E

l jefe del Ejército, Roberto Bendini, renunció anoche a su cargo. Lejos de ser una casualidad, tomó esa decisión el mismo día en que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia lo procesó por desviar –entre 2002 y 2003– fondos de la Brigada Mecanizada XI, de Río Gallegos, a cuentas y gastos particulares. Este fallo fue el final de una situación de debilidad evidente: el miércoles, la ministra de Defensa, Nilda Garré, había ampliado la denuncia que comenzó hace un mes y derivó en una causa federal y en el pase a disponibilidad de 44 miembros de las primeras líneas del Ejército. En esa causa no figura Bendini pero sí su círculo íntimo. El jefe de Gabinete, Sergio Massa, anunció el pedido de renuncia en una conferencia de prensa a las ocho de la noche. Hasta ese momento, la noticia del procesamiento en Comodoro Rivadavia no era pública y el Gobierno evitó difundirla. En apenas cinco minutos, Massa sólo informó que el militar había presentado una carta por la cual solicitó el pase a retiro, y que la Presidenta analizaría la respuesta. Cristina Kirchner recibió en Olivos la carta de renuncia de Bendini. Durante toda la tarde, el matrimonio mantuvo dentro de las paredes de la residencia la noticia del procesamiento. En la intimidad, dijeron fuentes oficiales, la Presidenta y su esposo culparon a la ministra de Defensa por la nueva mala noticia: “Están enojados con Nilda porque sienten que promovió las causas judiciales como si Bendini no fuera parte del Gobierno”, explicaron off the record. Garré –que está de viaje en Chile– se enteró por los llamados de los diarios, ayer al mediodía, del fallo contrario al ex titular del Ejército. Como respuesta, sus voceros dijeron que no harían declaraciones porque no contaban con información oficial. Después de la conferencia de prensa, Cristina Kirchner habló en la Unión Industrial Argentina y no mencionó al ex jefe de la fuerza. Desde el ministerio de Defensa mencionaban al general Daniel Oscar Camponovo como el posible sucesor. Este militar ascendió a un puesto clave creado durante la gestión kirchnerista: es Comandante Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. La decisión de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, firmada el 16 deseptiembre pero notificada ayer, revocó una decisión del juez de Río Gallegos, Gerardo Camaño, quien había tratado el expediente con una lentitud llamativa y un hermetismo feroz. En mayo de 2007 –un año después de tomarle la indagatoria a Bendini y con un intento en el medio de transferir el expediente a la justicia militar–, Camaño resolvió la falta de mérito, esto es, consideró que no había elementos para procesar al militar. La medida fue apelada por el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, y el fiscal federal de Río Gallegos, Miguel Ángel Segovia. Con sus argumentos, los camaristas Hebe Corchuelo de Huberman, Aldo Suárez y Javier María Leal de Ibarra escribieron las nueve páginas del fallo que decidió el rechazo a la falta de mérito y el procesamiento por peculado, que prevé una pena de dos a diez años de prisión y la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Además, los jueces agregan la modalidad de “delito continuado”: esto significa que se realizaron varias irregularidades durante todo el período en que se administró el dinero de esa cuenta. El 9 de abril de 2002, Bendini, que entonces estaba a cargo de la Brigada Mecanizada XI del Ejército Argentino, abrió una cuenta corriente en el Banco de Santa Cruz junto con el jefe de finanzas de ese cuerpo, Carlos Humberto Espósito, quien también fue procesado ayer, al igual que su mujer, Alba Pérez. Esa cuenta estaba a nombre del Comando con el fin de manejar los fondos públicos de esa unidad militar. Su apertura ya era una irregularidad. Por ley, el Banco Nación es el depositario de los fondos de la administración nacional. De esta manera, los movimientos del medio millón de pesos que circularon durante un año –entre su apertura y el 15 de mayo de 2003– no tuvieron control. Un informe de la SIGEN y pruebas aportadas por la FIA revelaron que se desvió dinero a cuentas particulares y a gastos personales. Como ejemplo, Garrido encontró elementos para probar que Bendini compró regalos de casamiento con fondos pertenecientes a la brigada: una araña con luces, una caja de té con lámina y una vela cilíndrica en la casa Flox, de Barrio Norte. También había compras en “el rincón gaucho”, la perfumería Moderna SCS y en la joyería Luresmon. Todos los beneficiados con esos regalos admitieron haberlos recibido y reconocieron también su vínculo con el ahora ex jefe del Ejército. Según Garrido, el 22,45% de las operaciones bancarias de esa cuenta con fondos oficiales no contaba con documentación respaldatoria para avalar esos gastos. Entre los movimientos hay cheques depositados y transferencias hechas a cuentas de Alba Pérez, la mujer del jefe de finanzas, Carlos Espósito. El expediente que marcó el fin de la carrera de Bendini en el Ejército también limitó toda su gestión. La investigación comenzó con una denuncia anónima dentro de las Fuerzas Armadas durante el mandato de Eduardo Brinzoni, quien fue removido y reemplazado por Bendini con la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia. En el 2004, la Oficina Anticorrupción radicó la denuncia que comenzó con este expediente, que transitó un largo camino hasta llegar a esta resolución. (Crítica de la Argentina))