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lberto Fernández escucha propuestas; diputados ultra K exigen subordinación y valor; el ministro Randazzo ofrece “otras” variables de acuerdo; piqueteros y movimientos sociales ganan la calle y señalan a los eventuales “traidores”. Algo pasó en los despachos kirchneristas del Congreso de la semana pasada a hoy. Lo que haya sido (algunos aducen presiones ruralistas en sus distritos), diluyó por completo la confianza en que la ley enviada por el Ejecutivo para ratificar las retenciones móviles sea aprobada sin complicaciones. Por eso, se terminó de aceitar un mecanismo de “círculos de presión” alrededor de los legisladores díscolos y los que aún dudan para tratar de encolumnar su tropa parlamentaria. Esa presión va desde pequeños cambios en la ley hasta ofrecimientos de cargos en estructuras nacionales. “Hoy, a libro cerrado no la sacamos; hay que flexibilizar el proyecto para obtener los votos que necesitamos”, confió un diputado K. No obstante, algunas voces oficialistas aclararon lo innegociable: “No podemos rechazar lo que mandó el Ejecutivo”. El camino sería permitir ciertas modificaciones que los legisladores “puedan exhibir en sus distritos”. Incluso el ultrakirchnerista Edgardo Depetri contó que el Ejecutivo está trabajando en una “ley complementaria” para enviar al Parlamento. “Se va a proponer lo mismo que ya les ofreció Alberto Fernández pero mejorado, la idea es diferenciar a los pequeños productores”, dijo el diputado. Estas “modificaciones” serían, entre otras, liberar las exportaciones del trigo y subsidiar los fletes. Sin embargo, algunos compañeros de bancada negaron que exista algo por el estilo. “Ahora es el turno del Congreso, las modificaciones saldrán de acá”, señalaron desde un despacho oficialista. La metodología con la que se trabaja es la siguiente: los diputados llevan sus propuestas al despacho de Agustín Rossi. Todo es monitoreado por Alberto Fernández, para saber qué proponen los dudosos. Se recibe de todo, desde la baja de las retenciones (como propone la radical K Laura Montero) hasta pequeñas compensaciones. Rossi es apuntalado por algunos diputados “gurkhas”, como llaman a los “incondicionales K”: Carlos “Cuto” Moreno, Carlos Kunkel y Dante Dovena. Uno de ellos admitió que su rol es “proteger” al presidente del bloque oficialista. “Todos están operando”, confió una fuente parlamentaria kirchnerista. Incluso el propio Kirchner, además de pedirles “coraje” públicamente, se estaría comunicando por teléfono con algunos diputados dudosos. Los encendidos ataques de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y las carpas de los movimientos sociales y de la Juventud Peronista forman parte del círculo para “marcar” a los posibles traidores. A cambio. Pero hay “otras” variables de acuerdo. A pesar de que las retenciones aún ni fueron discutidas por la Cámara Baja, la Casa Rosada no juega al azar. Según PERFIL, algunos senadores ya recibieron “ofrecimientos” para aprobar lo que llegue de Diputados. Este diario está en condiciones de afirmar que al senador misionero Luis Viana se le ofreció la Dirección de Migraciones de su provincia, que tiene 1.200 kilómetros de frontera, para que vote a favor del proyecto oficialista. Se habla de otros casos, pero es el único que se pudo confirmar. El mandato de Viana vence en 2011. Es decir: no deberá someterse al voto popular el año próximo, situación que habría sido explicitada al ofrecérsele el cargo. “Qué se yo. Hay de todo, te ofrecen la Aduana, Vialidad Nacional, todos cargos nacionales que hay en las provincias, y vos podés ayudar a tu tropa”, deslizan en voz baja desde un despacho de la Cámara Alta. La desesperación se desató el martes, cuando el presidente del bloque oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto, midió la temperatura de su bancada. “Faltan cuatro o cinco votos para aprobar el proyecto de la manera en que está planteado”, confió uno de los participantes del cónclave. Más tarde, los celulares de los senadores “no alineados” comenzaron sonar. La renuncia del senador Roberto Urquía a la Comisión de Presupuesto y Hacienda, como presidente y como miembro, habría sido efecto de los “aprietes” en danza (ver página 6). Los operadores directos de la Casa Rosada en el Senado son el ministro del Interior, Florecio Randazzo (maneja la relación con las provincias, incluidos ciertos fondos); y el funcionario de la Presidencia Juan Carlos “Chueco” Mazzon. Su llamado suele anticipar el de Néstor Kirchner. “Se trata de arreglar a como dé lugar, desde cargos hasta obras, lo de siempre”, dijo a PERFIL un senador oficialista en estricto off the record, claro. Viana, el senador al que tentaron El senador misionero Luis Viana se autodefine como “kirchnerista” pero por sobre todas las cosas, “justicialista”. Ingresó al Senado en 2005 después de haber mantenido una fuerte oposición, como presidente de la Cámara de Diputados de Misiones, en contra el gobierno del kirchnerista Carlos Rovira. Durante las elecciones constituyentes de 2006, en las que Rovira intentó obtener la reelección indefinida con el apoyo de Néstor Kircher, Viana tuvo un rol protagónico en la mesa chica que acompañó al obispo emérito de Iguazú, Joaquín Piña. El legislador fue uno de los que más capitalizó la victoria del no a la reforma constitucional, la primera derrota electoral del patagónico. En las elecciones de 2007, Viana apoyó a nivel nacional la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. En Misiones, compitió contra el delfín de Rovira, el actual gobernador Maurice Closs. También se enfrentó al ex gobernador Ramón Puerta en las internas del justicialismo misionero, y ganó por paliza. En la actualidad, Viana es uno de los principales candidatos a ocupar el intervenido PJ de Misiones. Todo indica que, de presentarse, volvería a evitar que Puerta se quede con la presidencia del partido. En el Senado es presidente de la estratégica Comisión de Economía Nacional e Inversión, y vocal del la Comisión de Agricultura, por donde tendrá que pasar el proyecto de retenciones una vez que salga de la Cámara baja. (Fuente: Perfil)