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os “gordos” del sindicalismo intentan relevar a Moyano ya se habla de sucesores de mejor sintonía con la Casa Rosada o, más puntualmente, con Cristina. Aunque ejerció una gran presión, el poderoso secretario general de la CGT, Hugo Moyano no consiguió influir en las listas de candidatos cerradas ayer. Y ahora, el camionero se prepara para dar batalla con nuevos reclamos salariales y amenzas veladas de que él puede parar al país con una huelga de los gremios clave del transporte. Los referentes del sindicalismo peronista alineado con Moyano, se declararon en “estado de alarma” –un poco más que el tradicional “alerta y movilización”– para avisarle al poder kirchnerista que no están dispuestos a ser meros espectadores después del 10 de diciembre cuando, descuentan, asumirá la presidencia la ahora candidata Cristina Fernández. Por otra parte, con el visto bueno del Gobierno, los “gordos” del sindicalismo, intentan relevar a Moyano del máximo sillón gremial argentino y ya se habla de sucesores de mejor sintonía con la Casa Rosada o, más puntualmente, con Cristina. Todos los números y las menciones recaen en el metalúrgico Antonio Caló. El trasfondo de los resquemores moyanistas se encontraría en la falta de señales hacia la CGT por parte de la Primera Dama y en el rumor de que Cristina vería con beneplácito el desplazamiento del titular de la CGT, quien planea su reelección en julio de 2008. “No todo va a ser color de rosa porque, como es lógico, conflictividad social va a haber y lo que hay que hacer es canalizarla democráticamente para dirimir las diferencias”, disparó Cristina ante el expectante auditorio de empresarios, funcionarios y sindicalistas en el coloquio de IDEA esta semana. Para Moyano y los suyos ya no hay espacio para dudas. Lo que muy reservadamente venían conversando en los últimos meses poco a poco va tomando forma, y entonces decidieron prepararse para la resistencia y la confrontación con el futuro gobierno y con los sectores sindicales que se alejaron del camionero. No obstante, consideran que todavía existen márgenes para la negociación y el entendimiento, siempre y cuando el oficialismo se vea obliggado a buscar consensos que permitan sellar un pacto social de mediano y largo plazo. (Perfil)