U

n empresario del partido de La Matanza y un custodio privado fueron condenados ayer a quince años y seis años de prisión, respectivamente, por los homicidios de un adolescente y de un hombre durante los saqueos registrados en el Gran Buenos Aires el 19 de diciembre de 2001, antes de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa. Las condenas fueron aplicadas por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de La Matanza sobre el empresario Luis Mazzi y el custodio Bernardo Joulié, ex miembro de Prefectura. Mazzi fue hallado culpable del "homicidio simple" de Ariel Salas. En tanto que Joulié fue condenado por el "homicidio en riña" de Damián Ramírez, de 14 años. Por esa calificación menor le dieron una pena más leve. El fallo será apelado por las defensas y probablemente por las querellas. Se trata de las primeras condenas conocidas que se aplican por los graves disturbios registrados en Capital Federal y Gran Buenos en las jornadas previas a la renuncia de De la Rúa a la Presidencia. La primera condena que se dictó en el país fue en Rosario, en agosto de 2004, contra el policía Esteban Velázquez, por el homicidio del militante social Claudio "Pocho" Lepratti. Velázquez fue sentenciado a cumplir catorce años de prisión. Pero se trató de un procedimiento enteramente escrito y por ello no hubo juicio oral y público, como sí lo hubo ahora en estos casos. El juicio oral y público contra Mazzi y Joulié se postergó en dos ocasiones y finalmente se pudo llevar a cabo durante las dos últimas semanas en los tribunales provinciales de La Matanza. Salas y Ramírez cayeron muertos por disparos durante los saqueos que se registraron el 19 de diciembre de 2001 en unos comercios de la avenida Cristanía, en el límite entre Laferrere y Ciudad Evita. "El único frente de fuego partió de los imputados", dijeron en su sentencia los jueces Jorge Fabián van Estaden, Diana Nora Volpicina y Liliana Logroño, según informó Télam. El tribunal descartó por completo que los acusados hayan actuado "en legítima defensa". Es que, según las querellas y la fiscalía, tanto Ramírez como Salas sólo observaban los saqueos y no participaban de los mismos. Ramírez cursaba el octavo grado, practicaba fútbol en la escuelita de River Plate y ayudaba a su padre en una panadería. Salas tenía 31 años, era joyero, estaba casado, tenía una hija de 6 años y el día de los incidentes bajaba de un colectivo porque había salido antes de su trabajo como consecuencia de los disturbios generalizados. Durante las trágicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 murieron unas 35 personas en todo el país como consecuencia de los disturbios registrados en manifestaciones y saqueos.