U
n sacerdote calificó como “un bolazo” la afirmación del secretario de Salud respecto a que la pastilla no sea “abortiva”. "La política de salud del Gobierno es moralmente incorrecta y no lícita", dijo monseños Maulión. La Iglesia Católica salió a cuestionar con severidad las afirmaciones oficiales respecto a que la píldora del día después, un método de anticoncepción de emergencia que se utiliza a las horas de haber tenido una relación sexual sin protección que ahora será distribuida en forma gratuita en hospitales y centros de salud, no es abortiva. “El empleo de la pastilla del día después no es correctamente moral”, afirmó el arzobispo de Paraná, Mario Luis Bautista Maulión. Aunque tal como un día antes lo había hecho el secretario de Salud, José María Legascue, ayer dos funcionarias ligadas directamente al Programa de Salud Sexual y Reproductiva, Sonia Velásquez y Mónica Fassoni, salieron a defender las cualidades de la pastilla del día después, y negaron que se trate de un mecanismo abortivo. Aunque el arzobispo Maulión retrucó el razonamiento, y sostuvo que “el hecho de que las autoridades estén repartiendo esto, no significa que estén haciendo algo moralmente correcto o lícito”. El jefe de la Iglesia consideró que “siendo dudosamente abortivo” el método, “nunca es lícito” su distribución. “Si esto forma parte de una política sanitaria, yo lamento que nuestra política sanitaria vaya por este carril”, según unas breves declaraciones que formuló al Canal 9. La píldora del día después, según lo anunció el último fin de semana el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, será repartida en forma gratuita en todos los hospitales públicos del país. Una primera partida llegó a Entre Ríos hacia finales de la semana anterior, aunque todavía no se repartió al aguardo de directivas precisas.