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elató además que en ese momento “le sugerimos que los datos los diera por escrito, entonces concurrió al Juzgado voluntariamente”. En relación a los dichos de Claudio El Jorobado Lencina, el funcionario policial aseveró: “quiero descartar totalmente cualquier tipo de apriete”. En este sentido agregó que “no nos sirve para la investigación, queremos llegar a dar con el paradero de Fernanda Aguirre”. Beltzer puntualizó que “incluso un montón de veces ponemos en duda la palabra de Lencina y todo el grupo familiar, por lo inescrupulosos, degenerados y enfermos que son” y enseguida remató: “desgraciadamente tenemos que chequear lo que dicen”. PREGUNTAS. “Realmente no sé porqué Lencina salió a decir esta sarta de mentiras», dijo Beltzer, aunque, según las especulaciones, el famoso Jorobado comenzó a ser asediado por críticas dentro del ámbito de la población de la Unidad Penal 1 cuando se supo públicamente que se había transformado en un “buchón” de Investigaciones, luego de que un pariente le acercara un planito dibujado en un papel, con el cual intentaba mostrar el lugar donde, presumiblemente, habían enterrado a Fernanda Aguirre. Beltzer evaluó la situación procesal de Lencina: “está penado y a disposición de un Juez de Sentencia en la Unidad Penal” por lo que subrayó que “no depende de nosotros ni tenemos la autoridad como para ir a sacarlo de ahí, o hablar libremente con él si no nos hubiese llamado”. Consultado sobre si la motivación estaría en la recompensa, Beltzer reflexionó: “me inclinaría a pensar que tal vez está detrás de eso”. HALLAZGO SECRETO. El primer día de recorrida por el lugar que señaló Claudio Lencina, y en el que mañana probablemente continuarán las excavaciones, se produjo un hallazgo que en no trascendió públicamente pero que fue incorporado al expediente con fotografías y secuestro de presunta prueba. Se trata de un cordel de hilo plástico que colgaba de la rama de un árbol del monte a la cual lo habían atado y que en el otro extremo tenía formado una especie de aro, el que había sido cortado. El cordel estaba raído y envejecido por el sol y la intemperie. Oficialmente se estima que la información que acercó Lencina a la Policía pudo haberle sido indicada mediante un dibujo durante una visita al penal realizada por su sobrino, aquel que estaba junto a Miguel Ángel Lencina en el momento del secuestro de Fernanda.