E

l fiscal Gustavo Sandoval recibió el video en su despacho. Pero cuando empezó a mirarlo se horrorizó tanto que a los pocos minutos decidió suspenderlo. Bromeaban entre sí y se pasaban el cráneo como si fuera una pelota de rugby. Cinco empleados del cementerio cordobés de San Jerónimo fueron filmados mientras descuartizaban un cadáver, presuntamente para vender sus órganos a estudiantes de Medicina. El episodio fue denunciado ante la Unidad de Delitos Económicos por el abogado Juan Carlos Vivas, subdirector de sumarios de la Municipalidad de Córdoba, quien, en su escrito, explicó que el hecho tenía como finalidad “vender a estudiantes de Medicina los órganos de cuerpos con pocos días de enterramiento”. Al parecer, cinco empleados municipales del cementerio fueron filmados mientras descuartizaban un cadáver con pocos días de haber sido enterrado. El fiscal cordobés Gustavo Sandoval confirmó ayer la existencia de la filmación en la que aparecen los cinco empleados, tres de los cuales ya estarían identificados, manipulando un cadáver. “En los 15 años que tengo en la Justicia jamás vi algo así. En realidad empecé a verlo y no me animé a seguir”, reconoció Sandoval, que se apartó de la causa y solicitó la designación de un nuevo funcionario para que siguiera la investigación, ya que se declaró incompetente. Además, explicó que quien hizo la filmación y otros dos compañeros denunciaron amenazas porque no querían participar de la venta de restos humanos a estudiantes de Medicina. Para el fiscal, esos delitos fueron anteriores al descuartizamiento filmado que denunció la Municipalidad y dijo que “agarrar una calavera y pasársela como una pelota de rugby es muy reprochable”. El funcionario reveló que un empleado municipal “advirtió la presencia de un grupo de personas que concurrieron al cementerio para encontrar un esqueleto humano”, por lo que decidió “filmar con el celular” las acciones de los cinco trabajadores que manipulaban el cadáver. Después decidió “dar aviso a sus superiores y formular una denuncia”, lo que automáticamente motivó “amenazas” para que revirtiera su acusación. La manipulación de cadáveres “no está tipificada en el Código Penal”, y en el Código de Faltas “lo que está tipificado es la sustracción de cadáveres con fines extorsivos, aunque no la venta ni la profanación”. El Código Penal establece que “sufrirá prisión de dos a seis años el que substrajere un cadáver para hacerse pagar su devolución”.