálogo con EL DIARIO el arquitecto Cabrera. “Los problemas que presenta la obra son ocultos, no están a la vista, no se pueden ver superficialmente. Se ve que ha cedido el pavimento pero las causas concretas son otras. Cuando digo ocultos no hago referencia a intenciones veladas o procederes malintencionados por parte de la empresa constructora (Dyopsa-Supercemento), sino que los problemas ocultos deben ser interpretados como aquellos que no han podido ser advertidos en el momento de entrega de la obra, pese a las inspecciones y verificaciones. Han emergido de las condiciones y comportamiento de la obra respecto de los distintos factores que la determinan, es decir, en relación con el río y con sí misma, con la barranca y demás”, precisó. “Lo que considero que se está dando acá es la fuga de material árido (arena, piedra o broza) que compone la obra. El sistema funciona en la medida en que ese material árido esté confinado, no se pueda escapar. Ahora, si el material de relleno pierde estabilidad, se fuga por algún motivo, todo aquello que esté por encima de ese material (contrapiso, piso, material de asiento, etcétera), también pierde su estabilidad, entrando en crisis la obra”. "Tengo la presunción de que estos hechos (los hundimientos del pavimento) se han producido como consecuencia de una posible desestabilización de los suelos sobre los que se asienta el manto geotextil. A raíz de la rotura del geotextil se producen las pérdidas del material árido, provocando estos desajustes”, reiteró el arquitecto y explicó que “el material de geotextil está colocado sobre el perfilado que se le ha hecho a la barranca, sobre parte de la barranca y entra en el lecho del río. Es una malla, una tela muy particular que permite la circulación libre del agua: es decir puede salir el agua de lluvia, y puede entrar el agua del río, no así los áridos, que quedan retenidos por la malla”. Reflexionó entonces que “se ha comentado que el agua de lluvia entró por los canteros y que eso produjo la rotura, pero está previsto que el agua pueda entrar por el piso, porque es un piso que permite esto, no es un piso sellado, es un piso de pavimento articulado que trabaja libremente de acuerdo con las solicitaciones que tenga. El agua puede entrar por los canteros o por el piso; esa agua, así como entra, puede ser filtrada a través de la manta geotextil”, describió, cuestionando la información que dio la Provincia en relación con los hundimientos. Ahora bien, “los motivos por los que entró en crisis la obra deben ser determinados por la empresa constructora, a través de pericias realizadas por personal técnico especializado, dada su responsabilidad en el proyecto ejecutivo de ingeniería de toda la obra y en su ejecución. El Estado debe ser garante de esto”, entendió el arquitecto Cabrera. “El agua de lluvia no tendría por qué haber afectado la rotura de esta manta geotextil o desestabilizar el suelo que está por debajo —insistió—. Hay algo más importante que debe ser verificado por la empresa constructora. Esto amerita una intervención urgente por parte de la empresa para hacer una evaluación seria y exhaustiva y trabajar lo más rápidamente posible, para evitar que si el río en algún momento sigue subiendo y hay inundación a niveles extraordinarios —como está previsto que suceda (ver aparte) — la situación sea realmente muy grave”, finalizó diciendo Cabrera. “La obra está pensada para quedar bajo agua” El arquitecto Rubén Cabrera niega que los hundimientos se deban a filtraciones de agua de lluvia pues “si bien es cierto que los sumideros muchas veces están tapados y el mantenimiento que se le hace es superficial, hay que recordar que la obra fue proyectada y calculada para soportar los embates del río y la incidencia de las inundaciones extraordinarias hasta los niveles donde la obra entera quedaría bajo agua durante un período prolongado, salvo algunos sectores que fueron proyectados para que queden por encima de la cota de inundación, como la cabecera del Rowing y la cabecera del ex atracadero de balsas”. Concluye que “se puede pensar, entonces, frente a la factibilidad de una situación de inundación completa del sector, que las solicitaciones a las que se vería expuesta la obra serían absolutamente superiores a los posibles efectos generados por falta de mantenimiento. Si se desestabiliza por desagües tapados, si se inunda a los niveles históricos y extraordinarios, la obra correría serio riesgo”, alertó. Sobre el estado de la obra, Cabrera consideró que “lo que en apariencia no ha tenido movimiento y se encuentra bien es la parte de estructura de hormigón de pilotes, pero en la unión de la estructura de hormigón que se da a través de vigas de borde con la parte de la barranca se produce desfasaje”, por eso el arquitecto conjetura que los movimientos se deben a fuga de arena y tierra por una rotura del geotextil. En otras palabras, “entre la barranca y la estructura de hormigón con pilotes hincados, con losas y con la viga de borde que hace de límite entre el hormigón y la barranca, ahí se han producido los desajustes, en todo el largo de la Costanera, no sólo frente al Tío Po”. Por qué sería responsable la constructora El proyecto original de ingeniería de defensa costera de la nueva Costanera fue realizado por las consultoras Iatasa-Incociv SRL. Consistía básicamente en el hincado de tablestacas de acero y se licitó juntamente con el proyecto de arquitectura que ganó el arquitecto Rubén Cabrera a través de un concurso. Pero el proyecto debió ser replanteado después de los acontecimientos de 2001. “Las tablestacas eran materiales importados costosísimos y corría el riesgo de no hacerse. La constructora (Dyopsa-Supercemento UTE) presenta entonces un nuevo proyecto factible de ser construido de acuerdo con las condiciones económicas que se habían presentado en el país. Es la propuesta que finalmente se realiza”, contó Cabrera. “La constructora hace el proyecto de ingeniería y luego lo ejecuta y es esa empresa la que necesariamente debe revisar lo actuado en la Costanera para poder determinar cuál es el problema que allí acontece”, sostuvo y agregó: “Estuve reunido el día 22 de enero con el señor Martín Fabre (coordinador de la Unidad Ejecutora Provincial), reunión que solicité para explicarle mi parecer acerca de cuáles son los motivos por los que la Costanera está como está y se mostró preocupado y dispuesto a resolver los problemas que se planteaban, aunque quería tener mayores certezas para hacer el reclamo a la empresa constructora. Yo soy de la opinión de que se debe convocar a la empresa constructora a que asuma los actos de reparación de la Costanera en función de la responsabilidad que a la empresa le cabe”, finalizó diciendo Cabrera.
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