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n una entrevista con El Diario, el Presidente de la Comuna local expresó con optimismo que a medida que se apacigüen las cosas van avalorar su gestión. Aceptó que pudo haber cometido errores, sobre todo en la consolidación de algunos costos y advirtió que seguirá actuando en política aunque aclara que su etapa de intendente está agotada. “Dijo San Martín: los hombres por lo común juzgan de lo presente según sus intereses y de lo pasado según su verdadera justicia”. Luego de una pausa, Julio Solanas, remató la frase con otra. “Tengo la tranquilidad moral y espiritual de que di todo por la ciudad”. Al destacar que las autoridades municipales “no nos aumentamos el sueldo en estos cuatro años, pagamos el celular que usamos, rendimos cada gasto que producimos, nos manejamos con austeridad”, el intendente saliente compartió una convicción. “Siento que he cumplido como servidor público”. A la hora del repaso de la obra de gobierno, el mandatario no logró ocultar la satisfacción por la planta potabilizadora de agua. Enseñó fotos y, ante cada imagen, señaló el camino de acceso asfaltado, la apertura de calles que incorpora a un nuevo sector a la trama urbana. “La obra civil está terminada, es magnífica, mejorará la calidad de vida de la gente; hay dos centros de distribución con un grado de avance importante y otro más en marcha”, expuso. También mencionó que se construyeron 40 kilómetros en redes cloacales. “Ahora habrá que pensar en las subsidiarias, en una estación de tratamiento de líquidos cloacales y en resolver el problema del Volcadero”, opinó. No terminó ahí el balance. “Hemos tenido una política muy fuerte de promoción turística, lo mismo en Cultura, en obra pública hicimos una inversión importante con fondos propios como el ensanche de Almafuerte; pero además, se multiplicó por tres la partida para programas sociales, se atienden 32 jardines maternales, las escuelas de deportes y 15 centros comunitarios, además de los centros de capacitación laboral y el centro de noche Teresa de Calcuta; la ciudad ha crecido, de eso no hay dudas: hay 16 empresas nuevas en el Parque Industrial, ha habido inversiones grandes y modestas como las del Mayorazgo pero también en muchos otros hoteles, bares, restoranes; medio centenar de edificios construidos de entre dos y doce pisos; creo que todo eso ha sido parte del mismo proceso de crecimiento de la ciudad”. LO HECHO. “Recibimos un municipio con problemas, no todo era color de rosa”, advirtió, como si le estuviera respondiendo a alguien, que igualmente no identificó. “Bajamos la deuda pública a 66,4 millones cuando en 2003 era de casi 119 millones, mientras buscamos la dignidad de los trabajadores con una política que tendió a recuperar el poder adquisitivo del salario”, expuso. En ese punto, como si se topara con una realidad inevitable, ensayó un comentario al margen. “Tenemos que hacer una autocrítica porque, privilegiando la estabilidad laboral, incorporamos personal que ya venía trabajando en el municipio y ahora es un costo consolidado; lo mismo con algunos adicionales que, acaso, estén desproporcionados”, describió, al agregar que “seguramente, son aspectos que las nuevas autoridades tendrán que ver cómo se corrige”. Y, ante una intervención periodística puntual: “si tuviera la chance de retroceder el tiempo y cambiar algunas cosas de las que hicimos, empezaría por esas”. Y para que no queden dudas. “Por supuesto que tuvimos errores, todo el mundo los comete”, señaló antes de añadir que “si así fuere, desde ya les pido perdón a mis convecinos”. No quiso dejar pasar la ocasión sin recordar que “la quita a una empresa, que fue título en todos los medios de la ciudad, se hizo en virtud de la vigencia de una ordenanza, no fue capricho nuestro; al final, al convenio de condonación no se lo hizo porque quedó bajo sospecha; pero la próxima gestión lo podrá cobrar”. A LA PROVINCIA. En otro momento, se le planteó qué conclusiones había sacado luego de la experiencia de construir una alternativa al bustismo, ahora que referentes que fueron aliados suyos parecen haber vuelto sobre sus pasos. “Hay muchos ciudadanos que nos han acompañado, que han tenido profundas convicciones y las mantienen, tal vez no sean dirigentes conocidos pero los hay y muchos; más allá de esto, uno aspira a que en el lugar donde les toque actuar a los compañeros que integramos la lista 100 no renuncien a la bandera de la transparencia, la vocación de servicio, la renovación de los valores políticos”, refirió. “¿Aquella fue una alianza ideal o la alianza posible?”, preguntó EL DIARIO. “La posible, sin dudas; porque tuvimos un tiempo escaso de construcción”, respondió. “La contracara de esa maniobra fue que la transición de nueve meses como la que resultó es desgastante para los que estábamos y de quiénes vienen”, observó. Allí nomás subrayó que “la lista 100 ya es historia”. De sus palabras se desprende que el día después del traspaso de gestión, Solanas volverá a sus asuntos particulares. “Seguiré haciendo política, esforzándome para que los jóvenes tengan su oportunidad, ayudando como pueda a que el cambio que empezó el presidente Néstor Kirchner continúe ahora con Cristina (Fernández de Kirchner)”, manifestó. “¿Se va sin resentimientos o acaso no los expresa porque considera que ‘pasar facturas’ es un gesto inconveniente en la actual coyuntura?”, se lo interrogó. “No soy resentido, soy hombre de fe y esperanza, de lucha”, contestó. Lo que parece claro es que los dos períodos en que estuvo al frente de la Municipalidad de Paraná marcan un cierre de ciclo para Julio Solanas. “Como intendente ya di todo lo que pude; pero seguiré haciendo política y se verá desde qué lugar”.