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aredes electrificadas, techos rotos, ventana y puertas sin vidrios, un sótano inundado y el sistema eléctrico colapsado son algunos de los problemas que deben afrontar los alumnos y docentes de la escuela Nº 192 Domingo Faustino Sarmiento, ubicada en calle Corrientes. Ayer a la mañana la rectora, Mónica Bernabé, se vio obligada a suspender las clases en tres cursos luego de que una alumna recibiera una leve sensación de electricidad al tocar una pared. Por tal motivo, 75 alumnos no pudieron tener clases en la vieja casona que funciona como establecimiento educativo. Bernabé dijo que tomó la decisión porque el edificio no cuenta con disyuntor de electricidad ya que es imposible colocarlo porque la instalación eléctrica está “en un estado desastroso”. Los problemas de infraestructura no son los únicos inconvenientes que padece la escuela, ya que en las últimas horas delincuentes sustrajeron algunas sillas y bancos que había en las aulas del segundo piso. La rectora dijo a UNO que pidió la presencia de electricistas por la humedad reinante en las paredes de las aulas. Bernabé señaló que como un paliativo se necesita que se refaccionen las aulas. Los padres por su parte indicaron que “no están dadas las condiciones para que en este edificio funcione una escuela”. Otra marcha Los docentes, padres y alumnos junto con las autoridades del establecimiento salieron a la calle cerca del mediodía a repartir volantes con una leyenda que rezaba “Por una escuela digna”. El panfleto se entregó en la esquina de calle La Paz y Corrientes, y en la peatonal San Martín. En el libelo entregado a la gente se podía leer el siguiente reclamo: “Exigimos al gobierno que en un plazo perentorio dé solución a los urgentes problemas edilicios que atentan contra la seguridad personal de los alumnos y de la comunidad educativa”. Los alumnos agradecieron a la familia Cáceres Sforza que se encargó de realizar los volantes y donarlos para poder mostrar a la comunidad el estado de la escuela. Del corte parcial del tránsito y entrega de volantes participaron unas 350 personas. Los alumnos coincidieron en señalar: “El establecimiento no está en buenas condiciones y nosotros no podemos seguir así”. Por otra parte, los chicos invitaron a la jefa zonal de Arquitectura de la Provincia, Diana Calero, a recorrer la escuela juntos para mostrarle el problema. “Que venga y le mostramos cómo damos clases”, dijo uno de los chicos en respuesta a las declaraciones de la funcionaria. Agua socava cimientos Otro inconveniente que causa temor entre los docentes es la existencia de un sótano debajo de las aulas con agua y basura, ya que según expertos en la materia está socavando los cimientos de las aulas. “Cada vez es peor la situación”, manifestó Violeta Molet, una docente del establecimiento. (UNO)