A
l mismo tiempo, reconoció que por la inseguridad que se vive en la zona está evaluando cerrar el comercio. Igualmente dijo sentirse aliviado porque “por suerte el final fue feliz”. “No sé si voy a seguir con el negocio, porque estamos cansados. Se han puesto nuevas rejas por dentro y fuera porque nos robaron más de 20 veces. Pero este caso fue el peor de mi vida”, manifestó el hombre en declaraciones a Canal 11. Después de la tensión vivida durante más de cuatro horas por la toma de rehenes en su comercio, Zumanofsky precisó que a su esposa “ya es la segunda vez que la asaltaron con armas de fuego”. Si bien esta mañana se encontraba de viaje al momento de suceder el hecho, ratificó que fueron cuatro empleados y dos clientes quienes estuvieron en manos de los delincuentes. No obstante, destacó: “La Policía fue muy rápida, gracias a un empleado que se pudo escapar por una de las puertas y dio aviso”.