L
os delegados Bernardo Arosteguy, Raúl Pérez, Raúl Gómez, María Courviosier y Andrea Bravo presentaron durante la semana una nota indicando su “preocupación sobre la expresión de una relación de subordinación institucional ante la patronal que no corresponde, de aquellos compañeros que en función del rol de representante de los trabajadores deben garantizar, como es el de la autonomía”. La referencia, obvia, era al encuentro mantenido el sábado anterior entre el gobernador Jorge Busti y unos 50 delegados que avalaron la política salarial del gobierno y repudiaron el plan de acción del gremio, que decidió cuatro días de paro luego de conocerse un incremento salarial del 8%. Ayer un grupo de los delegados que se entrevistaron con Busti salió a responderles y les recordó que muchos militantes de ATE peronistas e identificados con el bustismo participaron de las medidas de fuerza llevadas adelante por el gremio durante los últimos 20 años, además de ser “los que hicieron la resistencia durante la nefasta gestión radical” mientras en ese momento “muchos abandonaron el barco como ratas y ahora que el contexto social, económico y político es otro, levantan sus voces y son pseudogremialistas”. Asimismo reivindican la reunión “mantenida a plena luz del día” y destacan que “ a seis meses de concluir esta gestión, después de una interna electoral gremial, estas medidas no se condicen con el diálogo permanente que ha tenido tanto el gobernador como sus funcionarios” con ATE. En el mismo sentido se señala que las medidas adoptadas “solamente responden a intereses que no son los de los estatales de la provincia, sino a una política que vienen ejecutando la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y ATE nacional, donde el objetivo es erradicar al peronismo de los gremios agrupados” allí.