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a policía demoró a varios sujetos más luego de conocerse el asesinato de un muchacho de 22 años, quien falleció desangrado luego de ser atacado con un arma blanca por el dueño de la casa. Del episodio se tuvo conocimiento cuando un vecino del lugar denunció que, en una vivienda de calle Alem había ocurrido un grave hecho de sangre. Ante esto un par de móviles de esa división llegaron al lugar y su personal no debió buscar mucho para corroborar la denuncia ya que, en la vereda del lugar y frente mismo a la puerta de ingreso de la vivienda donde vive un hombre identificado como Hugo Ferrari, de 56, años se encontraba tirado boca abajo el cuerpo sin vida de un joven que presentaba un par de profundas heridas de arma blanca en una de sus piernas. Cuando todo era una incógnita y en medio de un sugestivo silencio por parte de los vecinos del lugar apareció en escena una menor de 12 años acompañada de su madre quién pidió ser trasladada a la Comisaría 1ª porque “tenía que contarles todo lo que había visto en relación al crimen”. Ya en la dependencia policial la menor comenzó a poner un poco de luz en el episodio que, para ese momento, era todo confusión. La chica habría asegurado que desde la puerta de su casa vio salir tambaleante de la casa de un hombre de Apellido Ferrari al joven ultimado quien cayó inmediatamente al piso y que, enseguida, vio salir al dueño de casa con manchas de sangre en sus ropas para entrar en una casa vecina. Ante esto la Jueza de Instrucción en Turno, María Cristina Calveyra, dispuso de inmediato el allanamiento de ambas viviendas y allí comenzó a aclararse un tanto el panorama. En la vivienda vecina a la Ferrari y a pesar de la conmoción causada por la llegada de la policía, sugestivamente, encontraron a tres hermanos mayores de edad de 55, 58 y 62 años, quiénes afirmaron que no habían salido porque no habían escuchado absolutamente nada. Como si esto fuera poco junto a ellos se encontraba el tal Ferrari pero sus ropas estaban limpias. Los policías no debieron buscar mucho para encontrar las prendas con evidentes manchas de sangre que lo incriminaban en el asesinato. Aparentemente nadie sabía quien era la víctima cuando apareció en escena un “comedido” quién identificó sin titubear al joven como Cristian Emanuel García, de 22 y domiciliado en el Barrio San Felipe. Al ser interrogado en el lugar y luego de algunas contradicciones el hombre de apellido Sánchez también quedó demorado y junto a los Lemos, por decisión judicial, fue trasladado a la comisaría donde los 4 debieron prestar declaración testimonial. (El Diario)