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El secretario de Justicia anunció, a través de un comunicado de prensa, que “en lo que resta de la campaña se realizarán unas cuantas reuniones con organizaciones intermedias, actos y reuniones con comandos electorales, junto a Jorge Busti y Sergio Urribarri, y se le dará prioridad a todo lo que tenga que ver con la parte organizativa y logística del acto electoral”, sorprendió el dirigente.
Confirmó, de este modo, los rumores que circularon ayer a velocidad pasmosa respecto de la “suspensión” de las caminatas de la Lista 2.
Cuando se consulta por los motivos de semejante decisión, a sólo una semana de los comicios, comienzan las diferencias entre las versiones circulantes. Se coincide, sin embargo, en ubicar como elemento central a las denuncias que ha formulado el radicalismo acerca de actos patoteriles en el marco de la campaña. Por estos hechos se acusó a un funcionario provincial y se puso el acento en el uso de un auto oficial en uno de actos.
PRIMERA VERSIÓN. Entre los rumores que anticiparon la decisión del PJ, en Paraná, circularon los que subrayaron los hechos denunciados por la UCR.
A la vez, agregaron como condimento la presencia de candidatos radicales en Buenos Aires, ayer mismo, con el fin de garantizar que en la Casa Rosada se supiera al detalle de la acusación del partido centenario. Por si hacía falta, estos rumores también dieron cuenta de algunos llamados al poder central, por parte del solanismo, que apuntaron en el mismo sentido: denuncias por el color que estaría tomando la campaña y advertencias acerca de los movimientos del bustismo en este marco. Los rumores que así narran las cosas aseguran que, finalmente, hubo un llamado desde el Ministerio del Interior de la Nación a la Casa Gris, reclamando explicaciones por los actos denunciados y pidiendo “mesura” a pocos días de los comicios.
Leen así que el repliegue del PJ, en las unidades básicas, obedecería a un pedido del mismísimo Gobierno de Néstor Kirchner.
VERSIÓN DOS. El otro modo de explicar el comunicado de Halle es el que circuló, a modo de rumor: la victoria de PJ en Paraná estaría asegurada y, por tanto, no sería conveniente “ponerla en riesgo” con nuevos hechos violentos que redunden en nuevas denuncias. Y esto más allá de la responsabilidad de la militancia y la dirigencia justicialista ya que desde el justicialismo se retrucaron las denuncias pidiendo al peronismo que no responda a “provocaciones” de “matones a sueldo”.
Esta segunda versión, triunfalista, se puso de manifiesto en el sorpresivo comunicado de ayer: “Vemos muy motivada a la gente, mucho acompañamiento de los paranaenses y creemos que nos han entendido el mensaje de la necesidad de una continuidad del proyecto de Gobierno provincial y de un cambio en Paraná, para alinear ese proyecto provincial con un nuevo modelo de gestión municipal, diferente del que se ha llevado adelante durante los últimos 20 años”, dijo Halle que anunció, a modo de cierre de campaña “tres o cuatro actos, en lugares cerrados, para convocar a los adherentes a trabajar el domingo 18”.
La versión se completa con una encuesta. Un conocido hombre del rubro, que en más de una oportunidad colaboró con el Gobierno provincial, se habría comunicado ayer con el entorno del candidato a intendente para asegurar un triunfo cómodo. El encuestador habría completado la información estadística con un consejo: que la militancia se recluya para evitar “las reacciones” de los adversarios ante “una derrota”.
Cuál de las versiones se acerca más a la realidad está por verse. Lo cierto es que las denuncias radicales hicieron mella y que en la última semana proselitista la militancia peronista prefirió quedarse en casa. (El Diario)
