E

l acto -en el que le iba a dar el puntapié a la licitación de una megausina- fue suspendido en la tarde de ayer «hasta nuevo aviso» (se realizaría el 15 o el 16 de este mes) por decisión de «los gobiernos nacional y provincial». Si bien algunas versiones especulaban sobre un potencial viaje del jefe de Estado hoy a El Calafate -destino al que pretendía en principio arribar después de la ceremonia-, fuentes de la provincia aseguraban anoche que el Presidente no tenía previsto tocar suelo santacruceño, tras el inesperado cambio de planes. Heredia -quien había sido reelecto en el cargo en las elecciones del pasado miércoles- encontró la muerte cerca del mediodía, cuando el auto en el que viajaba chocó contra un vehículo que, presuntamente, se habría cruzado de carril por efecto del hielo y la nieve que poblaban la ruta. El accidente ocurrió, precisamente, en cercanía del ingreso a Mina 3 de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), hacia donde había viajado para agradecer a los trabajadores el haberlo votado. Por la tarde, y luego de comprometerse ante intendentes a asistirlos financieramente para otorgar subas salariales, el gobernador Daniel Peralta viajó a Río Turbio para acompañar a la familia del sindicalista. El yacimiento es el motor clave de una sufrida comunidad que ya se topó el 14 de junio de 2004 con la muerte de 14 operarios, en el marco de un incendio en el interior de la mina. La tragedia marcó el último desembarco del Presidente en ese pueblo cordillerano de 6 mil habitantes, y le abrió la puerta a la gestión como interventor de YCRT del por entonces diputado provincial Peralta, hasta que el Presidente lo convirtió en el reemplazante del renunciado Carlos Sancho. Heredia era un dirigente del gremio carbonífero, sector que esperaba hoy ser beneficiado por anuncios de Kirchner, entre ellos la propia usina, reclamada por la cuenca desde hace cerca de 30 años. En ese rol, había lidiado con Peralta durante su gestión al frente de YCRT. La agenda inicial de Kirchner -más allá de los anuncios institucionales- marcaba la realización de una megaconcentración en Río Turbio, con la presencia de kirchneristas de toda la provincia y de distritos vecinos, además de un importante contingente de militantes bonaerenses. La crisis social e institucional en que se sumió la provincia desde marzo (que forzó incluso la salida de Sancho) convenció a Kirchner de la conveniencia de mantenerse muy lejos de su distrito natal. La última vez que tocó tierra santacruceña fue en Semana Santa. Pero ni siquiera la acéptica villa de El Calafate lo preservó de la revulsión social, ya que en aquella oportunidad una protesta de un grupo de maestros alteró la residencia de los Kirchner en la turística localidad. La tensión fue luego in crescendo en la provincia, al punto que hasta la propia hermana presidencial Alicia Kirchner sufrió los rigores de un escrache en Río Gallegos, plaza dominada por el radicalismo y epicentro de las medidas de fuerza. Poco antes, un ciudadano de origen chileno con las facultades mentales alteradas había intentado impactar un camión robado contra la vivienda de Kirchner en esa ciudad, lo que fue leído por la Casa Rosada como un atentado. La megausina en cuestión permitirá una generación de 240 megavatios y la utilización del carbón producido por la mina de Río Turbio. Sin embargo, su instalación es objeto de una fuerte polémica entre los funcionarios y los ambientalistas locales, quienes tenían previsto manifestarse durante el cancelado acto de hoy, al considerar que la obra será «devastadora» para la zona, por su supuesto impacto sobre el río Gallegos, del cual se extrae el agua que luego se potabiliza para el uso, no sólo de Río Turbio sino también de Río Gallegos. La oposición está impulsada por la Asociación Santacruceña de Energías Renovables, que propició años atrás la instalación de la Planta Experimental de Hidrógeno en Pico Truncado, que hoy es modelo en su tipo. La pretensión de las voces críticas apunta a que se efectúe «un estudio de impacto ambiental, para ver cuál es la mejor ubicación». / Ambito