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l Diario.- En el último tiempo se abrió un fuerte debate acerca de la construcción de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos en Paraná. Vecinos e instituciones pusieron de manifiesto sus dudas y temores, cuestionaron posibles radicaciones y también la tecnología que se va a utilizar. El Intendente de la ciudad de Paraná, José Carlos Halle, defendió el proceso iniciado y estableció un orden de prioridades. Sintéticamente: a) cierre del Volcadero y su progresiva recuperación; y, b) puesta en funcionamiento de una planta de tratamiento que industrialice el proceso. Se sabe que el Volcaldero es un basural a cielo abierto ubicado en el borde oeste. Allí va a parar un promedio de 350 toneladas diarias de residuos sin procesamiento alguno. Este vertedero afecta de manera directa a unos 70 mil habitantes, que es la población calculada de San Agustín. Es a las claras un foco de infección. El humo que se produce nos enferma a todos. Resistencias La elección del predio donde funcionará la planta también provocó resistencias. Se analizaron diferentes alternativas de localización, dentro del ejido municipal (límite con Oro Verde, Parque Industrial, diversas propuestas en terrenos privados). Si bien se aguardan los últimos estudios de factibilidad, la hipótesis más fuerte es que finalmente sea instalada en el Acceso Norte, en terrenos de propiedad de la Municipalidad, próximos a la Escuela Granja y al Vivero Municipal, linderos hacia el norte con la zona ampliada del Parque Hortícola. En la visión del intendente, el Acceso Norte conforma un escenario de permanente circulación (miles de vehículos diarios, incluyendo camiones de gran porte) y evita la contaminación visual y auditiva. Por cuerda separada, dijo el entrevistado que -con la planta en funcionamiento- se deberá resolver cómo volver más digna la actividad de las 700 familias que a diario recogen residuos en el Volcadero. El análisis social y ambiental se haría junto a las universidades e involucrará aspectos como la salud, el saneamiento, las condiciones laborales y la contaminación de napas, la superficie y la atmósfera. Proceso En otro momento, recordó el intendente que la empresa encargada de los trabajos es Sánchez Granel S.A. La adjudicataria: uno, tendrá a su cargo el saneamiento del Volcadero -a través de la clausura del vertedero y, por medio de cañerías, el venteo y la quema de gases- y, dos, en un predio cercano al Acceso Norte, deberá poner en marcha la planta, cuya edificación demandaría unos seis meses. Según la explicación de Halle, a aquel lugar arribarán los camiones recolectores que volcarán la basura en una tolva decantadora. Los residuos serán arrastrados por una manga que irá separando el material orgánico del inorgánico. “En principio, el plástico, cartón y vidrio que deseche quedará en manos de quienes actualmente lo comercializan; a futuro aspiramos cooperativizar este trabajo y hasta hacer silos para trabajar el material”, puntualizó Halle. “La idea es no competir con quienes tienen decidido seguir viviendo de eso”, subrayó. Paralelamente, con los restos orgánicos la tecnología planteada establece el agregado de cal viva. El intendente aseguró que el proceso no producirá humo ni olor y que, al final, lo producido servirá de abono, como relleno, para subasfalto y para hacer ladrillos. “Podemos utilizarlo para todo eso, sabiendo que ya no es basura y que no contamina”, agregó ante distintas inquietudes transmitidas. Una y otra vez, ante distintas observaciones periodísticas, el intendente remarcó que el procedimiento no producirá trastornos. Incluso fue más allá. “Aspiramos a que los niños y las mujeres no revuelvan más en la basura, y que los hombres pueden acceder a otras oportunidades, y la comercialización de los desechos es una posibilidad”, acotó. En respuesta a una pregunta puntual, señaló que la duración del proceso es de dos horas y media. Y que la planta podrá incluir a los desechos provenientes de la poda, pero no a los escombros. “La primera certeza que tenemos es que queremos sanear el Volcadero, cerrarlo, transformarlo en un espacio verde”, expuso. “Las experiencias sobre el tema en la Argentina no son muchas, sobre todo en urbes que producen grandes masas de residuos”, amplió. Halle insistió en que el proyecto no demanda inversión para el municipio porque será financiado íntegramente por Naciones Unidas. Hospitalarios La Planta no incluye a los residuos patogénicos (Ley Nacional 24.051 y Ley Provincial de adhesión 8.880), ni residuos peligrosos (Ley Nacional 24.051). Control De principio a fin, la iniciativa debe contar con el aval de la Junta Ejecutiva de Naciones Unidas y de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. El dato 10 millones de pesos es lo que insume la construcción de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos.